Un sentimiento nuevo

Al siguiente día

Después de desayunar con mi abuela y Max, me dirijo de nuevo a la universidad, esta vez siendo aún más cautelosa de lo normal, tomando desvíos que muy pocas personas conocen y tratando de encontrarme con conocidos, dejando un leve señal de mi presencia en caso de que algo pueda suceder.

El día de ayer ante tal situación comencé a investigar a todo el personal que mi padre ocupaba y mantenía alrededor suyo, principalmente mujeres, sin embargo, no tuve suerte en encontrar sospechosos; aunque solo se me vino a la mente esa persona, es decir, mi abuela paterna pero era simplemente imposible ¿por qué?, porque ella jamás me conoció, jamás en su vida le surgió curiosidad de conocer a su nieta y mucho menos de tratar con ella. En cambio, yo conocía perfectamente a mi abuela paterna pues en la antigua casa de mis padres siempre se podían observar retratos de aquella mujer y simplemente su apariencia se quedó grabada en mi.

Sin darme cuenta llegue a la universidad, creo que pensar tanto me hará daño en algún momento.

- ¡Kris! -

A lo lejos pude escuchar la voz de nada más y nada menos que Leo, me giro para verlo y saludarlo, pero mientras lo observo fijamente me doy cuenta de que cada vez está más atractivo, hoy vestía sus jeans ajustados, tenis deportivos y un camisa tipo polo, hacían notar su figura trabajada y su vestimenta y apariencia lo hacía destacar de otros, sin embargo, no era lo que me gustaba de él.

- Buenos días Kris -

Mientras me lo decía con una sonrisa en su angelical rostro pude sentir como si una ráfaga de aire me golpeara la cara ante tal rostro casi esculpido por los dioses o eso pensaba yo.

- Buenos días Leo -

- Dime Kris, ¿qué tal estuvo tu mañana? -

Este tipo de preguntas en Leo son totalmente raras, en el tiempo que nos conocemos casi nunca me ha hecho esta pregunta pero, pensándolo bien solo las hace cuando sabe o sospecha algo, ¿acaso vio lo que sucedió ayer?, por el momento le daré el beneficio de la duda, puede que por el momento este un poco paranoica.

- Ya sabes, Max levantándome a lenguetazos, desayunando con mi abuela y viniendo a la escuela, pero por qué preguntas -

- Por nada, ¿o acaso ya no puedo preguntarte nada? (risa burlona) -

Le doy un vistazo a mi reloj y me doy cuenta de que se me puede hacer tarde para la clase por lo que decido caminar mientras hablo con él.

- ¿Qué tal estuvo la tuya Leo? -

- Pues al igual que la tuya, lo normal y más aburrido de la misma rutina -

A lo lejos pude observar que un montón de estudiantes estaban siendo retenidos y me lleve la sorpresa de que aquellos hombres de negro se encontraban de nuevo, por lo que vi preguntando; al instante me di cuenta de que una chica que hablaba con ellos me señaló haciendo que mis sospechas se hicieran realidad.

- Que molesto -

- ¿Disculpa? -

Eh? ¿qué acabo de decir?, ¿acaso lo dije en voz alta?, no puede ser insulte al hombre de negro y Leo creyó que se lo decía a él.

- Escucha Leo no fue..... -

- Disculpa pero el chico molesto se ofendió así que me iré, ¿de acuerdo? -

Quiero disculparme con Leo, todo fue un malentendido pero aún así me pedirá explicaciones, por el momento lo motivaré a perdonarme y después le explicaré todo.

- ¡Oye, Leo! -

Voy corriendo y me pongo a su lado.

- Lo que dije no era para ti, es solo que hay alguien molestandome y yo simplemente lo dije sin pensarlo -

- .... -

- Leo por favor no me ignores ¿si? -

Cuando estuvimos en la entrada del edificio principal, Leo se abalanzó sobre mi teniendome acorralada contra la pared y colocó su rostro cerca del mío, después se acercó a mi oído para susurrar.

- Dime quién te molesta para poder darle una paliza -

Al escuchar aquellas palabras sonreí inconscientemente, el es muy lindo y sobreprotector conmigo. Rápidamente me acerqué ahora yo a su oído para decirle

- Si me atrapas te digo -

Sin darle la oportunidad a reaccionar, me escapé de él y salí disparada a mi aula con la esperanza de que no me alcanzaría pues en la universidad éramos conocidos como los número uno en atletismo. Subi un gran número de escalones y llegando a mi piso correspondiente debía girar a la derecha, sin embargo, no me doy cuenta de que el piso está resbaladizo y no me da tiempo a encontrar un punto de apoyo, me resigno a caer y cierro mis ojos.

De un momento a otro siento como unos brazos me sostienen y en mi espalda siento como mi caída la amortigua algo grande pero cómodo; cuando miro hacia arriba me doy cuenta de que es Leo el que me detuvo, ambos nos miramos fijamente a los ojos sin decir palabra alguna.

Debi decir que sus ojos de color avellana son hermosos, tienen una profundidad que me hace sentir emocionada y cómoda junto con un extraño sentimiento de calidez, jamás le había prestado atención a este tipo de cualidades pero debo decir que los ojos de Leo me hipnotizan totalmente. Al mismo tiempo puedo escuchar el sonido de latidos ¿serán los míos?, ¿los de Leo?, en mi surge un sentimiento un tanto extraño, un sentimiento que jamás experimenté y que no poseo las palabras para describirlo; mi rostro no se quedaba atrás y también comenzó a experimentar cambios, sentía como su temperatura aumentaba como si de fiebre se tratara, pero yo sabía que no era eso pues era muy poco frecuente que yo enfermara, y al igual que mi rostro mis orejas también se sentía calientes.

Lo más extraño vino después, pues de mirarlo a los ojos comencé a bajar la mirada hasta sus labios, hasta cierto punto me parecían muy atractivos, poco a poco sentí como nos acercábamos y en ese instante sentí que solo estábamos nosotros dos.

- ¡Ya bésala Romeo! (risas burlonas) -

Un estudiante gritó en cuanto nos vio, ante tal burla reaccionamos y evitamos el contacto ocular.

- Emmm...creo que debería ir a clase -

- .... -

Leo no me decía nada por lo que opté a verlo rápidamente y sinceramente no me esperaba esa reacción por parte de él.

Estaba dándome la espalda pero cubriendo una parte de su rostro con la mano, pude notar que sus lóbulos estaban totalmente enrojecidos, se apoyó en la pared pareciendo como si estuviera a punto de desmayarse; jamás había visto una faceta así de él y me pareció muy lindo y tierno, quería contemplarlo por mucho tiempo.

- Ya me voy tomatito (risita burlona) -

Le dijo en su oído a Leo y veo cómo hace un ademán con su mano en señal de que quiere que me vaya, mientras me dirijo a mi aula le regreso una rápida mirada y puedo verlo tomándose de su cabello con ambas manos mientras sacude su cabeza, es lo más gracioso que pude ver el día de hoy.

- Gracias Leo -

Gracias a él pude olvidar por un instante lo que estaba sucediendo a mi alrededor y brindarme una agradable mañana, en verdad creo que lo amo.

Continuará....

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