Capítulo 2 La pregunta

La pregunta que mi padre dirigió hacia mí. Fue un poco Inesperada o más bien. Rara, él no es alguien que suela comunicarse directamente conmigo. Y si en caso lo hace es porque según él es importante. Entiendo eso. Pero. La mayoría de veces que lo hizo. Fue por cuestiones de Dinero. Siempre me decía que había retirado una cierta cantidad de mi cuenta. Y que la necesitaba urgentemente. Pues serviría para hacer algo grande y especial y que pronto lo vería. Le creía, todo el tiempo. Hasta que crecí y logre entender y saber que era lo que realmente hacía con ese dinero. Ya no quise prestarle más atención y busqué olvidarlo. Ya que nadie más que solo él, el banco y yo, sabemos que fue de ellos.

En fin. Quiero mucho a mi padre y se que algún día él hará lo que un padre normal hace. Y por fin estar él, mamá y yo. Juntos como una familia de verdad. Y bueno, pensé que esto. Sería el inicio de ello...

—¿Quieres que vaya a trabajar a la empresa del abuelo? ¿No son supermercados?.

—Sí. Lo son sin duda. Pero, necesito que me ayudes. No pude pensar en alguien más que solo en ti. Para poder ayudarme, al final. Eres muy lista, ya que lograste ingresar a la universidad. —Su manera de hablar parecía ser con sarcasmo.

—Sí. Logre ingresar a la universidad, pero no fue tan fácil como tú lo quieres hacer ver.

—Lo sé, no fue nada fácil para ti. Pero, aun así. Lo lograste y ahora por fin serás toda una universitaria.

—Gracias, pero, eso no tiene sentido en tu propuesta.

—Oye, sabes que tu abuelo está enfermo, ¿por qué no ayudarlo, ayudándome a mi?

—Bueno... No lo se. ¿Qué se supone que haría?

—Nada difícil, solamente éstar ahí. Ver algunas cosas. Como supervision. Pero nada del otro mundo.

—Entiendo, ummm, supongo que esta bien. Ya que si es para ayudar al abuelo, no me negaré.

—Bien, sabia que Aceptarías. El abuelo te lo agradecerá mucho. Nos vemos mañana, ¿si?

—Sí.

Me fui a dormir pensando un poco, en esa propuesta. Si no había mucho que hacer. Supongo que no interfiriria mucho en las demás cosas que tenía que hacer. Antes de iniciar mi vida universitaria. Me quedé despierta todo la noche un poco emocionada y nerviosa por el día de mañana.

—Ya estas aquí. —él estaba frente a la puerta de entrada.

—Si. No sabía la hora exacta de entrada. Así qué Me vine tan rápido como pude.

—Ya veo, bueno, ven conmigo, te enseñaré el lugar.

—Sí. —empecé a caminar detrás de él.

—Como veras, aquí está el área de contabilidad, en este otro lugar está el área de marketing, en este otra, esta otra la recepción de información.

—Me llevo a varias arias del lugar. Fue cansado y un poquito aburrido. Pero el conocer todo era importante para lo que se supone debía hacer.

—Me tome un pequeño descanso, mientras veía a mi padre hablar con algunos de los empleados. No sabía sobre qué era. Pero se veía algo molesto.

—Ah, lo siento por eso que acabas de ver. Pero, me dijeron unas cosas que no esperaba y me puse muy molesto. Jeje.

—Esta bien, entiendo, sí es por algo concerniente a la compañía del abuelo. Tiene que ser algo serio y no se puede dejar pasar por alto.

—Ah si. es como dijiste. has dicho bien. Pero bueno, resolveremos eso pronto. Mientras tanto. Terminamos con lo último que faltaba por ver y luego, nos ponemos a trabajar.

—Si.

—Bueno, ya visto todo, pongamos a trabajar.

—Si. ¿Qué tengo que hacer?

—Verás, como te dije en la llamada. Tienes que hacer algún tipo de revisión, en la que veras como esta funcionando todo. Claro que no todo. Pero si lo principal.

—Entiendo, ¿y eso es?

—Ahhh, eso sería. El area de Marketing.

—¿Enserió?

—Si. Bien, no pierdas más el tiempo y ponte a trabajar, estaré en la oficina.

—Oye, ¿no vas a presentarme a todos los empleados?

—Oh, si. Tienes razón, lo había olvidado por completo. Oigan todos. —El dio un grito fuerte y todos los empleados del lugar se reunieron a su alrededor.

—El día de hoy comenzará a trabajar con nosotros mi hija Samantha, ella ayudará en el área de marketing, así que. Por favor, denle la orientación necesaria sobre lo que debe hacer. ¿Entendido?

—¡Si! —Todos los presentes respondieron a la vez.

—Muy bien, eso era todo, vuelvan al trabajo.

Todos se retiraron a seguir trabajando. algunos parecían murmura entre ellos y decirse algo. Pero era en una voz tan baja que no podía entender lo que decían, más bien, parecían solo mover los labios y nada más. Unas chicas se acercaron a hablarme y darme la bienvenida. Y desearme que hiciera un buen trabajo y sin ningún problema.

El tiempo avanzó rápido, ya que estuve viendo algunas cosas, como el nuevo anuncio que la compañía pensaba lanzar próximamente y también el presupuesto que se tenía asignado para hacerse. Parecía algo tranquilo, bueno para ser mi primer día así lo sentía.

Salí algo exhausta, Fui caminando hacia mi apartamento, estaba cerca, cuando...

—Oye, estuve llamándote muchas veces. —me decía Mari algo enojada. Mientras nos sentábamos en la mesa de una cafetería.

—Lo siento, Pero, hoy comencé a trabajar en la compañía de mi abuelo y olvidé decirtelo, ya que me dormí lo más temprano posible. O. Más bien. No dormí nada y solo me levante. Bañe, cambié Y sali corriendo sin ver la hora y llegué un poco más temprano de la hora de entrada. Así que. No llegué tarde. En el primer día.

—Ya veo, lo entiendo perfectamente. pero, Ayer al menos debiste haberme enviado aunque sea un solo mensaje. Avisándome sobre ello y no me hubieras hecho angustiarme de más.

—Lo siento, no volverá a pasar.

—Eso espero. Je. ¿Y cómo te fue en tu primer día?

—Bueno, me fue bien, yo diría que muy bien. Al final vi cosas interesantes y que no conocía.

—Ya veo. Eso me alegra.

—Gracias.

—De nada.

—Si oye, si me sorprendió ese montón de llamadas perdidas. —viendo las varias llamadas sin contestar de Mari. —de verdad lo siento.

— esta bien, ya olvidemos eso. Solo promete que no lo volverás a hacer. ¿Si? Porque, por no hacerlo me termine preocupando mucho.

—si. Lo se, lo siento nuevamente.

—Y yo dije que esta bien, que no vuelva a pasar. ¿Si?

—Si. Haré todo lo posible para que no vuelva a ocurrir.

—Eso me tranquiliza, un poco, pero bueno, ¿vamos a otro sitio? Estar en una cafetería donde solo podemos tomar café u gaseosa, pero no comida por la hora me está haciendo enloquecer.

—¿No comiste nada?

—No te dije que estaba preocupada, no sentí hambre. Bueno, se me quito cuando no me respondiste mi mensaje por la mañana, las ganas de desayunar ese rico desayuno, se fueron y ni mencionar el almuerzo y la cena también.

—Y apenas son las nueve de la noche. Se supone que todavía deberían vender algo de comida.

—Si. Pero ya ves que no. Bueno, busquemos otro lugar, porque ya no puedo más. Ahora que se que estas bien y puedo verte, deje esa preocupación atrás y deje que el hambre fuera libre. Y ahora Esta atacando fuerte. ¿Lo entiendes?

La mirada de Mari se parecía a la de alguien con un sufrimiento total.

—Lo entiendo, vamos a comer algo pronto.

—Si!

—¿Pero tu pagas?

—Si! ¿Qué?

—Entonces, ¡no me con tendré!.

—¡Oye! ¡Eso lo tenías que decir yo!

—Lo siento, ja, ja, ja.

Ella iba corriendo detrás de mi. Mientras reíamos y nos dirijiamos hacia ese lugar que esperábamos encontrar.

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