|3|

Bonnie 

¿Qué es lo primero que recuerdas de tu infancia?, ¿Yo?, abusos constantes... Mi madre no hacia nada para defendernos de esa persona, ¿Cuántos golpes tuve que tener por culpa de ellos?, defender cuando nació mi hermana menor, porque ese era mi objetivo, para eso había nacido, ¿cierto?

La primera vez que no pude más fue cuando borracho me iba a tratar de violar, que agarre lo primero que vi dándole un golpe en la cabeza para salir corriendo, temiendo lo que me harían si me agarraban, en casos tan extremos no piensas en nadie más... Solo en ti, es la única manera de sobrevivir. 

Mi linda y dulce Clara, mi hermana menor, siempre había sido inteligente, sabía las cosas...Leía bastante, porque yo le enseñe hacerlo, yo quería mostrarle que el mundo era maravilloso, que uno podía viajar, conocer, que había mejores seres humanos en el mundo, así como nuestros padres. 

No sé que haría en este momento, esa pequeña... Siempre fue tan animada, que temía que en algún punto de su vida se apagará, y no volviera a saber que es esa felicidad, que son las ansías de querer ver el mundo y comértelo si eres capaz. 

Jamás había tenido esa motivación, siempre pensaba en que lo mejor era tratar de ayudar a mi madre, no quería que sufriera por alguien, no podía permitir que eso pasará, si lo hacía, ¿Qué clase de hija soy?, pero ese día que casi fue violada comprendí que existen mujeres que no son capaces de ser madres, que no vinieron a este mundo a serlo, y un hombre se le amarra con un niño. 

Suspire mientras miraba los papeles que tenía en mano, tenía que ver a cada padre para decirles que tuvieran cuidado con los piojos, ahora era una gran temporada. 

—Bohn —Me llama mi compañera de cuarto, volteo mi cabeza para mirarla; me levanto al verla tan preocupada. 

—¿Qué sucede?

—La niña parece estar enferma —Miro a la pequeña niña hija de mi amiga, esta pálida mientras esta acostada en su cama. 

—Agarra las cosas vamos al hospital —Digo para agarrar mi celular, la cartera y salimos. 

En el hospital no tardan mucho para atenderla, preguntan por más síntomas, y las caras de las enfermeras y demás doctores no genera gran cosa, suspiro al ver como todo se estaba haciendo más complicado. 

Tenía trabajo, no podía quedarme; después tendríamos que pagar todo lo relacionado con el hospital, y si no trabajábamos no lo íbamos a conseguir, lo mejor era separarnos. 

—Bonnie, gracias por acompañarme —Asiento, estaba tranquila porque iban a llamar el director del lugar, para comprobar lo que tenía. Con esto mente, salí del hospital donde un montón de personas entraban al par, incluso un hombre que me parecía familiar, pero no quise indagar demasiado sobre ese tema. 

Cuando llegué a la casa, seguí con el trabajo de los piojos; tenía que mandárselo a la directora antes de la media noche, entonces puse manos a la obra. El anuncio saldría mañana en cada salón, y cada maestro recordaría a los padres, no importa si eres niño, si tienes el cabello lo suficiente largo podrían meterse. 

—Señorita Williams —Me llama la directora, camino hacia ella que estaba con una mujer un poco mayor, tenía unos lentes de sol, su ropa era lo suficiente costosa para decir que era lo bastante pudiente para estar en el lugar —Ella es la abuela del pequeño Lucas —Miro a uno de mis alumnos, me pongo a su altura. 

—Hola, leoncito, ¿Cómo estás? —El pequeño me da una ligera sonrisa, para mirar a la mujer unos segundos, ella asiente con una sonrisa y el salta sobre mi. 

—Maestra, tengo muchas que decirle —No me sorprendía que hablará, desde hace unos meses lo habia empezado hacer, lo extraño era que yo no estaba seguido para recibir o despedir niños, entonces nunca conocí a su padre, recordaba que su madre había muerto hace un año más o menos. 

—Le agrada —La fina voz de la señora llena a mis oídos, levanto mi cabeza para asentir, ella era un poco más alta que yo. 

—Sí, habla seguido, me cuenta que aprende de nuevo... O que le gusta mucho, y lo tomó en cuenta para enseñarle. 

—Es inteligente —Asiento sonriendo, mirándolo y acariciando su cabello. 

—Demasiado. 

—Señorita, ¿Nos conocemos de alguna parte? —Niego, ladeando mi cabeza confundida, ¿Me conocía?, no... Si lo hiciera no habría olvidado tan fina mujer. 

—No creo, señora —Le doy una sonrisa sincera, ella asiente también con una sonrisa. 

—Bueno, Señora Jakov, ¿Su hijo no vendrá más por el pequeño?, recuerde que todo eso lo tenog que notificar para que ningún extraño venga. 

—No estoy segura, tal vez venga, pero dudo mucho, esta trabajando en un caso, entonces no creo que venga los próximos días —No estaba totalmente segura en que trabaja el señor, pero siempre estaba ocupado. 

Me hacia enojar la situación, porque... Este pequeño merecía más de lo que su padre le estaba dando, ¿Cómo no darle atención a este niño tan adorable?, me daba mil años de vida imaginarlo junto a mi, siendo tan tierno, me daban ganar de comer sus cachetes. 

Siempre venía con un pequeño sombrero, aunque era pequeño tenía unos lentes. 

—Señora —Llamó a la abuela de mi leoncito —¿El padre de Lucas lo quiere? —Estaba siendo grosera, y lo confirmaba con la mirada de la directora, ella da media vuelta y me da una sonrisa. 

—Lo hace, pero por cosas del destino es muy malo demostrando los sentimientos... Tal vez necesite a alguien como usted, señora Bonnie —Así, de alguna manera misteriosa la señora se va ante mis ojos en un camioneta, suspiro para dejar de eso lado y ponerme a la altura del más pequeño. 

—Leoncito, ¿Cómo quieres aprender hoy? 

—Con una canción —Asiento para empezar a cantarle los números en inglés, mientras el sonríe para llegar al salón. 

En la tarde, tuve que ir al hospital otra vez, para ver como seguía la pequeña... Los médicos no decía nada, y por lo que decía mi amiga el director parecía alguien muy seco para esto. 

—Hey —Digo para entrar a la habitación, estaba recostada en la cama dándole de comer a la pequeña. 

—Bohn —La niña me sonríe, y me acerco para darle un beso en la frente —¿Dónde estabas?

—En el trabajo, chiquita... Recuerda.

—El que no trabaja, no come —Finaliza la de menor edad en la habitación, asiento para abrazarla suavemente. 

—Todo saldrá bien. 

En ese momento, alguien llega a la habitación, sin poder captar bien la información alguien se lanza sobre mi. 

—¡Maestra! —Esa voz me hace reconocerlo rápidamente. 

—Leoncito, ¿Qué haces aquí? —Lo muevo buscando alguna herida —¿Estás bien?, ¿necesitas algo?

—No, mi papá trabaja aquí —Levanto la mirada, y me encuentro con un hombre con la ceja enarcada, demasiado demandante para mi gusto, que me hace tragar fuerte ante la situación.

—Mi hijo nunca se comporta así, ni siquiera habla, ¿Usted quién es?

—Es mi maestra —El pequeño interrumpe a su papá, que tiene la misma expresión que su padre. 

—Yo...Sí —El pelinegro asiente, para luego mirar a la paciente. 

—Su hija tiene un aneurisma, que apenas inicia... Tiene un poco de suerte —Habla el doctor mirando los archivos —¿Quiere que le programe una cirugía? —Enarco un ceja al ver la actitud de este hombre, hablaba como si sintiera nada por su paciente pequeña. 

—¿Cirugía?, ¿Eso cuánto costaría?

—Alrededor de 20 millones, sin embargo puede pedir que lo financien —El doctor empieza a recitar todo de memoria, cierro los ojos para no decir nada fuera de lugar. 

—Maestra, ¿esta bien? —El pelinegro menor pregunta, este pequeño es tan diferente a su padre, abrazo al más pequeño. 

—No abrace a mi hijo, es algo fuera de lugar —Lo miro unos segundos, y suelto al más pequeño. 

—No, yo quiero que me abrace —Dice el pequeño, y agarra mis manos. 

—Es fuera de lugar, Lucas, además tu maestra debe estar preocupada de su amiga, o su hija. 

—¿Mi hija? —Enarco una ceja, devolviéndole la mirada de antes —No es mi hija. 

—Pero, son pareja —Suelto una carcajada. 

—No, somos compañeras de cuarto; por muchas situaciones que usted no tiene que saber... Pero, soy una desconocida por así decir, tengo simpatía hacia esto, porque es una niña y una madre que esta pasando por un momento difícil, yo entiendo que para usted es otro paciente más, que eso va y viene... Para nosotros es mucho más —Digo mientras me levanto —Si dejamos a alguien como usted, que no tiene emociones puede que sea exitoso, aunque al mismo tiempo me aterra dejarle la vida de ella en sus manos —Cuando llego a la puerta, doy la vuelta para mandarle un besito a Lucas —Su hijo busca contacto humano porque de usted no consigue nada, ¿Lo sabe?, ¿no? —Por su rostro, se que no —Oh, tan inteligente para unas cosas, sin embargo para otras no. 

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***