...La primera vez...
^^^Amor (con alas y flechas)^^^
^^^En el instituto y en la universidad^^^
...La primera vez...
...no te conocí....
...La segunda, sí....
...Dime...
...si el aire te lo dice....
...Mañanita fría...
...yo me puse triste,...
...y luego me entraron...
...ganas de reírme....
...No te conocía....
...Sí me conociste....
...No me conociste....
...Ahora entre los dos...
...se alarga impasible,...
...un mes, como un...
...biombo de días grises....
...La primera vez...
...no te conocí....
...La segunda, sí....
^^^- Federico García Lorca^^^
La suave sábana que me cubría mi cuerpo termino en el suelo, ligera como pluma, había caído sin hacer ruido, había tenido una mala noche en general, un mal día, un mal año, pero una buena vida. Entre el acoso de mis compañeros del colegio, por mi apariencia desaliñada, mi timidez y mi flacucho cuerpo adolescente, apenas con cambios notorios, la presión de mis padres por mi futuro, sus expectativas altas y nuevos compromisos que tenía que cumplir, y el ahora tener novia, una novia que acababa de conocer hacia días, solo hacia que me quisiera lanzar del último piso de un edificio muy alto, sin embargo no lo haría, se que no soy capaz de acabar con esto.
Estaba tan perdido en mis penas y pensamientos que no note de inmediato la presencia fantasmal vestida de blanco que estaba de pie junto a mi cama, tampoco note el brusco cambio de temperatura, su descenso fue tan rápido que mi aliento era ligeramente perceptible para la vista, tampoco que mis músculos se habían tensado, si se podía más, no, me tomo unos largos segundos darme cuenta del silencio sepulcral que había rodeado mi noche, o la atmósfera tensa y tétrica de la habitación, no se escuchaba nada, ni siquiera el viento mover las ramas de los árboles, todo estaba en silencio.
Había alguien desconocido parado justo a mi lado, y no se había abierto la puerta o escuchado algún ruido que diera a entender que había alguien más en la habitación. Sin embargo ahí había alguien más.
Ella estaba ahí, de pie, ligeramente encorvada, con su largo cabello oscuro cubriendo la mayor parte de su rostro y ubicada hacia mi dirección, con su rostro justo apuntando hacia el mío. Me quedé petrificado, asustado y con el corazón latiendo tan rápido y violentamente que pensé que saldría disparado con violencia de mi pecho.
Las primeras sensaciones al verla fueron el peligro y el terror, el miedo paralizante y mis instintos empujándome a huir, ambas sensaciones estaban peleando por el control de mis futuras acciones, se me puso la piel de gallina y sentí como si jalaran con fuerza mi cabello hacia atrás, quise gritar, correr, mover los brazos, algo, pero mi cuerpo no me respondía.
El terror había ganado.
Mi corazón comenzó a latir con más fuerza, más rápido, desesperado, lo sentía empujar la sangre como golpeaba mi cabeza y oídos, el flujo sanguíneo que exigía mi cerebro no parecía ser suficiente para idear un plan o mover ni siquiera un dedo, y eso me alteraba más, sentía cada vena, cada nervio y cada fibra de mi ser, el miedo hizo que mi cuerpo ardiera y doliera, estaba en alerta, pero no podía hacer que mis extremidades me obedecieran, era como convertirse en piedra, no podía articular palabra, mi lengua presionaba contra mi paladar y mi mandíbula estaba tensa, tampoco podía dejar de verla, incluso no pude parpadear, mi mirada estaba fija en su figura y el terror puro que me llenaba, de pronto, mi respiración fue interrumpida abruptamente, no podía jalar aire para mis pulmones y la cabeza me comenzó a dar vueltas, me sentía pesado, mi vista se ponía negra por los bordes y tenía un terrible sensación de que moriría en cualquier momento.
De un segundo a otro pude respirar otra vez, el alivio llegó como aire frío, inundando mis cansados pulmones y permitiendo que mi cerebro se oxigenara y pudiera recobrar un poco la conciencia, conciencia que amenazaba con desaparecer.
Y llegó la luz.
Estaba en mi cama, con la sábana hasta la barbilla, recostado sobre mi lado izquierdo, justo ubicado hacia la misma dirección donde había aparecido aquella presencia fantasmal.
…
Todo mi día estuvo lleno de dudas, ¿ella volvería a aparecer de la nada?, ¿Me quería matar, porque eso parecía anoche?, ¿Debería de hablarlo con alguien?, ¿Que fue exactamente lo que sucedió anoche y por qué? Tantas preguntas no dejaron que me concentrará a la hora de clases, eso, más la mala noche sin descanso y un terrible dolor de cuerpo y cabeza, tango fue el cansancio que incluso caí dormido antes de finalizar la jornada escolar, no fui despertado hasta varias horas después, por una señora que hacía limpieza, pidiendo amablemente que abandonará el aula porque ella debía hacer su trabajo, apenado me disculpé y tome mis cosas para salir rápido, salí de la escuela y fui directo a casa, la noche estaba por llegar.
…
Ya en mi habitación prepare mis cosas de manera rápida, había cenado menos de lo habitual, con la esperanza de que fuera un mal sueño provocado por cenar demasiado, no quería dormir, incluso lo postergue un par de horas más con el pretexto de estudiar, pero no podía entender nada de lo que decían mis libros y apuntes, mis pensamientos estaban en lo que sucedería cuando intentara dormir y la posibilidad de no despertar esta vez, aunque estaba nervioso y asustado, no podía obligarme a no dormir o evitarlo, mi cuerpo saldría más perjudicado y mi salud mermaría aún más.
Fui a mi cama, tome mi colcha y me acomode para dormir, cerré mis ojos, respire profundamente para relajarme y espere.
Después de unos segundos de tensión sentí frío, un frío fantasmal que te cala los huesos, que te da miedo, intenté mover mi cuerpo para estar en una posición más cómoda, ¡pero mi cuerpo ya no respondía! lo que tanto había temido estaba sucediendo, ella estaba ahí, no necesita abrir mis ojos para saberlo, la sentía, sentía su fria y espeluznante presencia fantasmal, mirándome fijamente, sentía sus ojos sobre mi, sentía como si lanzará todo el enojo dentro de su ser sobre mi, y yo no tenía idea de porque me estaba sucediendo, ni que relación tenía con migo, tampoco sabía cómo había terminado en esta situación, el miedo no dejaba que me centrara en una sola idea y pensara con claridad, solo estaba estresado y ahora aterrado, sin embargo debía de encontrar una solución.
Mi solución fue lo mejor que pude pensar, permanecí con los ojos cerrados, el plan era estar así toda la noche, esperando poder dormir o que la "aparición" (o lo que sea que fuera) se fuera por cuenta propia, sin embargo pasaron las horas, y aún así sentía su fria presencia en la habitación, cercana a mi, no reuní el valor para abrir los ojos, y las horas me parecieron días, me pareció eterno, esa sensación de que alguien me veía constantemente no desaparecía, no parecía cansarse, tampoco parecía que el tiempo transcurriera de forma normal, no, aquí parecia detenerse a propósito para torturarme, para acabar con mi cordura.
Tanta fue mi desesperación después de lo que me parecieron años, que decidir abrir los ojos, y así como había llegado, si es que si estuvo aquí, la chica fantasmal había desaparecido tan rápido y sin dejar alguna pista o indicio de que en verdad existiera.
Las dudas me asaltaron, y el comenzar a pensar en todas las posibilidades me tranquilizó, el que fuera un sueño era una opción muy factible, el que esté cansado, con sueño y tenga ojeras en el día simplemente podría ser por qué no descanzo al dormir, sin embargo son sensaciones muy reales; la parálisis podría ser otra opción para explicar lo que me está sucediendo, pero me había dormido horas antes en la escuela, y no recordaba que ella hubiera aparecido; quedaba la opción de que todo fuera real y sí ese era el caso parecía solo suceder de noche.
Si era real estaba frito.
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