Capítulo tres

...🥀 𝐸𝑅𝐼𝑍 𝑊𝐼𝐿𝐿𝐼𝐴𝑀𝑆 🥀...

—¿Por que hiciste eso Eriz?. —Me gire para verle, sabía a qué se refería pero, nuevamente me haría la desentendida. —no hagas esa cara, sabes a lo que me refiero.

Sonreí.

—Solo quería ser muy buena para ti... —Dije acercándome a él. Me sonrió cínicamente y me tomo por el cuello, cosa que me tomo por sorpresa.

—No era el momento ni el lugar apropiado zorra. —Beso mis labios apenas un instante y me queje. —No, nada de eso, no lo mereces. —Lo ví con malos ojos y este simplemente me sonrió, soltó mi cuello y se levantó para ir a pedir su comida. —¿Que vas a comer?.

Me preguntó pero negué, no acostumbraba a comer en el receso, no me salía de mis horarios de comida ni los evitaba. Podría decirse que, tenía una vida saludable. O al menos así lo veía yo.

—¿No que? —Preguntó girando los ojos.

—sabes que no como nada a estas horas Jacobo. —Me miró mal, se acercó nuevamente y cuando creí que me besaría solo susurró:

—Ahora que me has dado libertad sobre ti, lo harás.

Iba a quejarme, decirle que no fuera estúpido y montón de cosas más. Pero él tenía razón, él ahora mandaba, y eso me gustaba. Además que quería ver cuánto le duraba su coraje. Por lo cual asentí, sonrió victorioso y lo vi alejarse.

Como dije antes, Jacobo no era ni él más guapo del instituto ni el popular. Pero con sus atuendos básicos y su corpulento cuerpo tenía a varias admiradoras babeando a su alrededor, cosa que nunca me había molestado, ni me molesta en lo absoluto.

Vi a Peyton, una de sus pretendientes más empalagosas acercarse a él y susurrarle algo, este sonrió pero negó, y se alejó de ella viendo cómo está tenía intensiones de envolverlo en sus brazos.

Me reí. A Jacobo le había interesado Peyton por varias semanas, hasta que ella se dedicó a arrastrarse por el piso que él pisaba.

Él era uno de esos tipos que pensaba que las mujeres eran una especie de monumento perfecto, cosa que me encantaba de él. Por eso, cuando ella se dedicó a humillarse por él, le perdió todo interés.

—Es asfixiante. —Dijo él acercándome una dona con glaseado de fresa y una gaseosa en lata.

—Lo que el llamado amor hace. —Me burle y este puso los ojos en blanco.

—¿Te arrastrarías por alguien solo por que estás enamorada?.

—Eso es en lo que Peyton y yo nos diferenciamos, yo no me enamoro querido. —Este negó sonriendo y luego destapó su lata de gaseosa al igual que yo hice con la mía.

—que no te hayas enamorado aún, no significa que no lo harás.

—no está en mis planes hacerlo de igual forma. —Mordí mi dona y no pude evitar soltar un sonidito de satisfacción ante el sabor.

ME ENCANTAN LAS DONAS.

—nadie controla lo que siente o lo que se puede llegar a sentir, bebé.

...🥀...

—¿Mamá?. —Esta se giró sobre sus talones y me sonrió. Tenía un vestido pegado al cuerpo color verde opaco de una manga y unos tacones abiertos color negro. Su cabello perfectamente peinado, ondeado y nuevamente se lo había tinturado. Rubia.

—Eriz —Se acercó a mí y me apretó entre sus brazos. Beso mi frente y sonrió ampliamente, demasiado.

—Vamos bebé, ve a arreglarte, iremos a cenar a casa de los Peters.

—Vale mami. —Me separé de ella y le besé la mejilla, tome entre mis manos mi mochila y me alejé a mi cuarto tanto saltitos.

Estaba emocionada por la cena. Vaya que sí que lo estaba.

...🥀...

—Señor y señora Williams. —Nora, la ama de llaves de los Peters nos recibe en la puerta.

—Eriz querida. —Me acerco a ella y beso su mejilla.

Solía aparentar ser muy gentil y cariñosa con los adultos, me gustaba que me vieran como algo dulce, adorable y me complacieran luego con algún dulce capricho.

No es que fuese alguien muy asocial o que golpeará a quien se me acercará, solo, no me gustaba estar rodeada de muchas personas y... Había creado mi barrera de mierda y porquerias para que se mantuvieran al margen.

—Pequeña Williams. —Lo escuché murmurar profundo y... Por algún motivo no especificado mi cuerpo tembló y tuve el vago deseo de arrojarme a sus brazos. Amaba cuando me llamaba de esa manera.

—Gran Peters. —Me sostuvo la mirada unos segundos y luego me recorrió de arriba hacia abajo, deteniéndose justo en mis zapatos.

Soltó una risotada y aunque me ofendiera de sobremanera que se burlara de mis lindos zapatos en mi cara, su risa fue mucho más contagiosa que mi mal humor, y terminé junto a él riendo cual focas retrasadas.

—Logras ser muy infantil cuando quieres Eriz. —Dijo aún sollozando por el momento anterior. Se recompuso y al igual que él, yo lo hice.

—Tarado cállate. —Le dije empujándolo vagamente.

—Bebé mal hablada. —Dijo con una mirada sombría, la cual logro calentar mi pecho, amaba cuando me hablaba por apodos, y hasta ahora lo notaba.

—¿Que harás al respecto... Papi?.

...𝑳𝒊𝒍𝒊𝒂𝒏𝒂 𝑪𝒉𝒂𝒑𝒂𝒓𝒓𝒐...

...💗𝙺𝚒𝚖𝚒𝚗🌳мαєοи💫cհօíղց🌼...

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Comments

Graciela Peralta

Graciela Peralta

que le paso ahora es una estúpida que le gusta jugar con todo

2023-07-17

0

Carolina Acosta

Carolina Acosta

cuantos bebés hay?

2022-06-01

3

Total

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