Narrada por Elizabeth
Han pasado 6 meses desde que mi padre regresó, mi relación con Mel está mejorando y casi confío en ella, se ha comportado bien conmigo, pero siento que no debería hacerlo.
Estoy en la cocina, esperando a los demás para el desayuno, cuando entra mi padre, sonriente y acompañado de Mel.
-Buen día, querida, ¡tengo una excelente noticia que contarte! – me dice expectante.
-Elizabeth, ¡vas a tener un hermanito! – me revela con una amplia sonrisa, algo que no creía que sucedería tan pronto. No sé ni qué decir.
-¿No te agradó la noticia? – pregunta Mel.
-No es eso, es solo que no sé cómo reaccionar. – le respondo y salgo de la mesa. –Hasta más tarde. – me despido y me voy tan rápido como puedo.
Vuelo a mi cuarto, tomo mi cuchillo y mi ballesta, siento que me sentiré mejor si salgo a cazar un poco, llamo a Athos para que venga conmigo.
-Esa ballesta fue el regalo de cumpleaños que te dio tu padre, es muy bonita. – Athos no para de mirarla admirado, fue un buen regalo, él conoce mis gustos.
-Oye Athos, pronto mi padre tendrá un heredero de su propia sangre, siento que estoy a días de perder el privilegio de ser la hija del supremo. – Confieso y me quedo en silencio.
-Mírame, Eliz, te conviertas o no en la luna, siempre seré tu beta, no permitiré que nadie te lastime. – Su declaración me anima.
-Y si te hace sentir mejor, serás la hermana mayor, podrás enseñarle algunas cosas, sería una manera de conectarte con él o ella. – Si lo veo de esa manera, será divertido tener con quien hablar y jugar siendo casi 8 años mayor.
Al regresar a casa, Mel me llama para conversar en el estudio, la sigo tranquilamente, cuando entro detrás de ella, cierro la puerta.
-Elizabeth, me gustaría que me acompañaras a la ciudad para comprar las cosas del bebé. – No sé por qué, pero algo dentro de mí grita que no salga con ella, pero como nunca he salido de la aldea, me parece una buena idea.
-Claro, me encantaría ir contigo. –
-Ve a arreglarte, que salimos en 20 minutos. – Cuando dice eso, corro a mi habitación para ducharme y cambiarme de ropa. Al volver, Mel está parada en la puerta esperándome, extiende su mano para que la tome, es la primera vez que me toca.
En cuanto entro al coche, noto un extraño aroma a medicamento.
-¿Estás enferma? –
-¿Por qué preguntas eso, Elizabeth? –
-Nada, creo que olí a medicamento. – Me siento extraña, como si no debiera estar aquí.
-¡Ah! eso son las vitaminas que tuve que comprar por el embarazo. – No tienen olor a vitaminas, pero si ella lo dice, está bien.
Después de 40 minutos de coche, llegamos a la ciudad con el nombre curioso de "El Aullido del Lobo"; mi padre dijo que es porque siempre se escuchan los lobos aullar. Al llegar a la ciudad, estoy fascinada, es la primera vez que vengo aquí.
-Querida, debes tener hambre, ya que salimos antes del almuerzo. ¿Qué te parece un hot dog y un batido? – Respondo con una enorme sonrisa porque no me permiten comer nada fuera de la dieta.
-¡SÍ! –
Después de comer, nos sentamos en una plaza con una hermosa fuente en el centro. Me acerco para beber mi bebida.
-Mira, Mel, qué bonita la fuente. – Mel se acerca para ver. Comienzo a perder el conocimiento, poco a poco voy perdiendo el equilibrio, Mel me asegura para que no caiga.
-Lo siento, pero ya no vas a interferir en mi vida. – susurra en mi oído. No puedo ver nada más, pero todavía oigo ruidos a lo lejos. Cuando me doy cuenta, alguien me está cargando, no sé quién es ni adónde vamos. Escucho la voz de Mel a lo lejos:
-Llévala, y déjala lo más lejos posible de un lobo. – Me duermo del todo y no oigo nada más.
Narrada por Mel
Mi plan va bien hasta ahora, nadie sabe que ella salió conmigo. Mi plan es perfecto, ahora la dejé al cuidado de una institución para niños con trastornos graves; incluso si habla, nadie creerá que es hija de un lobo.
Tan pronto como la envío a ese lugar, vuelvo a hacer compras, compro todo lo que mi hijo necesita, estoy segura de que será un niño. Compro el cuarto completo y mucha ropa, luego llevo el coche a lavar sin rastros de su olor y me dirijo a casa.
Al llegar, veo que la aldea está alborotada.
-Amor, ¿qué está pasando? – como si no supiera que es todo por la mocosa.
-Mel, amor, es Elizabeth, ha desaparecido, nadie la ha visto desde antes del almuerzo. – Solo necesitarás tiempo para olvidarla y dedicarte de cuerpo y alma a tu legítimo heredero.
-Tranquilo, Vincenzo, ella aparecerá, solo debe estar intentando llamar la atención, ahora que no es la única niña en casa. – No cuentes con eso, querido, donde ella está no saldrá tan pronto.
Es hora de hacer correr las lágrimas como la madre preocupada que soy, sonrío interiormente pensando que pronto estaremos felices con solo lobos en casa.
Ya es de madrugada y aún siguen con la búsqueda. Finjo estar llorando en la habitación; cuando veo a la gente pasar por el pasillo, incluso dejo caer las lágrimas, solo que son de alegría por haberme librado de la niña que arruinaría el futuro de mi bebé.
-Mel, amor, descansa. Estar despierta hasta tarde hará mal a nuestro bebé. – Él es un amor; por supuesto que iré a acostarme, pero un poco de teatro antes.
-No dudes en llamarme si hay noticias de ella, buenas noches. – Como sé que no tendrán nada, duermo tranquila.
Narrada por Vicenzo
Estoy loco por la repentina desaparición de mi pequeña, voy a buscar a Athos; siempre sabe qué pasa con ella.
-Buenas noches, Alec, sé que es tarde, pero me gustaría hablar con Athos.
-No hay problema, lo llamaré ahora mismo. – Estoy impaciente, quiero a mi niña de vuelta a mi lado.
-Buenas noches, señor Vicenzo.
-Athos, ¿no tienes idea de dónde podría estar Elizabeth? Él está con los ojos llorosos.
-Lo siento, esta mañana la dejé en su casa y regresé a la mía; dijo que iba a esforzarse por ser una buena hermana mayor y entró. – Veo sinceridad en sus ojos.
-Gracias y buenas noches. En cuanto la localicemos, te avisaré. – Me doy la vuelta y salgo hacia el bosque, tomo mi forma lupina y trato de sentir su aroma, pero es tan débil en el aire desde esta mañana cuando ella cazaba.
Si le han hecho algún daño, juro que mataré a quien sea. Recuerdo al preso, el mismo que mató a mi hermana; podría haber escapado e ido tras Elizabeth. Corro hacia la prisión.
-¡Abran la puerta! – Escucho las voces de los guardias.
-Es el supremo, abran de una vez, debe ser urgente. – Tan pronto como entro, voy directo a la celda del asesino; sigue esposado y debilitado, sé que no es el momento, pero decido poner fin a su agonía. Luego vuelvo al bosque para encontrar a mi hija. Han pasado 24 horas desde que desapareció, así que empiezo a temer que lo peor haya sucedido.
Estoy cansado, he corrido por horas en el bosque y nada. Decido volver y descansar un poco antes de reanudar la búsqueda; creo que podría haber salido de la aldea, tendré que informar a la policía sobre su desaparición.
Narrada por Elizabeth
Mi cabeza duele, estoy algo confusa. Desperté en una habitación completamente blanca, con las paredes y el suelo acolchados; llevo una camisa que ata mis brazos.
-¿Hay alguien ahí? – Estoy asustada, no sé dónde estoy ni por qué.
-¡PAPÁ, PAPÁ, PAPÁ! – En la desesperación, llamo a mi padre.
-Hola, pequeña, ¿te sientes mejor? – Alguien habla detrás de la puerta.
-¿Quién está ahí? – Pregunto y me concentro en los olores, como la otra vez. Por el fuerte olor a medicina y otros aromas, concluyo que estoy en un hospital.
-Soy Wilson, tu médico; cuidaré de ti. – Pero no tengo nada mal, ¿por qué estoy aquí?
-Quiero ir a mi casa. – Ahora que lo pienso, salí con Mel.
-¿Dónde está Mel? ¿Por qué me trajo aquí? – No sé, pero la frase que me dijo no sale de mi mente; me engañó para deshacerse de mí. No hice nada para merecer esto.
Comienzo a entrar en pánico y a gritar.
-¡AH... AH... AH... PAPÁ SÁCAME DE AQUÍ! – No sé cómo, pero rompo la camisa de fuerza justo cuando la sala se llena con 6 hombres de blanco, uno de ellos con una jeringa en la mano.
-¡NO, NO! – Tan pronto como me aseguran, me clava la jeringa y caigo en un sueño profundo.
Sueño
Estoy en casa, veo a todos yendo y viniendo con cara de preocupados.
-¿Qué está pasando? – Parece que no me ven, ¿acaso me están ignorando por ser mimada?
Voy detrás de Athos, que entró en mi cuarto.
-Hola Athos, ¿qué haces en mi cuarto? – Parece que no me ve; cuando su mirada se cruza con la mía, él me ve. Comienza a llorar, me abraza fuerte, pero no puedo oírlo. Escribe en un papel: "¿Dónde estás? Todos están preocupados." Cuando voy a escribir, lo único que puedo es: "Sálvame Athos. Cuidado con Mel." Antes de poder terminar, todo se desvanece.
-¡ATHOS! – Me despierto gritando su nombre.
Fin del sueño.
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Updated 35 Episodes
Comments
Patty Molina
elizabeth es muy poderosa
2023-12-10
5
Jamel
mel no es humana😲😲😲
2023-12-05
0