Capitulo 4 "Enfrentamientos"

Nos encerraron a la criada y a mí en un establo, nos azotarían después de que pase el almuerzo, frente a todos en la plaza delante del salón de festejos de la mansión Liu.

Al pasar de las horas dos guardias abren la puerta y entran tomándonos del brazo y nos arrastran hasta la plaza, nos acuestan y mi padre da la orden de comenzar, a mi lado está la criada, le han dado 5 golpes y grita por piedad mientras yo miro a mi padre con furia.

- ¡No más! ¡Piedad mi señor! ¡Piedad! - Grito desesperada al ver a la criada sangrando a mi lado.

- ¡Comiencen con la otra! - Ordena mi padre y me mira con frialdad "mandito"

¡PAFF!

Sentí como la tabla me golpeaba el trasero con mucha fuerza, tenía ganas de llorar pero no le daría ese gusto, escuche que se abrían las puertas de la entrada mientras esperaba el segundo palazo pero este nunca llego, levante la mirada y vi a mi padre pálido con una expresión aterrorizada mirando a alguien que estaba junto a mí, volteo mi mirada a un costado y allí estaba el, sosteniendo el brazo del guardia mientras lo miraba con furia, vi como empuño la otra mano y la puso en la mejilla del guardia haciéndolo caer al suelo con fuerza mientras le sangraba la boca.

Mira a mi padre y dice, - Liu Cheng, como se atreve a maltratar a mi esposa!

- Príncipe Zhang, le recuerdo que también es mi hija y como padre tengo derecho a reprenderla!

- ¡NO, NO LO TIENE! - Grita Zhang - Le recuerdo que es la señora Zhang, princesa imperial, esposa del principe heredero, hijo del Emperador de China y nadie puede tocarla y mucho menos maltratarla, no dejare que esto pase por alto Liu Cheng.

Zhang Kou me toma de la cintura y me ayuda a ponerme de pie mientras me pregunta que si estoy bien, yo le respondo asintiendo la cabeza, me aprieta la cintura con un brazo y pone la mano en mi cabeza y estrecha contra él.

- No permitiré que nadie te haga daño mientras yo viva, ya te lo he dicho Mi señora Zhang.

- ¡Deja de decir tonterías Zhang! - Le susurro y me quedo quieta en sus brazos, nos separamos un poco y me vuelvo para ver a mi padre, aun con la mano de Zhang en mi cintura le digo.

- ¡Quiero que mi tía y mi prima vengan conmigo!

- Tu tía se fue y no sabemos de ella. - Dice mi Hermana Liu Ai mientras mira descaradamente a mi esposo, Zhang parece darse cuenta del atrevimiento de mi hermana y me estrecha más contra él mientras responde.

- Encuéntrenla y llévenla a mi palacio, tiene una semana - Dice Zhang serio a mi padre.

Mi padre envió a llamar a mi prima Xi Yao para que viniera conmigo y regresamos al palacio, Liu Ai me miraba con odio y envidia, ella creía que Zhang Kou era un hombre mayor y un amargado tirano, que sorpresa la que se ha llevado al ver el apuesto hombre que tengo a mi lado y más ver como vino a salvarme y defenderme ante mi padre. Al llegar al palacio Zhang me dice que me dé un baño y lo espere en su habitación... nada es gratis en esta vida.

Al llegar a la habitación de Zhang Kou, lo encuentro recostado en la cama leyendo un libro, lo baja y acto seguido me mira y sonríe, maldita sonrisa.

- Es usted una hermosa dama, Mi Señora - Dice Zhang levantándose de la cama mientras yo me ruborizo.

- Para que me necesitas aquí - Le respondo tratando de no flaquear y que note lo nerviosa que me pone.

- ¿Quiero que me expliques porque saliste del palacio? ¿Por que fuiste a casa de tu padre? y ¿por que te estaba castigando? No entiendo porque te rebelas conmigo, no te trato mal Liu Wei, respeto el tiempo que me has pedido pero me estoy volviendo loco ¡Maldita sea! - Lo dice en una voz muy seria pero suave.

- Necesitaba saber de mi tía, se que está enferma pero no supe más de ella desde que estoy en este palacio, y la solución a tu desespero es que me dejes ir.

- ¿Por que insistes en dejarme? Yo soy tu esposo, soy tu dueño y te quedaras conmigo el resto de tu vida - Zhang me sostiene con fuerza ambos brazos, me tira a la cama sin hacerme daño y se pone encima mío. - Ya no puedo resistir más Wei Wei -sus palabras se vuelven un ronroneo.

- No eres mi dueño, no soy un objeto, Zhang bájate, ¡no lo hagas! - Le digo empujándole el pecho pero él me sostiene las manos con una suya encima de la cabeza y con la otra toma mi cara y me besa rápidamente.

- Eres.. Mi.. Esposa.. Y.. Tienes.. Que.. Cumplirme - Me dice esto dándome fugases besos entre las palabras.

Me suelta las manos y me acaricia el hombro mientras lo desnuda abriendo mi vestido, no puedo negarlo, me deje deslumbrar por este hermoso hombre y lo que hizo por mi hoy significa mucho.

Zhang se aparta de mi boca y baja por el lado izquierdo de mi cuello dando tiernos besos, mi cuerpo me traiciona y se me escapa un gemido. Zhang levanta la cara y me mira a los ojos sonriendo, baja la mirada al escote del que sobresalen mis senos y posa una mano en medio, suelta la tira y abre mi vestido dejando mi pecho en total desnudez.

Me mira como si fuera lo más bello que ha visto, me contempla sin ningún pudor mi medio cuerpo desnudo, posa una mano sobre un seno y masajea suavemente mientras comienza a besar el otro con ternura, me siento como si fuera un copo de nieve que al contacto con sus manos se derrite totalmente, si, aquí estoy, derretida bajo las manos y la boca de este hombre.

Zhang se aparta, me da un beso en los labios, se quita el traje y vuelve a mi cuerpo acariciándome el vientre mientras baja la mano para abrir más mi vestido.

- ¡No! - arecupere mi conciencia y grite empujándolo, cerré mi vestido y me senté, veo como a su cara vuelve esa mirada llena de frialdad y frunce el ceño.

- ¡Maldita sea! Estoy harto de que me rechaces, que más quieres que haga, me confundes, te muestras dócil y luego te vuelves hielo, me apartas y no cumples con tus deberes como esposa.

- Tu solo quieres que cumpla mis deberes, que me entregue a ti sin que tú te lo hayas ganado, crees que soy igual a esas malditas concubinas que con solo una mirada que les des ya están rendidas a tus pies y dispuestas a ir a la cama contigo, no te inmutas en conquistarme, me tratas como un animal, que llegas usas y tiras a un lado para que viva como un lindo adorno sin importar mis sentimientos el resto de mi vida. Pues no Zhang Kou, No estoy dispuesta a ser una sumisa y vivir el resto de mi vida al lado de un hombre que no me ama, que para el soy solo una mujer más, que lo único que cambia es que tengo un título más grande.

Zhang me mira y estira una mano para tocar mi mejilla, reacciono más rápido que el y le aparto la mano, Zhang la baja apretando el puño.

- Bien - Zhang solo dice eso mientras sale de la habitación dejándome sola.

Zhang Kou

Al salir de la habitación me dirijo al jardín del lago, veo una gran roca y me siento allí tomando aire para calmarme.

- No la entiendo, la trato bien y solo me aleja, que maldita mujer tan molesta. - Digo pensando en lo que acaba de pasar en la habitación.

Entro en el agua para despejar mi mente, pero miles de pensamientos se apoderan de mi... - ¿Y si es cierto, si solo quiero que se someta a mis deseos y luego pierdo interés en ella?. ¡Hump! No, eso no es lo que pasara, ella es diferente, se muestra como una mujer muy dura y rebelde, pero siento que hay algo más en ella que quiero descubrir. - Dice Zhang Kou sonriendo, decidido a hablar con ella y llegar a un acuerdo, sale del lago y se dirige a la habitación, al llegar ve que Liu Wei no está. - ¡Maldición! ¿Quien le dijo que se podía ir?

Liu Wei

Al salir Zhan de la habitación aprovecho la oportunidad para escabullirme, llego a mi habitación y Mei esta parada en la puerta para recibirme, Xi Yao al verme con la ropa mal puesta y llorando, me toma por los hombros y me llevan a tomar un baño. Cuando estaba lista para meterme en mi cama a dormir, Xi Yao habla.

- ¿Wei Wei que te paso? ¿Te… te maltrata? -niego con la cabeza.

- ¿Pero entonces que fue lo que paso, por que llegaste con la ropa así? - Pregunta Mei.

- No puedo cumplirle como esposa, no puedo ser una sumisa o ser un florero a su lado el resto de mi vida. - Respondo en un mar de lagrimas.

- Estas enamorada - Dice Xi Yao mirándome, ella me conoce, mejor que nadie, crecimos juntas, sabe que me enamore de Zhang Kou y que tengo miedo. Me tiro a sus brazos llorando y asiento con la cabeza.

Mei mira sorprendida a Xi Yao y y esta le susurra - Esta asustada.

- El no me quiere solo, quiere jugar conmigo y luego cuando se aburra me hará vivir un infierno, solo quiere tenerme a su lado para satisfacer al emperador. - Respondo con el llanto entrecortandome las palabras.

A la mañana siguiente Zhang Kou llamo a Mei para que le informara acerca de cómo se encuentra Liu Wei, esta le dice lo que pasó la noche anterior pero omitiendo la confesión de que ella lo ama.

Zhang da la orden de que Liu Wei tiene que cumplir su trabajo como señora del palacio, el decide dejarla en paz un tiempo para que ella pueda confiar en él.

Zhang Kou

Una semana después entre en el Ala Fa para hablar con Liu Wei y al abrir las puertas me sorprendo gratamente, al ver como Liu Wei convirtió esta ala olvidada en una completa joya.

El jardín era una obra majestuosa, el césped bien cuidado y cortado, unas bellas flores rodeándolo, solo ese viejo sauce seco en medio opaca la belleza, ella se negó a cortarlo y a cambio puso su propio columpio.

La casa estaba impecable, puertas y ventanas reparadas casi como nueva se veían junto a los brillantes pisos. Mei llama a Liu Wei quien sale a mi encuentro en el jardín, nos sentamos junto a una mesita mientras Xi Yao nos sirve Te.

- Tenías algo que decirme me dijo Mei, ¿estas bien? - Dijo Liu Wei.

- Sí, ¿y tú? ¿Tu como has estado?. - Siento que las palabras se me enredan, ¿porque es tan difícil hablarle? nunca me había pasado esto.

- Bien - Dice tímidamente sonrojándose y apartando la mirada.

- Tengo un viaje que hacer, volveré antes de que comience el invierno, es algo muy importante y quiero que puedas encargarte de la casa, asegúrate de que todo funcione como si yo estuviese aquí, estaremos comunicándonos por lo menos una ves a la semana. Cuando regrese iremos al palacio imperial, mi hermana celebra su Cumpleaños, así que tienes tiempo de preparar un vestido, toda la corte estará allí, tu familia también, prepárate y… cuídate. - Digo esto y me pongo de pie para irme, ella toma la punta de mi manga halándola. Me vuelvo sorprendido.

- Prometo hacer mi mejor esfuerzo, espero que tu también te cuides. - Dice eso y se inclina. De verdad que no entiendo a esta mujer.

Doy la vuelta y salgo del Ala Fa a preparar mi partida esta noche.

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