Capítulo 3

Eran las once treinta y las luces habían estado apagadas por hora y media, pero aún no podía dormir y fue cuando escuché la puerta abrirse y unos pasos tratando de ser silenciosos, llegaron hasta la mesa de Alex y se detuvieron a buscar algo...

Vi la sombra de mi compañero salir de la cama en silencio y encerrar al intruso contra la mesa, este solo empezó a llorar suplicando poder irse enseguida, su voz sonaba llena de miedo y apenas se oía lo que el contrario le dijo, pero aun así yo lo entendí, sus palabras fueron demandantes.

– Sube a la cama, esta noche no tendré piedad. – a pesar de que era un susurro, se podía entender que era una orden no una petición.

Decidí hacer caso a la advertencia de Alex acerca de los sonidos en la noche. Pero eso no impidió que mi corazón se estrujara cuando reconocí la voz de Jax pedir piedad una y otra vez sobre la cama, sus súplicas no tuvieron respuesta, entonces lo oí decir algo que no imaginé.

– Ya no quiero más, no quiero que me vuelvas a tocar otra vez Alex. – ya no estaba susurrando. Luego lo vi bajarse de la cama y empezó a caminar hacia la puerta.

– Jax vuelve aquí ahora mismo. – su voz sonaba irritada.

– Que te ame, no significa que tenga que soportar este doloroso acto en el que me demuestras que solo tú quieres disfrutar y no te importa cuánto dolor yo pueda sentir... Ya me cansé, si esto es lo que significa estar contigo, ya no lo quiero. – después de esas palabras salió de la habitación.

No me atreví a decir nada, pero después de unos minutos oí a Alex maldecir una y otra vez, cuando se quedó en silencio, juraría que lo oí llorar, pero creo solo fue mi imaginación.

**********

Los días se iban volando y Sam se acercaba cada vez más a mí, por más que traté de seguir el consejo de mi nuevo amigo, no podía hacer que él se alejara de una vez por todas de mí, estaba empezando a enojarme esa situación. Reconocía que era guapo, pero ese chico no me atraía, y al parecer él estaba empeñado en querer estar junto a mi cada momento que podía. Solo podía librarme de él cuando era la hora de dormir, y por lo que sé, cuando inicie el nuevo curso será mi nuevo compañero de habitación.

Cuando por fin encontré un lugar para esconderme de Sam, Alex encontró y se sentó a charlar conmigo.

– Tú le gustas. – dijo mi compañero en tono divertido.

– Eso no es cierto. – yo seguía en negación ante lo evidente.

– Tu eres el único que no quiere darse cuenta. – en realidad ya me había dado cuenta hace días.

– Pero es un chico. – él no parecía sorprendido ante mi objeción.

– Y al parecer está interesado en ti. – al parecer eso era normal en este lugar.

– ¿Eso no te sorprende? – necesitaba que él fuera sincero antes de poder pedirle algo personal.

– La verdad no, pero no es de él de quien tienes que cuidarte, es inofensivo. – dijo haciendo un ademán con la mano para restarle importancia.

– ¿Entonces de quién? – ahora si me entró la duda de por qué siempre me decía que me alejara de él si era inofensivo.

– De su novio. Es a él a quien todos le tienen miedo. Si alguien hace que Sam se enoje, este triste o llore, tendrá que soportar el castigo de Tom... es por eso que quiero que te alejes de él. Tom no tiene compasión con aquellos que tratan de robarle a su novio.

– Pero yo no estoy tratando de robarle nada, ni siquiera sé si de verdad me gustan los chicos o es solo una confusión. – empecé a ser honesto con él, después de todo, era mi único amigo aquí.

– Eso aquí es fácil de averiguar, conseguiré a alguien que te ayude. – su respuesta hacía que todo pareciera sencillo.

– ¿Enserio es tan fácil? – no podía creerlo.

– Sí, todos aquí quieren sexo... – eso no es algo que se oiga mucho de dónde vengo – solo tengo una pregunta.

– ¿Cuál? – los nervios empezaron a atacarme.

– ¿Serás el que dé o el que reciba? – no entendí lo que quiso decir.

– No sé qué quieres decir con eso. – dije confundido.

– Que si quieres meterla o que te la metan. – se empezó a exasperar ante mi falta de entendimiento en el tema.

– Esta vez me dejaré guiar. – necesitaba alguien que supiera de esto.

– Genial, hay muchos que te la quieren meter. – su respuesta hizo que el color rojo invadiera toda mi cara.

– ¿Qué pasa si después de hacerlo no me gusta? – esa pregunta no ha dejado mi mente desde el principio.

– Puedes intentarlo de nuevo, pero cambiando los roles. Y si después de eso sigue sin gustarte puedes estar seguro de lo tuyo no son los chicos. – parece sencillo como él lo explica.

– ¿Por qué no lo intento contigo? – Alex es alguien en quien confío.

– Porque para complacerme a mí, tienes que estar seguro de tu rol en la cama, además, no creo que aguantes ni diez minutos conmigo sin salir corriendo. – tal vez por eso Jax no ha vuelto en las noches. – Aparte, por más guapo que seas mi amigo, no me gustan los rubios. 

– Entonces solo consígueme a alguien para esta noche y yo haré el resto. – fingí tener confianza, aunque por dentro estuviera muerto de miedo.

– Esta noche te daré privacidad en la habitación, de todos modos, tengo un asunto por arreglar. – de repente se puso serio y no entendí por qué. Aunque pude preguntarle porque se levantó y me dejó solo en la cafetería. 

Después de esa charla me dedique a prepararme mentalmente mientras Alex, iba a conseguirme un candidato adecuado para un virgen como yo. No podía creer que iba a hacer esto. Si mis padres se enteraran se morirían de vergüenza. Pero como a ellos no les importó encerrarme aquí, a mi no me tiene que importar lo que ellos quieran mientras estén al otro lado del país.

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