Mi Querido Esposo
La única manera de ayudar a su padre enfermo, es casándose con un hombre que no ama.
Sabiendo que la vida de su padre dependía de aquello, debía seguir con la farsa que su matrimonio conllevaba.
No obstante, jamás pensó que su vida cambiaría de manera tan radical, sobre todo porque hacía tan solo unos meses estaba no solo por graduarse, sino haciendo otros planes.
¿Podrá la vida depararle algo más?
¿Podrá ella conocer el amor en aquella situación tan crítica?
La Extra Y El Segundo Protagonista.
Isabella ha reencarnado en Vittoria la extra que al final de la historia se casa con el segundo protagonista, el príncipe heredero, pero ella sufre las constantes burlas de las otras damas de sociedad porque su esposo el príncipe, no le presta atención, ya que se dice que sigue enamorado de Lía, la protagonista ¿será verdad esto? ¿que pasará ahora que Isabella es Vittoria?
OCULTANDOME DE TUS OJOS (7)
Fred, es un hombre con un pasado difícil, encuentra el amor a temprana edad, pero el se convertirá en el verdugo de sus propios sentimientos, aunque luchará con todas sus fuerzas el pasado no se puede cambiar ni corregir, pues su oscuro secreto lo hará perder el corazón de su amada.
Mi jefe esta enamorado de mi
—¿Por qué siempre huyes cuando las cosas se ponen reales? —La voz de Caelan era baja, casi un susurro, pero cargada de frustración. Aysel retrocedió un paso, chocando con la pared detrás de ella. Él
1
1
Un Monstruo En Mi Cama (+18)
PARTE 1 Era la niña de sus ojos, eso decía. Un hombre enamorado de su creación. La mayor de sus flores quién tomaba forma a medida que crecía. Antonio puso sus ojos carnales en su pequeña. Con la ex
2
48
Un Monstruo en mi Cama (+18)
Parte 2 Ana Se levantó aterrorizada y vio al Ryan riendo como loco "¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? ¡Llamaré a la policía!" "Creerán que estas loca, solo tu puedes verme __ Ryan hizo una pausa acer
0
50
"Síndrome de Estocolmo, supongo"
Cuando me secuestraron, pensé en todas las maneras en que podría escapar. Grité, pataleé, incluso intenté sobornar a mi captor con mi tarjeta de crédito, hasta que él me miró, incrédulo. —Señorita,
2
14