Las palabras de este señor no erraron ni un poco, lo cierto es que soy incapaz de hacer algo por mi propia cuenta, es por lo que a lo largo de mi vida tuve que recurrir a métodos sucios para poder ayudar a William, ya sea encontrando la suciedad de los nobles que se oponían a él o creando pruebas que arruinaron familias.
Y ahora que acabo de retroceder a este punto de mi vida, sé con certeza que debo formar mi propia fuerza, una que no sea falsa ni que vaya a desaparecer en cuanto las cosas empiecen a ir mal.
— Señor, ¿será que usted es capaz de replicar esto? —pregunté mientras extendía un plano—.
— Pero… ¡¿qué es esto?!—preguntó con emoción mientras me arrebata el plano de entre las manos—. ¿acaso es siquiera algo posible?
— Si no es capaz de hacerlo, yo…
— ¿Quién dijo que no puedo hacerlo? —preguntó con el ceño fruncido—. Puede que me cueste un poco, pero definitivamente lo lograré.
— Entonces… ¡¿puede hacerlo?!—pregunté con alegría—.
— ¡Por supuesto! —dijo rebosante de confianza—.
— ¡Isabel, puedes entrar! —exclamé de inmediato al escuchar su afirmación—.
Portazo
— ¡¿Se encuentra bien?!—exclamó Isabel con preocupación—.
— No…—dije con pesar—. Me encuentro terriblemente mal al recordar que mi guardia no lleva ningún arma para protegerme.
— ¿Eh?
— ¿Por qué no mencionaste que te faltaban tus armas? —pregunté con una mirada severa—.
— ¡…!
Por supuesto, mi primera prioridad al salir fue encargar esa arma para mí, sin embargo, después de verla tan inquieta hace un rato, buscando un arma para usar, recordé que en la novela ella había tenido que empeñar sus armas para contratar a un informante que al final acabo robándose todo su dinero.
— Da igual, elige—dije—. No te preocupes por el costo, me encargaré de ello.
— Pero… ¿Cómo supo que yo…?
— Hace un momento, la manera en como reaccionaste fue como si estuvieses a punto de desenvainar una espada de tu cintura—dije—. ¿o acaso me equivoco?
— No… es cierto, yo antes tenía una espada.
— Entonces date prisa y elige.
— Sí—dijo con las orejas sonrojadas—.
Mientras ella va buscando un arma para ella, creo que también debería encontrar un arma temporal para mí, después de todo, el arma que quiero no es algo fácil de lograr, hasta puede que no logre completarlo a tiempo.
— Señor—dije entre susurros—. ¿Usted usa veneno? ¿o al menos algún paralizante?
— No, pero tengo un arma que puede lograrlo—dijo mientras ponía un pequeño cofre de madera frente a mi—.
— Esto… es un adorno de cabello…—murmuré un poco confundida—. ¿de qué manera esto puede ser un arma?
— Esta hecha de un raro metal que cambia según su portador—dijo mientras cerraba de golpe el cofre—. Aunque si piensas que es solo un adorno, pues déjalo y ya.
— Pff, está bien, lo compraré.
Aunque debo admitir que también lo estoy comprando por su inusual apariencia, esta horquilla de cabello no parece hecha en el imperio, ni tampoco en otro reino que conozca, pero si tuviese que elegir un lugar en mi anterior mundo, diría que fue hecha en el oriente.
— Isabel, ¿ya elegiste? —pregunté con curiosidad—.
— Um, si, señorita—dijo mientras me mostraba una daga con hermosos detalles en el mango—.
— Esta daga… ¿acaso no tiene una gemela?
— ¡…!
— Isabel, ¿acaso querías ocultarlo para no hacerme gastar más?
— Sí…—dijo agachando la cabeza—. Esta clase de armas es mas cara si está en pareja.
Slash
— Mm, tiene un buen filo—dije mientras blandía la daga—. ¡Señor, deme un descuento por estas dos dagas!
— ¿Acaso no salgo perdiendo?
— Con lo que pagué por esta horquilla creo que la única que sale perdiendo soy yo.
— Es cierto—dijo con una sonrisa burlona—. Esta bien, puedes llevarte las dos dagas a precio especial.
— Gracias—dije mientras dejaba el dinero sobre la mesa—. Vámonos Isabel.
Al final, me alegro de haber salido, incluso si no puede hacer todas las cosas que quería hacer, puedo decir con total seguridad que estoy preparada para el inicio del primer escenario.
— ¡Helados! ¡Compren sus deliciosos helados! —exclamó un señor en un puesto ambulante—.
— Yo…—murmuré sin poder controlar mi cuerpo—. ¡Compraré uno!
— ¡aquí tiene! ¡buen provecho! —exclamó con una radiante sonrisa—.
No puedo creer que tenga la oportunidad de volver a probar esta maravilla en este mundo, las palabras no son suficientes para describir la felicidad que siento, incluso si Isabel se ha quedado pasmada al ver mi repentino cambio de humor, ahora lo único en lo que puedo pensar es en disfrutar este helado por completo.
— Señorita…—murmuró Isabel mientras tapaba su cara—.
— Ya veo, supongo que te has decepcionado al ver este lado mío, ¿no?
— Pff! ¡jajajaja! Se-señorita…—murmuró mientras se sujetaba el estomago sin poder para de reír—. No puedo creer que usted…
— ¿Sí? —dije con una mirada severa—. ¿Qué cosa más tienes que decir?
— ¡N-no! Lo siento mucho, no debí reír—dijo mientras se ponía de rodillas—.
— ¡¿Pe-pero que rayos estás haciendo?!—exclamé con pánico mientras la jalaba de la mano—. Vámonos antes de que llamemos más la atención.
Ah, eso me tomo por sorpresa, pensé que iba a mirarme con desprecio o tal vez pensar que estoy loca, pero al final acabo riéndose como una amiga, aunque no tengo derecho de decir esa palabra después de que la usé de esta manera.
— Señorita, ¿A dónde vamos…? —preguntó finalmente después de haberla arrastrado lejos de la plaza—.
— ¿Eh? ¿Acaso no es este el camino para tomar el carruaje?
— Es para el otro lado señorita…—dijo con incomodidad—.
— ¿Por qué no lo dijiste antes? —dije con un rostro sonrojado por la vergüenza—.
No puedo creer que siga cometiendo errores tan tontos frente a la persona que se supone debo ayudar, ¿acaso no es irónico que alguien tan torpe tenga el poder de ayudarla? Si yo estuviese en su lugar… ¿acaso no estará pensando que confió en una incompetente?
— Señorita, ya compré los pasajes, puede tomar asiento—dijo—.
— Al final, ¿no te arrepientes?
— ¿De qué? —dijo mientras se sentaba a mi lado—.
— Sé que soy una incompetente a tus ojos, no hay necesidad de ocultarlo.
— “Incompetente” esa no es la palabra que usaría.
— Entonces, ¿soy un fiasco?
— No, todo lo contrario, me alegro de haber visto un nuevo lado de usted—dijo con una cálida sonrisa—. Ahora puedo creer que hice lo correcto al seguirla.
Yo… me pregunto cómo se llama lo que estoy sintiendo en este momento, ¿vergüenza…? No, creo que es algo un poco diferente, pero no es algo malo, creo que simplemente no estoy acostumbrada a sentir algo así.
— Ah, estoy agotada—dije mientras me tiraba en la cama de mi habitación—. Isabel, no tengo ganas de ir al comedor, por favor dile a alguien que me traiga la cena, mientras tanto… déjame dormir un poco…
— No puede hacer eso—dijo con firmeza—.
— ¿Isabel…? ¿Por qué pareces enfadada? —pregunté un poco nerviosa por su repentino cambio de actitud—.
— ¿Acaso ha olvidado sus deberes de esta noche?
— ¿Eh…?
— Por favor, no me diga que realmente ha olvidado que día es hoy—dijo con horror—.
— ¡Por favor ya no me asustes y dime que se supone que pasa hoy!
— Usted debe reunirse con su majestad el emperador… en su alcoba…
— ¡…!
¡No! ¡no! ¡no! ¡no! ¡¿Cómo pude olvidar algo tan importante?! Es un desastre, estuve tan concentrada en prepararme para el banquete que olvidé por completo mi acuerdo con William.
— ¡lo tengo! —exclamé mientras me levantaba apresuradamente de mi cama—. Solo debo escribirle una carta diciendo que me encuentro mal, ¿no crees?
— ¡De ninguna manera! —exclamó mientras me arrebataba el papel de entre las manos—.
— ¡Isabel, devuélveme eso!
Toc Toc
— Su majestad—dijo la voz de una sirvienta al otro lado de la puerta—. El emperador ya la espera.
— ¡…!
No… ya es muy tarde para enviar la carta, ahora que una sirvienta suya vino en persona… me es imposible hacerle un desplante, de lo contrario podría ponerme en su mira como una amenaza… debo seguir actuando como su tonta esposa que lo ama con fervor…
— Esta bien…—dije con un gran suspiro—. Dile a su majestad que voy enseguida.
— Sí—dijo la sirvienta—.
Splash
— Isabel, recuerda esto bien—dije mientras me apresuraba a lavar mi cabello—. No hago esto porque quiera ver a ese inútil.
— ¡S-su majestad! ¡yo debo hacer eso! —exclamó mientras alistaba apresuradamente mi baño—.
— ¡Ahhh! —exclamó mientras caía torpemente dentro de mi bañera.
— Pff! ¡jajajaja! Isabel, parece que tenias muchas ganas de darte un baño—dije entre risas mientras sostenía mi estomago—. En fin, solo tomare un paño para limpiar mi cuerpo.
De todas formas, no es seguro bañarme en una bañera si estoy embarazada. Al final, gracias a Isabel ya no tengo que buscar excusas para no bañarme ahí, además, esto me permitió ver a Isabel sin sus ataduras de sirvienta.
— Isabel, ¿Por qué sigues ahí? —pregunté con curiosidad—. ¿Qué es lo que estas murmurando?
— No me puedo… mover…
— ¿Eh?
— Algo… está mal…
— Yo… ¡lo siento por hacer esto! —exclamé mientras la jalaba de ambos brazos para sacarla de ahí—.
— Su… majestad…
— ¡vamos! —exclamé a punto de sacarla por completo—. Phew! Isabel… mas vale que no sea una broma… ¿Isabel?
— Ngh…—se retorció con dolor mientras cerraba los ojos—.
— ¡Isabel! —exclamé mientras revisaba su cuerpo—.
Ella no mentía, parece que sufrió por un veneno paralizante, lo peor de todo es que esto no es algo que vaya a desaparecer si esperamos un poco, no… esto es peligroso, si no consigo un antídoto, ella podría morir…
— ¿Pero porque está pasando algo que no había pasado? —murmuré mientras recordaba todo lo sucedido—. ¿Acaso William se dio cuenta…? No… no puede ser eso…
— ¡Agrh!
— No queda otra opción—dije con frustración mientras abría mi cajón para sacar un pequeño cofre—. Isabel, debes tomar esto, porque favor no te resistas, te ayudaré a tomarlo.
Esta es medicina rara que puede anular la mayoría de los venenos, se supone que este era mi plan de respaldo en caso de tomar algún veneno, pero ahora da igual… como no tengo tiempo de encontrar el antídoto, solo puedo hacer esto…
— Isabel, ¿Te sientes mejor? —pregunté mientras examinaba su cuerpo—. Que alivio, la fiebre ya bajó.
— Su… majestad…—murmuró entre sueños—.
— Descansa aquí, volveré enseguida—dije mientras la recostaba en mi cama—.
Portazo
Ella estará bien, pero no puedo decir lo mismo de mí, porque esa agua en la que cayó Isabel era la que originalmente iba a usar yo… es decir que alguien trató me matarme, otra vez…
Toc toc
— Su majestad—dije después de tocar la puerta—. Soy Rosary su majestad.
— Pasa…—dijo con apatía—.
— Buenas noches su majestad el emperador—dije haciendo una reverencia después de entrar—. Realmente lamento la demora, es qu-
— Da igual—dijo en tono cortante mientras apagaba las velas—. Ven.
— Su majestad…—dije nerviosa mientras daba un paso atrás—.
— ¿Qué sucede? ¿Por qué estas perdiendo el tiempo?
— Esta noche estoy indispuesta y me disculpo por hacerle perder su tiempo—dije agachando la cabeza—. No hay necesidad de que volvamos a reunirnos este mes, no se preocupe, callaré a cualquier noble que este inconforme.
Estoy segura de que estará contento por no tener que tocarme, esto es lo mejor, además, no tengo tiempo para esto, debo volver de inmediato al lado de Isabel para revisar su estado.
— Su majest-
— Rosary, ¿Qué estas tramando? —pregunto mientras sujetaba mi mentón—. ¿Acaso no te has dado cuenta de cómo has venido?
— ¿Eh? —murmuré confundida.
— ¿Acaso tratas de provocarme? —dijo mientras recogía mi cabello detrás de mi oreja—. Rosary, de verdad eres una mujer muy calculadora…
— De verdad no comprendo a que se refiere—dije con prisa—. Pero no miento al decir que no tengo tiempo para esto hoy.
— No juegues conmigo—dijo mientras me tiraba a la cama—.
Ah, por eso no puedo con este sujeto, ¿ahora que le pasa? ¿acaso herí su orgullo? ¿o acaso piensa que es imposible que yo no quiera estar con él? Da igual, realmente me da igual lo que este tipo piense de mí.
— Su majestad, por favor apártese—dije con indiferencia—. Bueno, si tiene urgencia por hacerlo, puedo conseguir a alguna mujer, solo dígame cuál es su preferencia, ¿acaso son las rubias de ojos verdes? De mirada inocente y cuerpo sin curvas… justo lo opuesto a mi… ¿no es así?
— ¿Ahora de quién estás hablando?
— Eso da igual, apártese.
— ¡…!
Es la primera vez que veo a William mirarme de esa manera… ¿Qué se supone que significa? ¿Por qué me mira así? Como si fuese un niño que acaba de comprender algo nuevo…
— ¡William! —exclamé con ira—.
— Lo siento…—murmuró mientras se quitaba de mi encima—. Puedes irte…
— Gracias—dije con prisa volvía a cubrir mi hombro—. Por cierto, ¿ordenaste a alguno de tus sirvientes entrar a mi habitación?
— No…—dijo confundido—. ¿Acaso paso algo?
— Da igual, si no fuiste tú… supongo que es mejor…—murmuré mientras me marchaba—. Adiós.
— Esp-
Portazo
Entonces no fue William, pero ¿quién más pudo mandar a hacer algo tan desagradable? Ah, es inútil, nadie más se me ocurre ahora. En fin, por ahora solo iré a por algo de comer para Isabel, debe estar muy debilitada así que un caldo debería estar bien.
Slash
— Mm, ¿esto es en serio? —pregunté con una sonrisa irritada después de que una daga me rozó la mejilla—. Espera… ¿Acaso fuiste tú quien trató de envenenarme?
— Cierra el pico—dijo mientras desenvainó su espada—. No recuerdo haberte dado permiso de hablar.
— Bien, esta será una buena oportunidad de probar eso…—murmuré con una sonrisa—.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 102 Episodes
Comments
Ana Fernandez
no puede ser, y no entendí
2023-05-20
3
🤗Finita💖💫🇲🇽
Qué paso?
2022-07-05
0
Celery Mmev
que relajo 😂😂😂
2021-09-29
7