Capítulo 4

¡Mi cámara había desaparecido!

Salí de la casa de nuevo para gritar a Carlota que estaba quitando los pétalos a una rosa.

-¡Carlota! - alce mi brazo para llamar su atención. - MI CAMARA DESAPARECIO – la grite para que escuchara.

-¿Cómo? - me cruce de hombros ya que no tenía respuesta a eso.

-¿Está segura? - grito, pero yo me acerque a ella.

-Claro que estoy segura, estamos hablando de mi cámara Carlota – miro de nuevo la casa.

-Todo es muy raro, definitivamente esta casa guarda secretos – nos sobresaltamos al ver una anciana pararse.

-¡QUE HACEIS AQUI NIÑAS! - alzo la voz como si estuviera fastidiada.

-¿Perdona? - dijo Carlota.

-No deberían estar aquí - alzo su mano, cosa que Carlota asustada se echó para tras, a mí solo conseguía que tuviera curiosidad.

-Lo siento señora, pero no la entendemos a que se quiere referir – ella dio un paso con su bastón para después señalar la casa.

-El demonio está presente en esa casa, no entréis mucha gente a desaparecido de este pueblo – mi cara fue de absoluta sorpresa y a la vez curiosidad.

-¿Personas desaparecidas? - la pregunte, queriendo saber más.

-Niña mal metida, hoy en día no sabéis tener las manos quietas – grito, furiosa.

-Oye señora - mi amiga fue a regañarla, pero la detuve mirándola con cara de cabreo.

-Iros de aquí antes que los fantasmas de la familia vengan a por vosotras – un pitido de un coche hizo que Carlota gritara y saliera corriendo, mire a la anciana por última vez mirándome el collar que tenía en mi cuello y escaneándome.

-¡CARLOTA ESPERA! - grite empezando a correr para alcanzarla, ¡Esta niña sí que era asustadiza!

-CARLOTA ESPERA SOLO FUE UN COCHE – llegue a alcanzarla rápido agarrándola para que no siguiese corriendo.

-Suficiente por hoy – grita fastidiada andando rápido.

-Vale entiendo, pero mi cámara desapareció – paro un segundo para mirarme.

-¿Cómo me adelantaste tan rápido? - bufe fastidiada.

-¡NO ESCUCHAS! Mi cámara a desaparecido de la nada Carlota – me daban ganas de estrujarla en muchos momentos.

-Es raro sí, pero yo no pienso entrar de nuevo – choque mi mano con mi frente, tenía ganas de matarla en verdad.

-Tengo hambre vamos a algún sitio – la empuje cuando la escuche decir eso demostrándola que estaba cabreada.

-¡AURA, PERO NO TE CABREES! - me intento alcanzar, pero andaba rápido.

-¡VENGA HOMBRE SE QUE ESA CAMARA ES IMPORTANTE PARA TI, PERO SENTI MUCHO MIEDO HAY ALGO EN ESA CASA QUE NO ME GUSTA! - grito mientras corría fatigada.

-Vamos a comer, tu no querrás volver, pero yo si – la deje en claro.

-¡QUE CABEZOTA ERES! - la mire mal, bajo la cabeza, muchos decían que mi mirada intimidaba.

Andamos y andamos hasta llegar a un sitio donde podías pedir comida y llevártela a casa, vendían perritos calientes, hamburguesas, helados y bebidas, pero nada más, había solo una persona estaba todo muy solitario, entramos a esperar para que alguien nos atendiera.

-Hola buena tardes, ¿Qué desean? - dijo un hombre con canas se le veía mayor.

-Aquí no hay jóvenes, que deprimente – la di en las costillas, mientras que fingía una sonrisa al señor.

-Auch – se quejó ella.

-Si, queremos dos hamburguesas – le pedí amablemente me dedico una sonrisa, sacando una libreta.

-¿Algo más? - nos miró a las dos.

-Yo quiero una naranja – contesto mi amiga, demostrándole con su gesto que este sitio no la terminaba de agradar.

-Yo una Coca- Cola gracias – me observo, parecía que me iba a decir una cosa, pero decidió callarse e irse a por lo que habíamos pedido.

-Este sitio es raro – me senté en un taburete que había.

-Todo para ti en ese sitio es raro Carlota, a veces me pregunto porque eres mi amiga – ella abrió la boca como si le hubiera sorprendido lo que la dije.

-Eres más boba – se rio, yo también sonreí golpeándola en el hombro suave, demostrándole que, aunque me sacara de mis casillas la quería igual.

-Aquí tenéis - se acerca el hombre dejando nuestras hamburguesas y bebidas.

-Perdona por meterme, pero, ¿no sois de aquí, ¿verdad? - bebi un poco de mi Coca – Cola.

-No, solo vinimos un tiempo, ¿Por qué? - le dije al ver su cara de confusión.

-Juraría que te había visto en alguna foto o algo – alce mi ceja.

-Puede ser que se haya equivocado señor - le conteste.

-Si, debe ser eso – mi amiga apretó mi mano.

-Ya es por la tarde, ni me di cuenta de la hora – miré mi móvil que seguía sin cobertura viendo la hora.

-Si, vamos a comer anda – y con eso empezamos a devorar nuestras hamburguesas, termine antes que Carlota, aproveche para pagar al hombre y sentarme en una de las mesas solitarias que había para sacar las fotos que hice con mi cámara, observando de cada detalle, tenía que volver a esa casa por el simple hecho de que mi cámara tenía que estar allí todavía, es imposible que desaparezca así por así, éramos las únicas en esa casa.

Mire atentamente una de las fotos, el cuadro que vi arriba de la mujer y el hombre que tenía su boca sobre su cuello como si fuera a morderla, toque mi collar del cuello sin despegar la vista de la foto, era todo un misterio el cuadro, parecía que decía muchas cosas y a la vez nada era bastante raro, nunca había visto un cuadro de ese estilo, y mira que en mi casa mi madre tenía todo tipo de cuadros a cuál más raro.

-¿Qué haces? - brinque en mi sitio al escuchar la voz de Carlota, estaba tan embobada mirando la pequeña foto que no me percate de su cercanía.

-Podrías por favor dejar de asustarme de esa manera – dije entre dientes, ella levanto sus brazos.

-Perdón señorita, es que te veía muy centrada en la foto – me la quito para observarla.

-Guau que cuadro más raro – se la quite para guardarla en el plástico, hay estaría segura y no se rompería.

-Tu también eres un caso raro y mira – me reí para fastidiarla un poco.

-Oyeee no seas tan mala conmigo – me levante guardando todo para echar la cartera a mi espalda, levante el brazo diciendo adiós al hombre que nos atendió tan amablemente.

-Hasta luego, espero veros pronto – se despidió.

-¿Vamos al hotel? - pregunta.

-¿Quieres que volvamos ya al hotel? O andamos un poco más por el pueblo para conocerlo si quieres – ella miro a una dirección.

-¡Mira son chicos! - dijo emocionada. - Al parecer no todo es malo en este pueblo – negué con mi cabeza con una sonrisa.

-De verdad que no hay manera contigo – me miro señalándose.

-¿Y ahora que hice? ¡CHICOS! - grito moviendo su brazo, yo me tape mi cara con mis manos, estaba pasando una vergüenza.

-Hola chicas, valla es bueno ver caras nuevas – dijo uno de ellos al acercarse donde estábamos.

-Hola, Carlota encantada – le tendió su mano al chico para acabar dándose dos besos en las mejillas, yo simplemente subí mi mano saludándolos fingiendo una sonrisa.

-¿Sabéis de alguna discoteca por aquí? - pregunto mi amiga, yo solo escuchaba y miraba.

-Bueno discoteca no – dijo el chico que al parecer se llamaba Mateo, al ver el puchero de mi amiga continuo – Pero nos juntamos para hacer pequeñas fiestas cuando queremos – ella pego pequeños saltitos.

-Escuchas eso Aura, podremos ir de fiesta – uno de ellos me miro.

-¿Así que te llamas Aura? - asentí intentando no rodar los ojos.

No es por nada, pero yo no conocía así a las personas por el simple hecho que no voy gritándolos para llamar su atención, tenía los amigos justos no era de tener un grupo fijo y que no los pudiera contar con los dedos de mis manos.

-Hermoso collar – el mismo chico que me hablo se acercó a mi tocando mi collar rozando mi cuello.

-Si, es bonito – me aparto un poco de, el algo incomoda, no me gustaba que tuvieran esa confianza tan rápido.

El noto mi incomodidad apartándose tomando una distancia, se lo agradecí mentalmente.

-¿Te apuntas? - Carlota me pregunto, pero no sabía a qué se refería.

-¿Mhm? - musite.

-¿Qué si te apuntas a la fiesta que van a hacer? - me lo pensé, empezó a poner carita de pena y juntar sus manos en modo suplica.

-Carlota, pero... no los conocemos de nada – me acerque a ella para que no nos escucharan.

-Lo sé, pero vamos es para divertirnos un poco, anda porfa – no podía dejarla sola, si no también sería mala amiga y no me fio de nadie, más bien ni si quiera me fio de mi propia sombra.

-Vale está bien, sobre todo para no dejarte sola – ella cogió de mi brazo para tirar de mí.

-Quedamos entonces en este mismo sitio chicos, nos vemos – lanzo un beso al aire alejándonos de ellos.

Andamos un par de calles hasta que llegamos al hotel, la mujer mayor no estaba en la entrada, la pedí a Carlota que subiera ella primero, quería preguntarla a la mujer mayor si habían arreglado la máquina para poder ducharme, estaba de espaldas, esperando en la puerta, cuando escuché un carraspeo detrás de mí, me di la vuelta rápido encontrándome con un chico con el pelo negro, alto y sus ojos negros y era bastante blanco hasta parecía que estaba pálido.

-Ohh perdona, pensaba que no había nadie – conteste sin entender de qué hacía si yo no le había visto al entrar, el chico me miro sin articular nada, llevaba algo de la mano como si fueran herramientas.

-¿Y la mujer que estaba aquí? - volví a decir, pero seguía sin responderme, me empecé a sentir incomoda nos miramos por segundos cuando apareció la mujer sacándome de esta situación algo incomoda.

-Hola – me saludo, llegando hasta donde estaba el mostrador. - Muchas gracias te agradezco que vinieras – decidí no perder más tiempo.

-¿Ya hay agua caliente? - la pregunte para estar segura.

-Si, querida espero que dure más tiempo – el chico paso por mi lado recibiendo un olor a colonia de él, una ventisca fría paso por mi cuerpo que me puso la piel de gallina, asentí hacía ella y subí rápido arriba.

Cuando llegue a la habitación decidí no contarla todavía a Carlota la situación tan incomoda y meterme en la ducha deje mi ropa en el suelo que me quite y me metí abriendo el grifo, al principio salió frio tan frio que no pude callarme.

-¡Su puta madre que fría que esta! - escuche a Carlota al otro lado riéndose de mí.

Me empecé a relajar cuando sentí el agua caliente caer por mi cuerpo relajándome un poco, me eche mi champú frotando mi cabeza despacio con cuidado de no hacerme daño, cerré los ojos para que el champú no hiciese que me escocieran los ojos, cuando empecé a quitarme la espuma abrí los ojos encontrándome que la ventana del baño estaba abierta, retire más la cortina transparente.

-¡CARLOTA DEJASTE LA VENTANA ABIERTA! - la grite por encima del sonido del agua que caía.

-¡YO NO DEJE LA VENTANA ABIERTA! - grito ella también para que la escuchara.

-Qué raro... - susurre en bajo termine quitándome el champú que quedaba, baje la mirada a mis pies y solté un grito fuerte al ver arañas que se subían por mis pies.

-AHHHHHHHHH QUE ASCO AHHHHH CARLOTAAAAAA – ella entro rápido asombrándose.

-¿De dónde salieron? - salí de la ducha rápido cogiendo la toalla para cubrirme, mi cuerpo estaba frio y na más que sentía escalofríos, pero de asco.

-Abrí los ojos y hay estaban qué asco dios – salí corriendo de allí cuando corté el agua desde lejos alzando mi brazo.

-¿Ahora quien es la que grita? - se rio de nuevo de mí, al ver que levantaba mi mano se echó para tras. - Vale, lo retiro no dije nada – estaba medio vestida, siguió a lo suyo y yo me empecé a echar crema en mi cuerpo para después secar mi pelo como pude con el secador, no tardaba nada en vestirme y mucho menos en maquillarme, terminé antes que Carlota.

Me puse unos leggins blancos con cuadrados de rayas negras, una camiseta corta que dejaba ver mi ombligo con el piercing que tenía de color rojo, y mis botas negras el pelo decidí por dejármelo suelto y conseguí dejármelo algo más liso, Carlota termino dejando el maquillaje guardado.

-¡FIESTA! - grito feliz, saliendo del hotel, espero que por lo menos no sea aburrida y nos lo pasemos bien.

Os dejo una foto del chico que se encontró en el hotel

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