Brayan tenia solo 6 años cuando se encontraba ingresado en el hospital por un problema en su pequeño corazón.
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Era muy triste pasear por el pasillo donde varios niños en lugar de poder jugar en el parque estaban encerrados entre 4 paredes conectados a varias máquinas para poder seguir respirando.
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Los sanitarios hacían lo imposible para darles alegrías todos los días, por lo que el jefe de enfermeros, Allan, tuvo una idea.
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Animó a sus compañeros a disfrazarse de payaso, con coloridos trajes, pelucas y maquillaje. De esa manera, mediante la terapia de la risa, ayudarían a todos los niños del hospital.
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Llegada la tarde, los enfermeros se vistieron h entraron en diferentes habitaciones para hacer reír a los pequeños.
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