Había otra habitación, la de Caín, su cama era grande al igual que el cuarto.
Merodeé todo lo que pude, después regresé al lugar dentro la casa que me había llamado la atención, el estudio.
Entré y comencé a ojear los libros, miles de sagas completas, incluso las más difíciles de conseguir, estaban completas, llenándose de polvo. Tomé un libro del estante, me senté en el sillón y comencé a leer.
No estoy seguro de cuánto tiempo pasó, cuando reaccioné ya se había hecho de noche, salí del estudio y me dirigí a la cocina.
Sarag ya estaba haciendo la cena, eso me dio una idea de lo tarde que es.
–Sarag: Joven amo, estará lista en unos momentos.
–Nain: Sarag, te he dicho que puedes llamarme por mi nombre.
–Sarag: Lo siento joven amo Nain.
Después de unos minutos de espera, la cena estaba servida, la mesa era más o menos grande y sólo estaba yo.
–Nain: Sarag, no comerás?
–Sarag: Si, pero eso lo haré cuando usted acabe.
–Nain: Por favor, Siéntese, coma conmigo.
La mesa era muy grande, no quería comer solo. La ama de llaves tomó asiento y comenzó a comer.
Al terminar tomé un baño y regresé a mi habitación, esperando que Caín volviera y si no lo hacía, querrá decir que no lo hará en dos días.
Al día siguiente, nuevamente me topé con ese silencio. Jamás había sentido tanta paz, siempre había gritos por doquier, ahora todo es tan silencioso. Observé por mi ventana un par de minutos antes de bajar a la cocina. El viento por las mañanas era tranquilo, lo escuchaba cruzar por mis oídos, suspiré profundamente y disfruté de el.
Bajé a la cocina, Sarag ya tenía listo el desayuno, tomé asiento y comencé a comer.
Después emprendí mi camino a seguir explorando el lugar.
Pasé de nuevo por la casita en el patio, no había visto completamente lo que contenía, pero sospechaba lo que podía ser.
Revisé y lo comprobé, es un estudio de arte, los materiales estaban como nuevos pero empolvados. Es una lastima, siempre quise uno, pero mis padres siempre me dijeron que no sirve para nada y que no era bueno.
Regresé al estudio dentro de casa y continúe leyendo el libro, me perdí entre páginas. Sarag me llevaba comida cada cierto tiempo, no tardé en comer todo lo que no había comido.
Al punto de las seis de la tarde, me bañé y regresé a mi habitación, me llevé el libro conmigo y continué leyendo ahí.
No me di cuenta cuando quedé dormido.
Al amanecer, salí al jardín a regar las plantas, quería hacerlo yo, siempre me han gustado las flores y las plantas, un jardín era algo que me relajaba. Me entretuve ahí por un buen rato.
*Dentro de la casa*.
Sarag limpiaba la mesa y lavaba los platos.
-Caín: Sarag, ¿Cómo han estado las cosas aquí?
–Sarag: amo, ha vuelto. Las cosas han ido bien.
–Caín: *miró hacia la mesa* Así que al fin decidió bajar - dijo mientras se soltaba la corbata.
–Sarag: Creo que su ausencia le dio más confianza.
–Caín: ¿Dónde está?
–Sarag: En el jardín, regando las plantas.
–Caín: Ese es tu trabajo.
–Sarag: El joven amo quiso hacerlo esta vez.
–Caín: Tendré una visita en cuestión de minutos, llevala a la habitación de siempre.
–Sarag: Pero amo, esa habitación es...
–Caín: A la habitación de siempre - ordenó con voz rígida.
–Sarag: Sí, amo.
.
.
.
Pasaron unos minutos, después de respirar aire fresco decidí entrar.
No había nadie en la cocina, subí a mi habitación, a unos pasos de ella el aire se puso pesado.
Estaba parado justo en la puerta.
-aaaah, aaah, aa aah - se escuchó tras ella, me detuve y me quedé parado mirando la puerta.
–Mételo de una vez... Aaaaah... Caí Caín...
¿Qué es esto?
*Embestida* *embestida*
Aaah aaah aah
Las feromonas desbordaron el aire, mis piernas perdieron fuerza y caí al suelo.
–Nain: Aaah, qué es esto? Aaah, no puedo respirar, no tengo fuerzas... Aaah, así que así se siente estar frente a las feromonas de un Alfa teniendo sexo... - pensé - aaah, tengo que salir de aquí.
Los ruidos en la habitación se intensificaron, con ellos las feromonas de Caín se volvieron más fuertes.
–Nain: No, ¿Qué pasa? Aaah aah aah, mi cuerpo, mi cuerpo se está calentado... Rápido Nain, sal de aquí... Aaaah, aah...
–Sarag: Joven... Amo... - me miró arrastrándome en el piso - ¡Joven amo! - corrió hacia mí, me tomó del brazo y sostuvo mi cuerpo contra ella, me ayudó a caminar y nos alejamos de la habitación.
Abajo, en la cocina, Sarag me explicó que es lo que pasaba... Mi cuerpo había vuelto a la normalidad.
–Nain: Ese hombre, es un descarado, teniendo sexo en mi habitación, ¿Esta loco? ¿Qué es lo que le pasa?!
–Sarag: Antes de tu llegada, esa habitación era ocupada para eso... Cuando llegaste, la madre del amo Caín mandó a limpiar la habitación de todas las cosas que su hijo hizo ahí.
–Nain: Ese alfa estupido, ¿Sabe acaso como quedará mi habitación después?!, Ese lugar es el único lugar donde puedo estar tranquilo, y ese hombre lo ha convertido en un sextibulo - estaba enojado, si bien esta casa era de Caín originalmente, ahora vivimos los dos, ese cuarto fue el que me dieron para establecerme, ahora resulta que no puedo estar tranquilo ahí, sin tener que preocuparme en que momento vendrá a sacrame para tener sexo. Por si fuera poco, sus feromonas se quedarán impregnadas en mi habitación, tendré que olerlo todo el día.
–Sarag: Joven amo, disculpe, yo fui quien llevó a la señorita a su habitación.
–Nain: Sé que fuiste tú, pero también sé que fue por qué él te lo ordenó.
–Sarag: Está enojado?
–Nain: Sí, pero no contigo.
*Pasos* *pasos*
Estaban bajando las escaleras justo ahora, una imagen femenina apareció por la sala, se detuvo al verme.
–Me dijiste que no estaba aquí. - arremetió contra Caín.
–Caín: Y si estaba qué? A él no le importa lo que yo haga.
–Caín, pero a mí sí me importa que sepa que estuve aquí - me vio con desagrado - ¿Qué pasa si ese chico le dice a alguien que me vio contigo?
–Caín: No lo hará - me miró fijamente - es mejor que te vayas, ten, para tu taxi, ahora vete.
–Caín, me dijiste que comeremos juntos.
–Caín: Vete ya - dijo mientras me miraba.
Yo los veía a ambos y se revolvía mi estómago, estaba enojado.
Después de varias insistencias, la mujer se marchó, me quedé frente a frente con él.
–Caín: Sarag, retírate.
La mujer se retiró de prisa.
–Caín: ¿Tienes algo que decir? Dilo de una vez, estoy cansado.
–Nain: Tu... Eres un idiota! No tienes sentido de la razón?!
–Caín: ¿Sentido de la razón? Esta es mi casa, puedo hacer con ella lo que quiera.
–Nain: ¡Esta ya no es sólo tu casa! Esa era mi habitación, y tu, tu la profanaste!
–Caín: Ya no es sólo mi casa? ¿De quién más es? Tuya? No me hagas reír, jaja, desde cuándo te he dado derechos sobre ella?
–Nain: estoy casado Contigo, por esto me casé contigo, para tener estos "derechos" sobre tus bienes!
–Caín: Que descarado eres.
–Nain: ¿Descarado? Yo no soy la persona que compró a otra solo para quitarle la virginidad, ¿Crees qué no sé sus planes?
*Slap* sentí su mano estrellarse contra mi rostro, después sostuvo mi cara contra sus manos y la apretó con fuerza.
–Caín: Mira omega, que te quede claro una cosa, esta es mi casa y se hace lo que yo diga, cuando comiences a cumplir con tus obligaciones de esposa te daré derechos sobre esta casa, ¿Qué crees? Que teniendo un omega aquí no me iba a sentir tentado por hacer algo? Tengo necesidades, tú no cumples con tu obligación de satisfacerla, así que tuve que buscar cómo hacerlo.
–Nain: Pudiste hacerlo en tu habitación - hable con dificultad y trate de safarme.
–Caín: No pienso hacer eso en mi habitación.
–Nain: Suéltame *forcejeo.
–Caín: Otra vez... - se acercó a mí - quieres hacerlo conmigo verdad, estás enojado porque no fuiste tú, bien. Si eso quieres, vamos a hacerlo.
–Nain: ¿De qué hablas? - me tomó de la muñeca y apretó con fuerza, comenzó a caminar y me jaloneo para que lo siguiera.
–Nain: Suéltame, Caín, ¡suéltame ahora!
–Caín: Vamos, esto es lo que quieres.
–Nain: Caín suéltame!
Me arrastró hasta mi habitación, sabía que si no lograba salir de ahí me arrepentiría.
Caín entró a la habitación conmigo a rastras, me aventó a la cama y cerró la puerta.
–Nain: ¿Qué... qué piensas hacer? Déjame en paz, sal de aquí!
Las feromonas de Caín aún se sentían en el cuarto, mi cuerpo comenzó a reaccionar. Comencé a perder fuerza.
–Caín: ¿Quieres derechos sobre esta casa? Bien, pero tendrás que cumplir con tus obligaciones como mi esposa.
Comenzó a quitarse la camisa y dejó al descubierto su pecho y abdomen, su abdomen fuerte y musculoso quedó a la vista.
–Nain: ¿Qué haces? - mi cuerpo se estremeció al sentir la oleada de feromonas invadir la habitación.
–Caín: Haré lo que has estado pidiendo desde que llegaste aquí.
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Comments
Yeisy Sofía De la Hoz Polo
Patán
2024-12-19
0
☆Cat_cookies ☆
ojalá a Caín lo atropelle camion-kun
2024-08-01
0
Niel
Andate a la concha de la lora, das asco Caín.
2024-05-03
0