Alysa se despidió de su amiga y pensó en ocuparse de sus propios asuntos, tenía que llegar al final del misterio que le abordaba desde el día anterior, así que en cuanto entró a la escuela busco por todos lados a Jack Jones, el extraño chico que rara vez veías hablando con alguien en la escuela, siempre estaba en los lugares donde se encontrará la menor cantidad de gente y siempre trataba de no sobresalir, tenía una gafas que le hacían ver extraño, por eso y su personalidad un tanto introvertida no tenía nadie con quien andar en la escuela, sería extraño que Alysa que era una joven muy guapa y social de un momento a otro se le acercara. Aunque no le interesaba casi nunca la vida de los demás por alguna manera quería confirmar lo que sus ojos habían visto el día anterior, estaba decidida y la curiosidad la motivaba así que seguiría al extraño chico cuando saliera de la escuela o buscaría cualquier oportunidad para entablar una conversación con el.
Cerca de un par de salones que ya no se usaban estaba escondido un joven fumando un cigarrillo, siempre usaba mangas largas y unos lentes algo toscos que cubrían parte de su cara eso causaba que a menudo se burlaran de él, su cabello negro se veía desordenado como si se hubiera levantado y no se preocupara por arreglarlo, con una cara de fastidio, se veía pensativo mientras hablaba para sí mismo.
El teléfono sonó, el nombre solo decía Huesos , sería molesto ignorarlo de nuevo ya que tenía un par de días sin atenderle así que contesto, pero al otro lado no escucho la voz que esperaba.
-Jones, ¿acaso ya no extrañas a tu amigo? o ¿ahora la lealtad entre pandilleros se acabó? –
-¿Quién eres? – parecía confuso pero tenía un par de ideas sobre quién podría estar al otro lado de la línea
-Ven solo a los almacenes de Greenwot hoy a media noche –
Después de eso la llamada terminó ahora el sabia que algo problemático terminaría pasando. Terminó su cigarro miró por la ventana del salón que aunque estaba sucia no le impidió dejar de verla.
Las clases terminaban y Alysa sólo logró ver a Jack un par de veces a lo largo del día, las dos veces de pronto lo perdió de vista, así que como no quería parecer una loca psicópata desistió en seguir buscándolo de reojo en la escuela y optó por probar suerte a ver si en la salida o en el camino lo veía. Lisa le mando un mensaje diciendo que tendría una cita con Sam saliendo de clases así que probablemente no la vería hasta la noche o al día siguiente si la cita salía bien, de cualquier forma le llamaría en la noche.
Jack salió de la escuela y un poco retirada del lugar ya estaba una mujer esperando en una camioneta para recogerlo, la chica tenía el cabello de un tono morado muy llamativo y varios tatuajes en las manos, para cualquiera parecería extraño que el perfecto cero a la izquierda que era Jack en la escuela tuviera amistades que se vieran así de llamativas, pero parecía planeado a la perfección el que nadie lo viera.
Subiendo a la camioneta saludo a la chica.
-Por qué la cara larga Jonsy- la chica era alegre y lejos de su apariencia de chica ruda, su personalidad parecía puro amor.
-¿Has visto a mi padre hoy?-
-Si, se pasó por el bar un rato y luego salió –
-Demonios ¿por qué siempre anda vagando? –
-Tranquilo dijo que solo hablaría con un proveedor probablemente regrese en un par de horas-
-Creo que ya se donde esta huesos –
La chica prendió la camioneta y su cara se torno sería
-¿Esta bien?-
-No lo sé –
-Vamos al bar –
Ambos terminaron la charla y dieron rumbo a donde se reunía su gente.
Alysa estaba sin pistas y quizá era momento de rendirse así que se fue a su casa, el chico era tan escurridizo que quizá debía aceptar si el no quería decir nada respecto a la noche anterior o volver a encontrarse con ella.
Ya en casa, solo estaba su abuela como siempre ya que su padre era policía, pocas veces estaba en casa, aunque fuera un pueblo relativamente tranquilo, desde que las drogas llegaron siempre había algo que le retenía en la estación o patrullando y más por que el heroico padre de Alysa quería una ciudad segura para su hija ya que es lo que le había prometido a su amada esposa.
Alysa era muy cercana a su abuela desde que su madre falleció, así que su abuela sabía el por qué del interés de su nieta en cierto hombre o joven según se viera.
-Hola nanay – La joven saludo alegre a su abuela, quien se veía llena de vida, como solo las abuelas era agradable para ella llegar a casa y ver que su nanay estaba sentada disfrutando de sus dramas o simplemente preparando la comida.
-Mi linda Aly, ¿como te fue en la escuela? – La abuela estaba en la cocina, haciendo la comida favorita de Alysa, algo le decía que no había resultado su plan
-Bien, sabes que estudiar es fácil –aunque eso era lo que decía, estaba claro que no estaba al cien.
- Y encontrar a tu salvador ¿difícil? –
La noche anterior que es cuando empezó la curiosidad de Alysa por Jack, ella se encontraba varada a altas horas de la noche cerca de un lugar poco concurrido su auto no se movía su teléfono estaba muerto y llovía un poco fuerte aunque la temporada de lluvias no estaba cerca de empezar, probó a revisar el motor como su padre le había enseñado pero después de verlo por un par de minutos entendió que no había aprendido nada sobre cómo arreglar un auto, el sonido de un par de motos llegó a sus oídos y como los motociclistas eran mal vistos por esos lados y más por ella, ya que su padre decía que la mayoría de los moteros del pueblo eran los que movían las drogas. Entró al auto y puso los seguros, aunque su padre fuera policía no estaba para nada enterado del paradero de su hija, así que solo le quedaba esperar, aunque había dejado el capo del auto abierto.
Los motociclistas pararon efectivamente tenían chaquetas que hacían alusión a una banda que según su padre era de criminales, casi temblaba de miedo, cuando uno se quita el casco y su cabello morado llamo la atención de Alysa. La ventana estaba un poco borrosa por la lluvia y por que ella casi suelta a llorar en esa situación pero oyó un par de golpes leves en la ventana y la voz de una mujer
-¿Todo esta bien? ¿necesitas ayuda? –
Quiso negarse rotundamente pero sentía ganas de irse además estaba un poco mojada y sería malo que se enfermara . Bajo la ventanilla del auto y vio que en cuestión la mujer era linda, no como imaginaria a una delincuente.
-De echo necesito ayuda -
-OK, no te preocupes veremos que se puede hacer, ven Jones – la mujer llamó a la otra persona que la acompañaba.
El otro motociclista que había estado un poco apartado, probablemente para no asustarla demasiado se acercó, la lluvia hacia difícil que Aly viera todo con claridad además la oscuridad no ayudaba bastante, la mujer de pelo morado tenía una lámpara que daba buena visibilidad y por un breve momento vio directamente a los ojos del hombre, desde ese momento sintió que algo dentro de ella se movia. La lluvia que parecía no despeinarlo y que caía tímidamente por su rostro, sus ojos verdes que brillaron con la luz de los faros de las motos quedó impactada al punto de que ahora estaba nerviosa por que la lluvia había echo que su maquillaje se viera fatal, no era fea no le hacía falta maquillarse, pero de alguna manera no dejaba que nadie viera su rostro sin el.
Después de un chequeo rápido los motociclistas vieron que no podían poner en marcha el coche, a la mujer le parecía mala idea dejar a la joven sola en esa situación así que soltó una idea un tanto descabellada.
-¿Que tan probable es que recojas el auto mañana? –
-No lo sé, creo que mi padre me puede traer por el, pero mi casa queda al otro lado del rio así que todavía estoy un poco lejos como para caminar – se cubrió un poco del frío ya que el suéter estaba mojado casi por completo, ellos parecían bien, el chico traía una chamarra de piel y la mujer un chaleco que impedían que se mojaran
-No te preocupes, Jack vive cerca de esa parte el puede llevarte – los ojos de Jack inmediatamente voltearon a la chica de cabello morado parecía irritado, pero al voltear a ver a Alysa sus ojos parecían iluminados por la sugerencia. Aunque era todo lo contrario Alysa pensaba negarse rotundamente pero no sabía en este punto que era mejor si negarse y morir de frío o simplemente dejarse llevar por el momento.
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