Capitulo IV

Abro los ojos al fin y una luz potente blanca invadió mis ojos. 

¿dónde estoy? 

¿Que ha pasado?

 Intento moverme y siento un dolor terrible recorrer todo mi cuerpo, inmediatamente me doy cuenta que tengo un tubo en mi boca y otro en mi nariz.

La verdad no recuerdo nada de lo que ha pasado.

Busco a una persona a mi alrededor.

- trata de no moverte, te sentirás peor. - me dice una voz femenina

- ¿donde estoy? -Digo apenas en un susurro.

Dudo que me entendiera debido al tubo que tengo en la boca.

- estás es en la clínica del centro, has tenido un accidente en una moto. - me explica aquella persona he inmediatamente recuerdo todo.

¡Por dios Andrés!.

Intento levantarme del lugar donde me encuentro y la mujer que ahora veo con las claridad me toma fuertemente de ambos brazos para acostarme nuevamente.

- no te preocupes, por suerte estas bien y tu amigo también, durante el choque él logró cubrirte para que no te sucediera nada peor, eso dijeron los paramédicos, tus padres ya están aquí, en un momento los podrás ver.

Y sin decir más, aquella mujer se retiró de la habitación.

Dejándome sola, aunque no del todo.

*te dije que no fueras con el*

Sé que no fue su culpa, sé que no podía saberlo...

Cuando intento levantarme nuevamente, entra mi madre a y se acerca donde estoy, se inclina me da un beso y puedo ver su rostro, sus ojos están hinchados y su voz es apenas audible.

- cielo que susto nos has dado - dice colocando una mano sobre su pecho -  me alegra tanto que estés bien...te amo hija - murmura limpiando una lágrima de su rostro - te dejaré descansar ¿vale?

Quiero decirle que no, que porfavor no me deje sola con mis pensamientos pero un peso en el cuerpo no me deja.

asiento y cierro los ojos durmiendome inmediatamente.

***

- ¡Elizabeth, despierta!- escucho la voz de Verónica.

abro los ojos y ahí esta ella, tan radiante como siempre, sin embargo, noto la preocupación en su rostro.

- hola - le digo y me doy cuenta que ya no tengo ningún tubo ni en la boca ni en la nariz pero aun me invade  la sensación de tenerlos puesto.

- ¡amiga que susto nos han dado! - me dice sonriendo aliviada.

- ¿y Andrés? - pregunto de inmediato, queria asegurarme realmente de que estuviese bien.

- ya lo vi, él está bien ha preguntado por ti todo el día...- me explica mi amiga, la miro mientras habla, queria tener una conversación animada con ella como de costumbre, pero no paraba de murmurar cosas sin sentidos sobre accidentes de tránsito  haciendo que poco a poco comience a sentir el cuerpo relajado, obligándome a cerrar los ojos nuevamente.

***

Luego de muchos exámenes y revisiones 3 días después me dan de alta.

Papá me lleva en su auto de regreso a casa y mamá no me ha soltado ni un segundo. Creo que verdaderamente no tendré un auto jamás.

Ya me sentía lo suficientemente bien como para hablar y comer, no fue nada grave, al menos no para mi.

Me duelen un poco las piernas y tengo diferentes hematomas por todo mi cuerpo aunque ya se borraran, además por mi "situación"  me tuvieron bajo observación descartando la idea de posibles golpes en la cabeza.

Supe que a Andrés le dieron de alta ayer, espero que estés bien y que no se culpe de nada.

Gracias a él estoy bien.

*no deberías hablarle nunca más, por su culpa tuviste ese accidente, probablemente queria hacerte daño adrede, no parece ser un buen amigo*

Estoy bien, él es una buena persona, sólo quería darme una sorpresa que salió mal, esas cosas pasan - pienso.

Llego a casa, con ayuda de mamá voy a mi habitación, me acuesto y reviso mi móvil.

18 llamadas pérdidas

9 mensajes de texto.

Todos los mensajes son de Eitan  preguntándome como estoy. Y las llamadas de verónica, mamá y papá.

Dejo el celular a un lado y me levanto para darme una ducha, realmente la necesitaba.

Luego de vestirme y estar varios minutos sentada en el limbo, el sonido de la puerta de mi habitación siendo tocada me invade.

- adelante. - digo

- ¡hola preciosa! ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? - me dice Eitan muy atento mientras entra con flores en su mano.

-estoy muy bien. - le sonrio.

- Andrés vino conmigo pero tu mamá no lo dejó entrar, cree que no deberías verlo mas. - dice Eitan.

*Opino igual*

Me sorprendo porque mi madre no suele ser maleducada, pero supongo que se llevó un buen susto. -  lo imagine, luego hablare con ella - contesté - dile a Andrés que estoy bien y que espero que él lo este también.

Eitan  asiente y se sienta a mi lado con una sonrisa encantadora.

- ¿Qué? - pregunto sonriendo de vuelta.

- ¿Vemos una película? - sabia que diría eso.

...

Pasamos toda la tarde viendo documentales de asesinos y películas de terror, nuestras favoritas, al caer la noche Eitan se despide y quedo nuevamente sola en mi habitación, sin esperar ni un segundo me ataca la voz atrapada en mi cabeza.

*Te dije que no fueran con el*

Silencio de mi parte.

*¿Por qué lo hiciste? Jamás me tomas en cuenta*

Silencio.

*¿La ley del hielo? Bien, la próxima vez no diré nada*

¿Cómo supiste que pasaría algo malo? Digo mentalmente. Si, podía tener conversaciones con ella.

*sólo lo sé * luego un profundo silencio invadió mi habitación y mi mente, ahora si estaba sola.

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