Capítulo 3 (Editado)

[Narra Alice]

Mi padre se despertó en la madrugada, tengo que aprovechar para preguntarle si tiene algo con Rose, la verdad es que la duda me estaba matando, necesito saber la verdad de una vez por todas.

Fui a la cocina, ahí me encontré a mi padre tomando un vaso de agua, me acerqué a él y lo saludé:

— Hola padre, ¿cómo estás? —

Me miró algo asustado, creo que no se esperaba encontrar conmigo…

(Padre de Alice) — ¿Hija?, ¿qué haces despierta, ve a dormir ahora mismo —, me dijo en un tono algo enfadado.

Negué con la cabeza, tomé un poco de aire hasta que tomé el valor para preguntarle lo siguiente:

— ¿Tienes algo con Rose, padre? —

— Alice, basta con estas tonterías, tú mejor que nadie sabe que no puedo ver a otra mujer que no sea tu madre, sé que ella nos abandonó, pero sigue siendo la mujer de mi corazón —, me dijo en un tono molesto.

Me quedé en silencio… ahora me siento algo culpable, creo que pensé las cosas de más, me siento como una idiota.

Me acerqué a él y le di un abrazo en forma de disculpa.

— Tienes razón, no sé en qué estaba pensando, pero hay otra cosa más, ¿qué haces despierto, padre? —, le pregunté con curiosidad.

— Alice, ¿recuerdas el restaurante que tenía con tú madre?, la verdad es que aún lo conservo, es ahí de dónde vienen nuestros mayores ingresos, créeme de no ser así no tendríamos ni para comer porque ser solo ser un conserje no es suficiente.

Es por eso que estoy despierto, porque voy a trabajar en la agencia de autos, tengo cosas que limpiar allá, hija —, me dijo en un tono melancólico.

— ¿Por qué no me lo habías dicho antes?, creí que ya habías vendido el local hace tiempo, padre —, le pregunté algo confundida.

— Estuve por venderlo hija, pero con unos ahorros que tenía lo puse en funcionamiento, es un restaurante sencillo pero nos mantiene al margen —, me contestó en un tono algo serio.

— Está bien, pero no quiero más mentiras padre, me siento mal, soy tu hija y siento que ni siquiera te conozco, no me ocultes más cosas por favor —

Nos dimos un abrazo de despedida, después de eso me fui a dormir más tranquila sabiendo que mi padre estará y está bien, eso es más que suficiente para mí.

…

[Narra Alexei]

Ha pasado un mes desde que vi a esa mujer, un mes donde simplemente no la puedo sacar de mi mente, día y noche está ahí, creo que me ha dejado marcado, siento que una sensación extraña cuando la pienso, es una sensación de escalofrío que recorre mi cuerpo, es como sentir una paz en el alma… Algo así sentía cuando me enamoré de Myriam, pero esto es diferente, no puedo enamorarme de una mujer que apenas vi unos momentos, debo de estar pensando de más con tanto trabajo que he tenido.

Prendí un cigarro mientras esperaba a una de mis asistentes, ella me entregará algo importante que le he pedido.

— Aquí está lo que me pidió, señor —, Dijo mi asistente mientras me saludaba con una sonrisa y me dejaba los papeles en el escritorio.

Apagué el cigarro, me senté de una manera cómoda y empecé a leer los papeles que me trajo mi asistente, estos papeles contienen información sobre la mujer que vi en la universidad.

Haber, dice que su nombre es Lucy Alice Manoban Dubrow, si mal no me equivoco son apellidos asiáticos y americanos, vaya combinación.

Al parecer vive en un barrio tranquilo de clase media, esto es algo que me sorprende, pensé que era de una familia adinerada, pero ahora todo tiene sentido… Al parecer estudia en esa universidad por unos amigos de su padre, eso explica porque vive en un barrio de clase media y estudia en una universidad de gente poderosa.

También dice que su madre fue algo así como una modelo y su padre un empresario, eso explica por qué Alice es tan bella, supongo que tenía de dónde sacar, además dice que no vive con su madre y hermanos, pero no se dice porque, creo que es algo muy difícil de descubrir.

Y por último. dice que Alice tiene una mejor amiga de nombre Rose, su amiga estudia en una universidad de dudosa procedencia, se dice que en esa universidad se mueve mucha droga, pero yo nunca había escuachado ese rumor, de ser así estaría al tanto…

En fin, no hay mucha información personal sobre ella, todo lo que dice son cosas que cualquier conocido de ella sabría, esto me resulta extraño… Pero

¡hay algo más!, no me percaté de lo que venía al reverso de la hoja, al parecer su padre tiene un pequeño restaurante, un pequeño restaurante al que en realidad no le va muy bien que digamos, con esos ingresos apenas podrían comer dos personas, ¿cómo es que viven?, seguramente su padre debe tener una deuda por ahí, me encargaré de que sea así, necesito a toda costa que Alice sea mía.

Tal vez unas joyas y mucho dinero la deslumbren, debe ser como todas, seguramente nunca ha visto algún diamante real en persona, unos cuantos de ellos la harán estar rendida a mis pies, todas son así.

…. 4 DÍAS DESPUÉS

[Narra Alice]

Estoy en la cafetería en la que suelo verme con Rose, hace rato recibí una llamada de ella diciendo que nos viéramos aquí, pero ha pasado un rato y no hay rastro de ella, tal vez se le ha hecho tarde.

Bueno, no vine aquí para nada así que beberé algo y leeré un poco, saqué un libro de mi bolso, me disponía a leer cuando escuché una voz algo familar.

Alexei — ¿Qué libro está leyendo, señorita? —, me preguntó un hombre… Creo que es el mismo de la universidad, debe ser ese que vi allá.

No me había percatado de que este hombre estaba aquí y mucho menos de que estuviera frente a mi.

Sentí un escalofrío, este hombre no me da buena vibra, además ¿cómo es que nos volvemos a ver?, se me hace mucha coincidencia, no entiendo cómo pudimos toparnos ya dos veces.

Me da una sensación extraña estar cercas de él, lo mejor será que no le haga plática.

— Lo siento, pero no es de su interés —, le respondí a lo que me había preguntado, tratando de terminar la conversación.

Pensé que con eso se iría pero no, incluso se acercó más a mí y me susurró;

— Tengo algo que podría interesarte —

Eso último me dejó bastante confundida, a este tipo ni siquiera lo conozco, creo que la primera vez que lo vi me preguntó por su hermana ¡pero fue solo eso! , no se porque está aquí, ¿qué es lo que quiere?.

Tomé con fuerza mi libro, lo guardé en mi bolso y me levanté para irme, pero cuando me di cuenta ya no había nadie en la cafetería, las únicas personas que se veían eran unos hombres grandes vestidos de negro, pero estaban afuera solo se veían por el cristal.

Esto está empezando a darme miedo, ¿quién es este hombre?, ¿por qué hay tantos hombres protegiéndolo?.

Viendo ese panorama creo que lo mejor será regresar a mi asiento.

Nuevamente me senté, esta vez frente al hombre, quien me miraba con una sonrisa:

— Perfecto, así debió ser desde un principio, ahora deja te cuento algo… Me interesas —, me dijo mientras me miraba fijamente a los ojos.

Eso me dejó impactada, ¿cómo le voy a gustar si apenas me ha visto?, ¿a caso está loco?, además si hay algo que aprendí es que nunca hay que relacionarse con gente como ellos, solo se aprovechan de su posición, creen que por tener dinero ya tienen el mundo para ellos solos.

— No pongas esa cara, la verdad es que deberías de sentirte afortunada, nunca antes me había interesado una mujer de la forma que tú, tienes algo que simplemente me hace no poder olvidar la vez que te vi en la universidad, simplemente me gustas mucho, ¿entiendes eso? —, dijo mientras sonreía sutilmente.

Esas palabras me hicieron quedar muda por unos segundos, lo único que pude decir fue:

— No le gusto, no se engañe a sí mismo, no confunda las cosas —

Creo que esas palabras lo hicieron enojar, su mirada se volvió sombría y en un tono más serio me dijo:

— Yo siempre estoy seguro de lo que quiero, si te digo que me gustas es porque es así, si te digo que quiero que seas mi mujer es porque así es, ahora si te digo que quiero darte todo lo que nunca has tenido es porque me interesas.

Simplemente quiero darte una vida que nunca nadie podría darte, quiero que seas mía —, eso último lo dijo marcándolo más.

Creo que ahora lo entiendo, al parecer es de esos hombres que se enamoran de cada mujer que ven, creen que por tener dinero pueden tener a toda mujer a sus pies pero no es así, a mí no me gustaría vivir de esa manera.

— Señor, afuera de aquí y en cualquier parte habrá mujeres que la acepte esas insinuaciones, pero conmigo se ha equivocado, a mí no me interesa que tenga para darme, si quiere a una mujer así consígala en otra parte —

Tomé mi bolso, me levanté del asiento y por último le dije:

— No crea que tener dinero lo hace una mejor persona, espero que le vaya bien en su búsqueda de una compañera de cama, hasta nunca —.

Eso último lo dejó callado, por lo que aproveché para salir rápidamente, pero sus hombres intentaron interceptar, aunque pude ver cómo desde dentro aquel hombre hizo una seña y los hombres me dejaron seguir… Sin dudas sentí que mi vida corría peligro estando cercas de ese tipo.

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