conocerse

La mirada de Santiago no dejaba a Valeria pues sabía lo que le estaba ocurriendo.

La sensación de dolor, combinado con el placer de su toque la estaban enloqueciendo, él lo sabía, podía sentirlo en como ella se estremecía.

-date vuelta.

ordenó apartando las manos de Valeria de su rostro

Valeria: no... es necesario que cure nada más... quiero dormir (por favor deténgase, no creo resistir esto más, mi cuerpo actúa raro con él, desde que me besó)

Santiago: no te preocupes será rápido, aunque también puedo hacerlo desde aquí.

Sonrió pasando su mano por la espalda de Valeria, ella se encorvó un poco elevando su espalda y hundiendo su cabeza en la almohada, Santiago se apoyó sobre sus pechos y la rodeó con su brazo por completo, el dolor por fin se fue y ella se calmó.

ahora se sentía bien, no le dolía nada, solo debía alejarse de Santiago para volver a ser ella, por alguna razón él aún seguía en la misma posición anterior.

Valeria: señor, ya estoy bien podría...

las manos de Santiago soltaron el lazo que sujetaba la parte del busto de Valeria, esta se cubrió rápidamente mientras pidió entre jadeos

-por favor no!

Santiago: incluso si dices eso tu cuerpo me está aceptando, sé que dije que no haría nada más, pero ya no lo resisto.

Él besó su cuello, mientras Valeria inútilmente trataba de guardar la compostura, mientras más excitada y fuera de si se sentía, más intensas se hacían las acciones de Santiago.

Valeria: (si dejo que él continúe no podré salir de aquí, va a matarme como aquellas chicas!, pero no puedo apartarlo, )

una punzada de dolor saco a Valeria de sus pensamientos, Santiago la había mordido, nada con él era igual aún si dolía no dejaba de sentirse bien por su toque.

trató de alejarlo pero sus fuerzas no eran suficientes

Valeria: por favor, no quiero morir!

ella tenía miedo, sus lágrimas brotaron, estaba segura de que esta vez ya no iba a despertar, que ahora si moriría y que definitivamente terminaría como las otras chicas en aquella habitación.

él sintió su miedo y se alejó.

Santiago: no voy a matarte!

Valeria seguía aterrada.

-sé que sí!, yo vi los cuerpos de las otras chicas que han venido aquí!.

Santiago: fue por eso que huiste?.

Valeria: usted las mató verdad?

Santiago: tenía que!, ellas incumplieron las leyes.

Valeria: va a matarme también verdad?

Santiago: prefiero no tener que hacerlo, eso depende de ti.

Valeria: le prometo que no haré nada malo, solo quiero irme de aquí.

Santiago: a que quieres volver?, nadie te espera, entonces por qué te empeñas en irte?

Los ojos de Valeria se llenaron de lágrimas, sabia que eso era cierto, nadie la esperaba en aquel lugar, para su familia que ella muriera era lo mejor.

Valeria: incluso si es así, incluso si en mi familia son crueles y nada amorosos conmigo... es mil veces mejor que aquí, tengo miedo de ser asesinada por usted o los otros hombres allí afuera.

por favor yo solo quiero olvidar todo esto... que fue lo que hice mal? siempre creí que si era buena, si era amable, algún día me pasaría algo bueno.

Entonces por qué? por qué estoy aquí? por que tengo que ser tratada de esta manera? debió dejarme morir cuando salté a ese abismo!.

Santiago se sintió culpable por su estado, se puso de pie.

-te prometo que desde hoy no te lastimaré, no quiero que me temas!, mientras sigas mis instrucciones estarás a salvo y podrás volver a tu hogar cuando vuelva a abrirse la puerta.

Él vampiro salió y ella se cubrió con la sábana sin dejar de llorar, aún si sabía que no tenía un lugar a donde volver, quería irse, hasta una vida de insultos y castigos ahora sonaba como el paraíso comparado con lo que había vivido en tan solo un día allí.

Mientras estuviera allí necesitaba la seguridad de que no sería lastimada en aquel lugar.

Los días siguientes tal como lo prometió Santiago no había tocado a Valeria, aún si permanecía en casa, él se limitaba a dedicarle las palabras y atenciones meramente obligatorias, un saludo, responder una duda o permitirle una salida, nada más.

Valeria por otra parte ya se sentía más segura a su alrededor y en el castillo.

Esa mañana arreglaba el jardín con Jef.

Valeria: puedo hacer la comida hoy?

Jef: como quieras!

Valeria: comerás con nosotros hoy? el señor Santiago es muy callado, incluso si le hablo no dice casi nada, es raro que lo diga pero tu hablas más.

Jef: yo jamás me siento a la mesa, prefiero cazar mi comida, y tampoco sería mejor compañía que el amo.

Valeria: en que otra animal puedes convertirte?

Jef: en lo que quiera incluso puedo verme como tú.

Valeria: que?

Jef: no prepares cosas dulces el amo no las tolera.

Valeria: que? pero él probó el postre que preparé hoy

Jef: por eso te lo digo, incluso si es así él no se negará a comer algo que prepares.

las cosas dulces no

son digeridas tan rápidamente por su sistema, disminuyendo su fuerza y si él está débil la barrera es inestable

Valeria: donde está él ahora?

Jef: descansado, es mejor que vayas a dentro, hay un demonio menor cerca.

Un fuerte rugido se oyó en dirección al río el suelo se estremecía mientras algo avanzaba.

Jef: tal vez sea un clase dos, eso confirma que aún no está bien!, vete ahora!

Valeria corrió asustada a la casa y Jef se quedó fuera.

Ella subió hacia la habitación de Santiago iba a tocar pero la puerta estaba abierta, entró lo vio con los ojos cerrados sobre el enorme sillón, pensó estaría dormido.

Valeria: (nunca lo había visto dormido creí haber oído que Jef dijo que no duermen el descanso para ellos es diferente al nuestro, un vampiro!, nunca pensé que fueran reales o ver uno son tan extraordinarios como peligrosos especialmente él)...

Los ojos de Santiago se abrieron eran casi amarillos Valeria se asustó y al retroceder cayó sentada en el suelo.

Él cubrió sus ojos para que ella no lo notara

-por que viniste? te dije que no podías entrar!.

Valeria: lo siento, tenía miedo, es que... hay una criatura afuera, bueno no la vi pero parecía grande y peligrosa.

Santiago: y pensaste que en mi habitación estarías más segura que con Jef?

Valeria: yo... si, eso pensé!.

Ella bajó la mirada pues se sentía tonta.

Santiago: descuida, Jef se hará cargo. ahora sal estoy tratando de descansar y no podré contigo aquí.

Valeria: señor, usted está mal por mi culpa verdad? lo siento mucho yo no sabía, hay algo que pueda hacer?

Santiago: (ella de verdad ha dicho lo que creo?) yo estoy bien, será mejor que salgas!.

Valeria parecía triste por sus palabras, ni siquiera la había mirado, tal vez estaba enojado, habían pasado dos semanas desde el encuentro con Saul y él no le había mostrado tal actitud en ningún momento, ni siquiera cuando rompía cosas al intentar ayudar, o ir corriendo por algo que necesitaba.

Valeria: perdón no quería molestarlo, no volverá a pasar.

Ella se puso de pie y caminó a la entrada.

La mano de Santiago detuvo la puerta antes de que ella la abriera y la acorraló.

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