Evelyn Davis y Dixon Torriceli
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Capítulo 17
Dixon
—Deja el rencor Dixon, sabes que.......
—Una mierda, no me vengas con eso Erick, sabes que mato a mis padres así que no me pidas eso, sabes que no voy a descansar hasta matar a tu padre y si es posible a tu madre tambien.
—Deja a mi madre fuera de esto Dixon, ella no tiene la culpa de los errores de mi padre.
—Tienes razón en eso, pero sabes que me valen una mierda, antes de que tu padre muera quiero que sufra y ¿sabes cual será el motivo por el cual él querrá morir? Cuando vea morir a su amada esposa por culpa de sus errores.
Me levanto dejándolo en el piso.
—Señor, han escapado no sabemos como lo hicieron pero....— alzo la mano para que se caye.
La sangre me hierve, lo tuve tan cerca, me giro hacia Erick quien se acaba de levantar del suelo.
—Tienes suerte de que mi problema no es contigo Davis, por que si no ya estarías más que muerto — digo lanzandole un disparo en la pierna.
—Eres un maldito Dixon.
—Tu padre hizo que me volviera un maldito, y mientras más tarde en matarlo seré mucho peor.
Salgo de la sala, dejándolo ahí, no veo a Erick como una amenaza y se que él tampoco me ve así, antes de que todo esto empezará lógramos coincidir varias veces, fuimos buenos amigos por un tiempo pero eso acabo cuando su padre mato al mío, desde allí solo me centre en vengarme y él en proteger a sus padres.
Varias veces rapte a Erick para ver si así Julián se entregaba, pero nunca lo hizo ni siquiera cuando lo amenace con matar a su hijo, se que hay algo detrás de todo esto, Erick los días que lo tuve en mis manos me dijo varias veces que su padre ni su madre se entregarían por él, ya que él no lo permitirá y que él su padre tienen un trato de que ellos jamás se entregarán por el.
Y eso me dice que hay algo más importante, algo que le importa a Erick y a sus padres tanto que son capaces de perder a su único hijo para no entregarse.
.........
Evelyn
Son las 11 de la noche, no sé nada de Dixon desde ayer que se fue, hice sola las cuentas y al parecer hoy también.
Recibo la orden que debo llevar a una de las mesas, hago lo mismo dos veces y en esa dos veces mi mente no deja de pensar en Dixon y en lo que estará haciendo.
En medio de mis ganas por saber de él, Paul aparece en mi campo de visión dándome el suste del año.
—¿Estas loco? Casi muero de un infarto.
—Enserio eres exagerada — dice en un tono burlón — ven conmigo tu ogro esta de mal humor.
—¿Si está de mal humor por que me llevas con el?
—Porque se que se pondrá de mejor humor cuando te vea.
—Pero no puedo dejar mi puesto, además ahora más tarde debo hacer cuentas.
—No te preocupes yo me encargo de eso.
Dice sacándome del restaurante ante de que pueda decir algo, me sube a la camioneta donde se encuentra Jackson en el asiento del conductor.
—Hola Jackson.
—Hola señorita Evelyn ¿Como estuvo su día?.
—Muy bien gracias por preguntar ¿Y él suyo?
—Me alegro mucho, el mío agotador.
Dice poniéndose en marcha.
—¿Y por qué está enojado? — le pregunto a Paul.
—Tuvo un asunto el cual no salió como esperaba — responde y yo asiento.
En poco tiempo llegamos a una villa, la cual es impresionante, ¿Será que todos lo que se dedican a la mafia tienen casas así?.
Entramos al interior de la casa.
—Sigue en ese pasillo, la tercera habitación de la izquierda — dice antes de irse y dejarme sola en medio de la sala.
Ni siquiera me dio tiempo de hablar, así que sin otra opción camino por el pasillo que me indicó, hay varias habitaciones tal vez y sean de invitados, escucho un ruido proviniendo de la habitación que me indicó Paul, entro y veo que es un gimnasio entro por completo, y después de buscar con la mirada encuentro a Dixon en el fondo golpeando un saco de cuero negro.
—Hola — digo acercándome a él.
Se detiene y me mira sorprendido, creo que no se espero mi llegada.
—¿Paul te trajo?.
—Mmm si, dijo que estabas enojado — responde y él sonríe de medio lado —¿Pasa algo? — preguntó y no responde.
Solo camina a mi dirección en grandes zancadas y lo primero que hace es tomar mi nuca y besarme, pero este beso es diferente a los demás este es necesitado, como si de verdad lo necesitaba.
El separa nuestros labios y veo como tiene las pupilas dilatadas y la respiración igual de agitada que la mía.
—Sabes lo que me causa esos vestidos tuyos y aún así lo sigues usando.
—Pues es lo que siempre suelo usar, muy pocas veces uso shorts o pantalones.
—Pues eso haría más fácil la tarea de conterme.
—¿Contenerte de que?
—De hacerte mía — dice pasando una mano alrededor de mi cintura y pegándome más a él.
Siento como algo duro roza mi vientre haciendo que mi cuerpo reaccione y lo que provoca que diga lo que algo que jamás pensé que diría.
—Entonces no te contengas.
Dixon me mira entre sorprendido y confundido, luego sus expresiones cambian a una más maliciosa, me toma de la mano y sale conmigo del gimnasio, salimos del pasillo y empezamos a subir las escaleras las cuales sube tan rápido que me tropiezo, Dixon se detiene y de un momento a otro me veo de cabeza.
—¡Ah! — digo cuando siento que golpea mi trasero.
Llegamos al final de las escaleras y Dixon no me abaja sino que abre mis piernas y las pone al rededor de su cintura y empieza a besarme desesperadamente, el beso es apasionante en intenso, él camina conmigo sin interrumpir el beso llegamos a una habitación y de un momento a otro lo veo sobre mi y me veo acostada en una cama.