capitulo 4

LOS CONTORSIONISTAS”

En otro de los pisos, el segundo derecha, vivía una pareja joven. El piso había sido alquilado, hace años, por la madre de la mujer, pero a la madre nunca la vimos allí. La habrían convencido para abandonar el piso y la tendrían en un asilo comiendo pienso, pienso. Al llegar a este piso nos sorprendieron con frecuencia ruidos extraños en el interior de la vivienda. Se trataba siempre de gemidos, suspiros, gritos, estrépito de sillas y mesas, pero nunca oímos a nadie pedir auxilio, aunque más de una vez estuvimos a punto de llamar a la policía al oído (que nunca a la vista) de tan estremecedores lamentos. Nuestra primera hipótesis, por tanto, fue pensar que la relación entre la pareja no era buena y que eran frecuentes las peleas y los malos tratos, pero todo quedaba desmentido por la ausencia de hematomas externos en ambos inquilinos así como por su perenne y exultante cara de felicidad las pocas veces que les vimos bajar precipitadamente la escalera. Por ello, nuestra siguiente hipótesis fue pensar que esta joven pareja se pasaba el santo día viendo películas para adultos (poco santas precisamente) y que, de vez en cuando, ponía en práctica las sugerencias presentes en estas. Sin embargo, al poco tiempo pudimos comprender lo que pasaba realmente cuando los restantes vecinos se refirieron despectivamente a ellos como los contorsionistas. ¡Claro, cómo no lo pensamos antes! Esos gemidos, esos suspiros, esos gritos desgarradores, ese estrépito de sillas, mesas y muebles de cocina, ese abrir y cerrar de armarios, esa algaraza general y estrepitosa, como si se escenificaran todas las batallas de la Ilíada y la Odisea juntas, la vida cotidiana de Sodoma y Gomorra o todas las bacanales y orgías grecorromanas también juntas, no podían ser producto de ficciones cinematográficas, sino que respondían a la pura realidad (en este caso, tampoco muy pura, al menos desde el punto de vista moral), porque la realidad siempre supera a la ficción.

Quedaba por delimitar el sentido exacto que tenía, para los vecinos, el apodo de los contorsionistas. Por lo visto - quiero decir, por lo que habían visto los vecinos, siempre al acecho de los demás- esta joven pareja, ambos fogosos y atléticos, se daba con frecuencia a los apetitos carnales, a pesar de ser ambos vegetarianos radicales (ésa ha sido una de las contradicciones que más me llamaba la atención). Y cualquier lugar del piso era bueno para la faena (a pesar de estar ambos en el paro, otra curiosa contradicción que merece ser señalada): la mesa del salón, los sillones, los armarios, la galería, la mesa de la cocina, la lavadora en pleno centrifugado. Y todo en plan aquí te pillo aquí te mato, sin preocuparse por cerrar ventanas ni cortinas, sin reparar en la caída de muebles o en los posibles destrozos del piso y su infraestructura, pues al fin y al cabo la arrendataria del piso era la madre de ella. Por su parte, los vecinos de mediana y avanzada edad del edificio disfrutaban viendo el espectáculo, aunque no sé si por el espectáculo mismo o por tener algo que contar luego a los demás en sus interminables chismorreos en voz baja.

Y todo esto nos lo contaban ellos a nosotros, también en voz baja, pero sin dar demasiados detalles, de manera que nuestra pequeña historia sobre los contorsionistas no es más la imperfecta combinación de un puzzle de informaciones fragmentarias y quizá no sea el fiel reflejo de lo que realmente allí ocurría. Pero al menos, esto que nos contaron se acerca más a la verdad que lo poco que nosotros pudimos ver, porque cuando llamábamos tardaban bastante en abrir la puerta y tan sólo nos permitían ver sus cabezas, parte de sus albornoces de emergencia y el dinero justo del alquiler, con las cuatro diminutas pesetas del pico. Porque hay que reconocer que en todo eso, salvo en lo de los albornoces, esta pareja se comportaba exactamente igual que los demás vecinos; y, por tanto, no debemos ensañarnos con tan briosos amadores, ya que a diferencia de otros muchos vecinos, si tardaban en abrir era porque realmente sí estaban haciendo algo.

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Comments

ismael

ismael

uaaaaa

2021-04-22

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