"Café inesperado"

-  ¡Felipe! -llama y éste responde- ¿Qué llevaremos para nuestra excursión?

-  No lo sé -se rasca la nuca- deberíamos empacar pocas cosas, para no estar cargados...

-  Dicen que durará casi una semana. -levanta los hombros- mmm... Y lo que me molesta es que Mat irá con nuestro grupo -baja su mirada-.

-  Ey... Tranquilo -toca su hombro- no se meterá contigo si estoy cerca -niega con su cabeza-.

-  Pero... No puedo depender de ti todo el tiempo. Tengo que aprender a defenderme. este asiente-.

-  Te enseñaré algunas cosas -sonríe- Bueno, iré a ducharme. -hace una seña con la mano-.

-  Está bien, yo empacaré nuestras cosas...

-  No olvides llevar preservativos -el menor se sonroja-. Vamos no pongas esa cara o ¿acaso eres virgen?.

-  Déjame en paz -le lanza con un buzo-. Y sí lo soy -dijo apenado y el mayor levanta las cejas- Debo ir a preparar las cosas -agachó su mirada-.

-  ¡Ey Odín! Lo siento... No fue mi intención ponerte así -el menor cierra la puerta de un golpe-. ¡Mierda! Yo y mi boca -se golpea la frente-.

Preparando la ropa para llevar en la excursión Odín encuentra una foto de Felipe con Sasha. En ese momento sólo sintió un dolor muy fuerte en el pecho, pero era más que obvio, su querido compañero de habitación no le era correspondido.

-  Maldición, por qué mierda decidí empacar... -se pasa una mano por la cara-.

-  Porque eres un tonto -lo mira arrugando las cejas- ¿Mañana me llevarán con ustedes?

- ¡No!

-  Vamos... Por favor, yo hago todo en la casa. -lo mira con una sonrisa de oreja a oreja- merezco unas vacaciones...

- ¡No! Tienes que quedarte a cuidar la casa. Además no vamos a vacacionar -lo mira decepcionado- iremos a estudiar...

-  Pff...

-  Ey ustedes, ¿De qué hablan? -aparece solo con la toalla tapando la parte inferior de su cuerpo-.

-  De nada -se queda mirando su torso marcado- solo que...

-  ¿Qué sucede? ¿Por qué me miras así? -se pone rojo-.

-  Eh! ¿Yo? Ya me iba, ahí ya empaqué las cosas. Ah y puse tu foto, por si la extrañas.

-  Aaah, esa foto. ¡Bien! Muchas gracias -hace una seña y cierra de un portazo- ¿Qué le pasa?

-  No sé, solo le pregunté si podía ir -se entristeció-.

-  Jajaja ya lo convenceré. ¡Jajaja!

Ésa tarde de domingo, Odín salió de compras. Había quedado con su amiga Estefanía verse en la cafetería a las 16hs. Siempre llega diez minutos antes. Hacía frío, y estaba nublado. Por razones del destino, esos cambios climáticos eran artificiales, ya que eran causados por medio de una tecnología que tenía la colonia Neón.

Su amiga se había retrasado como es de costumbre y un muchacho de buen aspecto se le acercó:

-  Hola.

-  Hola, está ocupado... -mira hacia abajo apenado- ya está viniendo mi amiga -en ese momento maldijo a Estefanía por la eternidad-.

-  ¡Está bien! Si quieres puedo acompañarte mientras viene ella -el chico no sabía qué responder- Me llamo Eric... ¿Y tú?

-  Soy Odín -hacía círculos con los dedos-. ¿Tú esperas a alguien? -éste niega-.

-  No, en realidad pasaba por aquí y me llamó la atención que estarás sólo -el chico se sonroja-.

En ese momento le sueña el celular al chico, era Estefanía avisándole que su mamá necesitaba ayuda con algunas cosas y no iba a poder ir de compras.

-  ¡Rayos! -el joven lo mira sorprendido-.

-  Disculpa... ¿Pero sucedió algo malo?

- Eeeh... Nooo, nada importante -maldice a su amiga millones de veces-. Solo que mi amiga no podrá venir. 

-  ¡Genial! Entonces tendré la oportunidad de invitarte un café -el chico se pone nervioso, porque no conoce a ese joven apuesto. Y a la vez maldice a su amiga amada- Mozo... -hace una llamada y el mozo se dirige a la mesa- ¿Podría traer la carta?

-¡Sí señor!

-  ¡Oye! ¿Eric te llamas?-este asiente- Yo no he dicho que sí... -su corazón latía-.

-  Vamos... Tu amiga no viene y es una pena que te quedes aquí solo -su rostro refleja una sonrisa-.

-  Mmmm. Está bien, pero sólo por esta vez -el joven asiente-.

Ambos jóvenes se pasaron hablando de cosas interesantes, Eric acompañó hacer algunas compras al chico e intercambiaron sus números teléfono. Fue una tarde diferente a otras, Odín se sentía extraño, pero aún éste no le generaba confianza.

Regresando a su casa, se dio cuenta que tenía llamadas perdidas de Felipe. Éste se sintió preocupado y le escribió avisando que llegaba en diez minutos a casa. Eric lo llevaba con su auto, pero el chico le dijo que lo dejara en frente.

Felipe y Orión asoman sus cabezas por la ventana y observan.

-  ¿Quién rayos es ese? -pregunta con un seño en la ceja-.

-  La verdad que no sé... Pero se lo tenía bien guardadito este -dice el robot con una carcajada-.

-  Hmmm, qué raro... 

-  Hola chicos -dijo entrando-.

-  Hola ¿Y ese quién es? -el chico abre los ojos-.

-  Es un amigo Fel -levanta los hombros y las manos-.

-  Nunca me hablaste de él... -el robot sale de la sala a carcajadas-.

-  Es que lo conocí hoy, estaba esperando a la tonta de mi amiga y nunca llegó. Él me invitó un café -el mayor bufeo- y siento haberte no contestado. Es que lo tenía en el bolsillo y no lo sentí.

-  Si y tu aceptas de un desconocido... Mira si te sucede algo -el chico abre los ojos al ver esa reacción- me tenías preocupado. Ahora ve a bañarte, antes de que cenemos - el chico asiente-.

Oye Felipe... -este lo mira- lamento preocuparte, no lo volveré a hacer -asiente y el chico se dirige al baño-.

-  Maldito niño, y qué anda haciendo con ese hombre -susurra-.

En el momento de la cena no fue muy agradable, Felipe andaba molesto y era obvio ya que el niño lo preocupó mientras el andaba con ese Don Juan. Odín lo observaba, jamás lo vió de esa manera, y aún no lo entendía. 

Al terminar el menor lavaba los platos y se higieniza para sentarse luego en el sofá de la sala de estar. Se sentía triste porque el mayor no le hablaba, solo le daba miradas de forma incómoda. En ese momento le llega un mensaje del Don Juan:

-  Hola Odín, crees que luego de tu excursión podría repetirse la salida de hoy... Eric.

-  Hola, sí supongo que sí. Yo te avisaré. Gracias por invitarme hoy, la pasé genial. Odín.

-  Perfecto, espero tu mensaje! Un beso. Eric. -el chico se sonroja y pega una risa-.

-  Veo que estás entretenido... -lo sorprende-.

-  Si ... y- yo -no sabe que decir-.

-  Quería saber si querías comer palomitas y mirar una película.

-  Sí... -salta de alegría- quiero, quiero. Pero esta vez elijo yo la película -el mayor asiente rodando los ojos-.

Pasando la hora ambos miran una película que Odín eligió. Es una película ficticia en el cual surgen muchas expansiones territoriales y hay monstruos fantasiosos, la misma se llama "Expansión Arcadiana".

-  Oye Pichón... -deja salir un sonido de su garganta respondiendo al llamado- ¿Puedo abrazarte cómo en la cápsula? -el chico no sabe dónde meterse-.

-  S-si... -responde-.

-  Me recuerda aquel momento en el que dije que te protegería como a un hermano menor. Mira ya casi tienes diecisiete, estas todo un hombre...

-  Sí, y tú un viejo -larga una carcajada y el mayor pasa su brazo por encima de sus hombros sonrojándolo-.

-  A penas tengo veinticuatro... Estoy en mi mayor esplendor y lleno de vitalidad -le sonríe y le guiñó un ojo-. 

-  Ajam... Cómo digas jajaja... 

-  Mañana iremos de excursión... Pensar que este año ya nos recibiremos y podremos hacer nuestras vidas tranquilamente -el chico agacha su cabeza-.

- ¡Sí! Pronto podrás hacer tu vida con Sasha... -el mayor solo hace silencio- Pero por mí no te preocupes... Estaré bien...

-  Pero... De seguro tu conocerás a una chica que quiera ser tu familia. Además nunca dije que te dejaría - asiente con un ruido en la garganta-.

-  Bueno... ¡Has silencio! -se sorprende ver cómo el mayor lo acurruca más hacia el-.

                                     ****

Al terminar la película ambos se retiran a la habitación. Felipe comienza a dudar sobre la orientación de Odín, pero jamás tuvo el valor de preguntarle por temor a que éste se enojara.

El menor coloca la alarma temprano, ya que tendrían que tener todo organizado antes de partir. 

-  Hasta mañana Pichón...

-  Hasta mañana Fel...

-  ¿Y a mí nadie me saluda?

-  Hasta mañana Orión -repiten ambos y éste pegó una carcajada-.

A sonar el despertador marcada las 6:00 am, el mismo tenía una foto de Odín junto a su padre. Jamás tuvo contacto con su madre, él solo la conocía por fotos que su padre guardó en el software de Orión, de esa manera podría mantenerla en sus recuerdos. 

-  Buen día pequeño...

-  Ufa te dije que ya no soy pequeño -bufó-.

-  Perdón... Buen día Pichón hermoso! -casi se cae de la cama-.

-  Tonto... Me apenas -el mayor pega una carcajada-.

-  Bueno arriba que llegó el día -asiente-.

-  Sí, vamos Fel...

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