Villana, Sé Mi Salvación.
Roderick Ravenmoon, fue visto como el villano de la historia cuyo final termina en tragedia, donde nada es lo que parece y los "protagonistas" encuentran su final en las manos de una poderosa villana. Pero Roderick fue presa de una injusticia y fue el primero en tener un final trágico.
Aunque ahora, el alma de un hombre de otro mundo ha reencarnado en el cuerpo de este villano y ha decidido que no seguirá el rumbo de la historia, cambiará su destino, y para eso, buscará la ayuda de la cuarta princesa de Trois Blanc, aquella que llevo a los "protagonistas" a su trágico final.
¿Roderick podrá cambiar su destino?, ¿la villana será su salvación?
POR MIS PECADOS
Romina era una joven ingenua que fue traicionada por quién pensó era el amor de su vida, su inocencia y su capricho harán ver qué por sus pecados su familia será destruida, pero la vida le dará una segunda oportunidad para destruir a sus enemigos sin piedad
Sin contar con que el amor pueda aparecer en su vida en quien menos se lo imagina
El Amor De Mi Jefe
Ana, una chica dulce y tierna de 24 años que trabaja como asistente de uno de los empresarios más jóvenes y guapos, pero lo que tiene de guapo lo tiene de sangron y mujeriego ¿que pasará entre estos dos chicos? acompáñame a descubrirlo...
Mi jefe esta enamorado de mi
—¿Por qué siempre huyes cuando las cosas se ponen reales? —La voz de Caelan era baja, casi un susurro, pero cargada de frustración. Aysel retrocedió un paso, chocando con la pared detrás de ella. Él
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Un Monstruo En Mi Cama (+18)
PARTE 1 Era la niña de sus ojos, eso decía. Un hombre enamorado de su creación. La mayor de sus flores quién tomaba forma a medida que crecía. Antonio puso sus ojos carnales en su pequeña. Con la ex
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Un Monstruo en mi Cama (+18)
Parte 2 Ana Se levantó aterrorizada y vio al Ryan riendo como loco "¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? ¡Llamaré a la policía!" "Creerán que estas loca, solo tu puedes verme __ Ryan hizo una pausa acer
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"Síndrome de Estocolmo, supongo"
Cuando me secuestraron, pensé en todas las maneras en que podría escapar. Grité, pataleé, incluso intenté sobornar a mi captor con mi tarjeta de crédito, hasta que él me miró, incrédulo. —Señorita,
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