Entre Tu Y Él
ANNIE
Tecleo lo más fuerte que puedo en mi laptop, frustrada y en estado de shock por lo ocurrido hace unas horas. La pantalla de la computadora muestra planos incompletos del nuevo conjunto residencial, pero mis pensamientos están lejos de los números y las medidas. La tensión en mi pecho es tan fuerte que me cuesta respirar. La pregunta se repite una y otra vez en mi mente: ¿Soy solo un juego para ti, Mikael?
*INICIO FLASHBACK*
—No puedo presentarte a mi familia aún, Ann —dice Mikael, frunciendo el ceño con una mueca de exasperación. La elegante luz tenue del restaurante ilumina sus facciones, resaltando su cabello negro con reflejos plateados que brillan bajo la luz. El lugar, un restaurante de lujo con mesas bien decoradas y un ambiente sofisticado, se siente enigmático y distante, al igual que la conversación que estamos teniendo.
—¿Lo sé? ¿En serio? —me levanto de la mesa con furia, el ruido de la silla arrastrándose sobre el suelo llama la atención de algunos comensales cercanos—. Llevamos un año... ¡un maldito año! ¿No soy más que una mujerzuela para ti? No tengo por qué estar escondiéndome. Las palabras se sienten como un golpe en el aire denso del restaurante, y puedo ver cómo algunas miradas curiosas se vuelven hacia nosotros.
—Mira, mi exesposa... mis hijos... mi posición... lo entiendes, ¿no? Aún no es el momento —resopla cansado, su voz parece estar cargada de una mezcla de frustración y cansancio, como si llevar la conversación fuera un peso adicional a su ya abrumadora carga diaria.
—¿Cuándo es el momento? —levanto la mano, señalando el anillo de compromiso que hace un mes adorna mi dedo. La piedra, aunque brillante, parece opaca en este momento—. ¿Cuando estemos casados? ¿O voy a vivir escondida del mundo?
—Ann, por favor, esto puede ser difícil incluso para ti —intenta tomarme de la mano, pero la retiro con brusquedad. La textura fría del anillo en mi dedo se siente como un recordatorio constante de sus promesas incumplidas—. No quiero que salgas herida.
—¿Por qué? ¿Porque van a mirarme como a un bicho raro? ¿Por ser 15 años menor? ¿Por ser de una posición social media y tú de una alta? —empiezo a aflojar el anillo de mi dedo, su presión me resulta molesta—. ¿Porque a sus ojos soy una oportunista que solo quiere tu dinero?
—Sé paciente, cariño —me dice con una mirada triste, tratando de tomarme del brazo. Sus ojos verdes, que solían mirarme con admiración, ahora parecen llenos de una pena que no puedo entender—. No quiero que salgas herida.
—He sido paciente durante un año, Mikael —digo, furiosa, poniendo el anillo sobre la mesa. El sonido del anillo al tocar el cristal de la mesa resuena en el aire, añadiendo un toque de dramatismo a nuestra discusión—. Ahora hazme un favor y vete a la mierda.
Salgo del restaurante con rabia, la noche estrellada y el aire frío parecen contrastar con la ardiente frustración que siento. Tomo el primer taxi que veo, el vehículo se desliza por las calles iluminadas de la ciudad, pero mi mente está en un torbellino de emociones. Finalmente llego a casa, la entrada de mi apartamento, un refugio de paredes blancas y una decoración moderna, me recibe con una frialdad que refleja mi estado de ánimo.
*FIN FLASHBACK*
Horas después, estoy en casa, pretendiendo que trabajo para distraerme. La cocina, con sus acabados de acero inoxidable y el aroma del café que queda en el aire, parece inmutable ante mi tormento interior. No soy una mujer interesada en el dinero; todo lo que tengo es gracias a mi profesión. Soy arquitecta y me enorgullezco de ello. Nunca he aceptado ayuda de Mikael; jamás he recibido un peso de él. Estudié con esfuerzo siendo mesera por las noches, luchando por cada centavo.
Conocí a Mikael Owen en mi primer proyecto de arquitectura. Recuerdo la primera vez que llegué a su oficina, una imponente estructura de vidrio y acero, con un diseño moderno que reflejaba el éxito de su empresa de telecomunicaciones. Lo vi allí, impecable y arrogante, con su cabello negro salpicado de rayos plateados que brillaban bajo las luces del despacho. Sus ojos verdes, profundos y perspicaces, se clavaron en mi corazón de inmediato. Dirigí un proyecto para una expansión y, poco a poco, todo se dio.
No puedo dejar de pensar en él, realmente necesito un trago. Llego a la cocina y, cuando estoy a punto de servir mi copa, la puerta de entrada se abre y se cierra estrepitosamente. Julia, mi prima, entra con su energía vibrante, interrumpiendo el silencio tenso de mi apartamento. No tengo escapatoria.
—Ann, ¿estás intentando huir de mí? —me dice con un tono de reproche juguetón—. ¿Qué haces aquí tan temprano? —pregunta con suspicacia, mientras sus ojos verdes escrutan mi estado con una precisión casi sobrenatural. A veces creo que tiene poderes de vidente—. ¿Es Mikael Owen, verdad?
Definitivamente tiene poderes de vidente. Termino de servir mi trago y lo bebo de un solo golpe, el líquido ardiente en mi garganta parece calmar un poco el dolor interno.
—Sí... El mismo problema de siempre —digo en un suspiro, desplomándome en el primer banco que encuentro. Mi cocina, aunque moderna y ordenada, parece opresiva en este momento—. Terminé con él.
—¡¿QUÉ?! —grita, casi dejándome sorda. Sus palabras llenan el espacio de una vibración que refleja su sorpresa y emoción—. ¡¿PERO QUÉ HAS DICHO?! ¡REPÍTelo! ¡REPÍTelo!
No puede ocultar su cara de satisfacción. Julia y Mikael nunca se llevaron bien. Ella siempre decía que detrás de ese hombre bueno había algo muy turbio, una percepción que nunca pude ignorar del todo, aunque intenté.
—Estoy demasiado molesta y triste... así que pasaré por alto que te estás burlando de mi desgracia —digo, entrecerrando los ojos mientras el dolor de mi situación se mezcla con la irritación hacia su actitud despreocupada.
Ella pone su cara de niña buena y me saca una sonrisa. ¡Dios! ¡Cómo la quiero! Siempre sabe cómo levantar mi ánimo, aunque su boca no tiene filtro, habla sin pensar.
—Esto es lo mejor que te puede pasar, Annie White —dice, alzando los brazos y mirando al cielo con una teatralidad que me resulta reconfortante—. Eres libre, estás disponible de nuevo. ¿Y sabes lo que eso significa?
—¿Qué? —pregunto con inocencia, mientras una ligera sonrisa comienza a asomar en mi rostro.
—Que hoy no podrás negarte a salir de fiesta conmigo —sonríe de oreja a oreja—. Hay que sacarnos el despecho con diversión- Sus ojos brillan con una intensidad que promete una noche llena de distracción y desahogo.
—¿Sacarnos? —pregunto, levantando una ceja—. Te recuerdo que la despechada soy yo.
—Sí, sí —hace un ademán con la mano—. Pero eres como mi hermana... tu dolor... es mi dolor. —Imita una pose dramática de novela—. En tu nombre me beberé incluso el agua de los floreros hasta que no recuerde ni mi nombre.
Mi carcajada resuena por toda la casa, rompiendo el silencio pesado que había estado envolviéndome. Lo dicho, solo ella me hace recuperar el ánimo.
—Iré —digo sonriente, sintiendo que la pesadez de mi corazón comienza a aligerarse.
—Entonces —me da una palmada en la nalga, con una energía que es imposible ignorar—, mueve el culo y arréglate rápido. ¡Hoy la noche es nuestra! Vamos a portarnos mal. —Suelta una sonora carcajada y yo regreso a mi cuarto riendo también, preparándome para una noche que, espero, me permita olvidar, aunque sea por un momento, el dolor y la desilusión.
Disfrutaré de esta noche sin pensar en el mañana...
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Updated 41 Episodes
Comments
Maris Benitez
Comenzando, interesante 😊😊
2024-11-09
0
C Matacruz
haber que pasa comencemos ☺️😃😵💫😐🙃🤔😛😆😯😏😕🤪😀😉😁😄😝🙂😦😜🤨😊
2024-10-20
0
Mari Delgado Flores
Es el primer capítulo, me embarco en esta historia, con la seguridad de que será una buena novela.
2024-09-06
0