Posesivo. CAP. /04/

Gina

¡Oh, dios mío! ¡Que sexy estás! –exclamé emocionada–

Quetzaly

–Sentí un calor en mis mejillas, pero no podía estar más de acuerdo, me veía muy bien, no iba a negarlo.–

Quetzaly

Gracias, Gina. –sonreí–

Quetzaly

–Yo llevaba un vestido corto de color azul, el color que ponía énfasis a mis curvas. Había dejado mi cabello suelto con unas leves ondas. Me había puesto una sobra de ojos azul oscuro, también un poco de gloss y un poco de colorete y para finalizar Gina me había regalado unos tacones imprecionantes.–

Quetzaly

–Me había transformado completamente.–

Quetzaly

–Habia pasado tanto tiempo que había hecho algo como esto.–

Quetzaly

¿Qué pasa si está Jae-sang?

Gina

Relájate, no va a estar allí, está va ser una fiesta que recordarás para siempre. –dije con entusiasmo–

Gina

Los chicos no serán capaces de mantener sus manos lejos de ti. ¡Ahora joyas! –me eche a reír–

Quetzaly

–Extendí las muñecas mientras que ella las adornaba con pulseras y anillos. Luego me colocó un collar de plata al rededor de mi cuello.–

Gina

¿Lista? –pregunté balanceando mi bolso que contenía una botella de alcohol. Así que la saqué y tomé un trago.– ¿Quieres?

Quetzaly

No, gracias. –negue y luego la lleve afuera de la casa, por suerte y por desgracia, Gina y Jae-sang vivían a dos casas de distancia de mí.–

Quetzaly

¿Vamos a ir caminando?

Gina

No, le pregunté a Taehyun si podía llevarnos.

Quetzaly

–Oímos un pitido y nos volvimos para ver a Taehyun en su coche, sin camisa, mostrando su pecho musculoso.–

Gina

Vamos. –la tomé de la mano llevándola hacia el coche.–

Taehyun

Hola, linda. Te ves sexy. –sonreí guiñándole un ojo–

Quetzaly

Hola, Taehyun. –saludé ignorando su otro comentario.–

Taehyun

Escuché que rompiste con Jae-sang, ¿es verdad?

Quetzaly

Sí. –dije incómoda.–

Taehyun

Así que, ahora estás libre ¿no?

Quetzaly

–Apreté los labios, pensando en las cosas no tan agradables que deberían estar pasando por su mente.–

Quetzaly

Así es.

Taehyun

Perfecto, nena, ¿me guardarás un baile? –pregunté mientras mis ojos vagaban sobre ella.–

Quetzaly

–Me moví incómoda, ocultando mi cuerpo, no contesté. Después de estar un rato escuchando música, él y Gina empezaron a hablar de cosas al azar que no me importaba en lo absoluto. Pronto llegamos a la fiesta y la gente estaba por todas partes, bailaban, bebían, cantaban, trompezaban, y hacían cualquier cosa.–

Quetzaly

–Miré la fiesta sintiendo la adrenalina correr por mi cuerpo.–

Gina

Vamos.

Quetzaly

–Deje que me guiara a través de la casa.–

Gina

Toma.

Quetzaly

¿Qué es?

Gina

Ponche con un poco de alcohol.

Gina

No dejes que nadie te dé una bebida, ¿vale?

Quetzaly

Lo sé, no soy tonta, ya he ido a fiestas.

Gina

Vamos a poner cachondos a esos chicos. –grité por la música.– Vamos a bailar estúpidamente sexy.

Quetzaly

De acuerdo. –sonreí–

Meison

¿Gustas bailar conmigo, Quetzaly?

Quetzaly

Adelante.

Quetzaly

–Deje que el chico se acercara a mi y se posicionara detrás de mí, baje mi cuerpo presionandome contra él, moviéndome de arriba a abajo. No podía parar, esto era épico.–

Quetzaly

Gina

Tengo que hablar con ella. –aparté rápidamente a Meison y me lleve a arrastras a Quetzaly a un lugar un poco alejado.–

Quetzaly

¿Qué pasa? –me quejé pues me la estaba pasando muy bien.–

Gina

Jae-sang está aquí.

Quetzaly

Sí, claro. –reí–

Gina

No, enserio, Jae-sang está aquí. –la sacudí un poco para que volviera a sus sentidos.–

Quetzaly

Oh, eres tan graciosa, Gina. Te quiero. –chille riéndome borracha.–

Gina

No, Quetzaly, escúchame está aquí, y te está buscando, está...–deje la frase en el aire cuando de repente la música se detuvo de golpe.–

Quetzaly

–Todo el mundo dejó de bailar y nos quedamos en silencio inmóviles mientras que todos se quejaban y miraban para ver quién había quitado la música. Todos dejaron de quejarse al darse cuenta de quién era.–

Quetzaly

–Miré al frente y me congelé. Era Jae-sang.–

Quetzaly

¡Tienes que ayudarme! –dije con pánico.–

Gina

–Asentí tome su mano la puse detrás de mi.– Cuando diga que te muevas, te..

Quetzaly

–Fue interrumpida por la voz de Jae-sang, sonaba herido, furioso y me dolía oírlo así.–

Jae-sang

Pondré la música de nuevo tan pronto como encuentre a Quetzaly. Se que ella está aquí. –dije lleno de ira.–

Meison

¡Pon la música otra vez!

Jae-sang

La pondré cuando me digan en dónde está Quetzaly. Es tan simple como eso.

Papá.

¡Está aquí! –grité–

Gina

¡Idiota! –susurre dándole con codazo con fuerza.–

Jae-sang

Quetzaly, vámonos. –dije acercándome a ella a pasos apresurados.–

Quetzaly

Basta. –espeté a medida que más gente me empujaba para poder llegar hacia en dónde estaba Jae-sang.–

Jae-sang

Quetzaly. –dije ya enfrente de ella.–

Quetzaly

¿Qué estás haciendo aquí?

Jae-sang

¿Sabes porque estoy aquí? –aprete la mandíbula y baje la mirada y tome su mano con fuerza.–

Jae-sang

¿Qué es lo que llevas puesto? –apreté su mano al ver su vestido tan corto.–

Jae-sang

Vámonos. –dije obligando a que ella caminara.–

Quetzaly

Déjame, Jae-sang. –dije luchando contra él.–

Quetzaly

¡Jae-sang, para!

Jae-sang

¡Eres mía! –la detuve para apretarla contra mí.– Recuerdalo, nunca te dejaré ir.

Jae-sang

Quetzaly

¡Jae-sang, detente!

Quetzaly

¡Para! –logré empujarlo y lo mire molesta.–

Jae-sang

Quetzaly...

Gina

Jae-sang, voy a llevar a Quetzaly a casa. Ya te puedes ir. –la tome del brazo y comenzamos a caminar lejos de mi hermano.–

Gina

Quetzaly, mira hacia otro lado, te dolerá más si no lo haces.

Quetzaly

–No podía apartar mi vista de él, el vínculo y el amor entre nosotros dos era demasiado poderoso.–

Jae-sang

¡Recuerda mi promesa! –grité–