Un Encuentro Desagradable. Parte 1.

En un mundo donde todo puede pasar y las probabilidades son infinitas, existe un joven de unos quince años con una inusual apariencia de rasgos afeminados, una particular forma de ser tan calmada y distante de los demás, una rutina simple, precisa y constante pero con un pasado turbio el cual es desconocido a toda persona que lo rodea.

A pesar de ser una persona proveniente de una familia de clase social baja, una inusual habilidad suya ha destacado permitiéndole ingresar en una institución educativa exclusiva de personas con una posición social más elevada a la media. La razón, un trato realizado con el director el cual consiste en otorgarle una beca completa, a cambio, él deberá estar a disposición del director siempre y cuando él lo necesite. A parte de eso, su permanencia también está ligado a ciertas condiciones; la primera cambiar su apellido por una de más renombre, esto para no levantar sospechas y poder mezclarse fácilmente con el resto de los alumnos; la segunda evitar en lo posible relacionarse demasiado con los demás, esto con el fin de pasar de ser percibido y no llamar mucho la atención de los demás. Estas condiciones son con el objetivo de evitar que el joven sea reconocido por los demás y cause un alboroto con los demás compañeros al saber que una persona de clase social baja se encuentra estudiando entre ellos.

Actualmente se encuentra en su habitación dentro del dormitorio de hombres sentado frente a una mesa cruzando las piernas pensando en todo lo vivido hasta ahora sin tener la más mínima idea de lo que le espera en el futuro, sin saber que toda su vida cambiará por completo en apenas unos días.

Mientras el joven aún se encuentra ahogado en sus pensamientos, su compañero de cuarto lo interrumpe mientras le va diciendo: Hey Drake… oye Drake… Tierra llamado a Drake.

D: Eh? Que pasa Jorge?.

J: Joder! Que demonios te pasa, te la has pasado un buen rato sentado allí con esa pose rara tuya y con la mirada perdida.

D: Y solo me molestas para decirme eso? Acaso aún no te has acostumbrado a cómo soy? Además ya te he dicho varias veces que cuando estoy así es porque simplemente me dejo llevar por mis pensamientos.

J: Quién se acostumbraría a eso? (lo dice en voz baja). Ah? Por cierto, ya terminaste la tarea?.

Ya sabiendo a que va a parar la conversión, él suspira suavemente y le responde: Ya me suponía que me pedirías algo…

J: Y bien? Ya la terminaste? Si de casualidad ya lo has hecho… (con voz y pose sugestiva) podrías prestármela?.

Él lo mira de forma fría y seria, luego le responde: No pienso ayudarte con eso, procura valerte por ti mismo por una vez en tu vida y deja de molestarme.

J: O vamos! (saca su billetera del bolsillo). Y que tal por 20 dólares?.

D: (mira de reojo los billetes)… Que sean 50.

J: Queeé!! Oye, siempre me haces lo mismo, acaso quieres dejarme en banca rota?. Sé un poco más flexible esta vez.

D: No seas tan exagerado! Ni que unos míseros 50 dólares fueran una gran pérdida para ti, además ya deberías saber como funciona esto, si no cumples con mis demandas entonces no hay trato.

J: Mierda! Ok. (lo dice con voz de desaliento) toma. (le entrega los 50 dólares) y bien!?.

Él recibe el billete de 50, luego le responde en un tono tal que pareciera automatizado: En mi mochila, carpeta roja, a partir de la quinta hoja. Una vez que termines déjalo nuevamente en su lugar. Y ya deja de molestarme.

J: Ok partner!.

D: [Y dale con eso, solo soy tu partner cuando te conviene].

Con su compañero yendo tras su mochila, el joven revisa la hora en su celular, dan las 21:47.

D: [Vaya! Creo que ya he estado pensando más de la cuenta. Ya es un poco tarde, mejor me voy a dormir, mañana es viernes y todavía hay clase].

Sin nada mas por hacer, Drake deja el lugar donde está sentado para ir dormir en su cama dejando a su compañero desvelarse en la mesa por hacer su tarea.

Al día siguiente.

Suena la alarma en el celular de Drake (son las 5:35) automáticamente él se despierta y lo apaga de inmediato para así comenzar su rutina diaria de prepararse para ir a estudiar. Una vez terminado de asearse y vestirse, revisa su mochila para ver si todos sus materiales se encuentran en orden, curiosamente percibe claramente que algo falta en ella, entonces se dirige junto a su compañero quién todavía sigue dormido en su cama y tras sacudirlo del hombro le dice de forma insistente: Oye Jorge despierta. Ya es hora de levantarse, despierta.

Viendo a su compañero negándose a despertar le propina una cachetada y le habla con un tono de voz más elevado: Despierta de una buena vez!.

J: Eh? Que pasa? (apenas abre los ojos).

D: En donde has dejado mi carpeta?.

J: Ah si tu carpeta! Lo siento, de seguro está entre mis cosas.

D: Bien!... Deberías levantarte, ya son las 6:07.

J: Si si ya enseguida me levanto (se pone de costado y se vuelve a dormir).

D: Ok, ya hice mi parte, lo demás ya es su problema.

Una vez encontrado su carpeta entre las pertenencias de su compañero, el joven continúa con su rutina y se dirige a la cafetería por su desayuno ordenando como siempre algo ligero pero consistente para empezar el día. Terminado el desayuno se dirige a su respectiva sala a sentarse en el lugar de siempre que sería el último asiento de la esquina derecha y como es habitual en él cruzando las piernas, llegando ahí dan las 6:43, el aula aún sigue vacío y como las clases comienzan a las 7:00 el saca de su mochila un cuadernillo especial el cual utiliza para hacer dibujos a modo de bocetos y así distraerse un rato para pasar el tiempo mientras también escucha algo de música usando unos auriculares conectados a su celular.

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