Kai Vannecelli
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Desde el fallecimiento de Flor, me he esforzado por asegurar que Sol no carezca de nada, que siempre tenga lo que desee y que esté a salvo. He cumplido con la promesa que le hice a mi amada Flor; a pesar de los años, la recuerdo y la sigo amando. Cada vez que veo a Sol, tengo la clara imagen de Flor, ya que, con el tiempo, Sol se parece mucho a ella. Ambos nos apoyamos mutuamente y nos ayudamos a sobrellevar la pérdida de Flor.
Sol siempre ha sido tranquila y ha obedecido todo lo que le he dicho. Siempre ha estado en esta casa y nunca me ha dicho una mentira, hasta ahora. Todo esto es culpa de Zoe, quien es una mala influencia, una libertina que hace lo que quiere. Mi padre la ha consentido en exceso, más que ahora Gabriela y Kira, quienes se han casado y están lejos. Él no le impone límites. A pesar de los esfuerzos de mi madre para hacer que Zoe recapacite, al final, ella actúa a su antojo. Tiene un carácter fuerte; es como ella quiere,todo es a su ley. Pobre del hombre que se case con ella.
Voy a hacer que se lo piense dos veces antes de intentar arrastrar a Sol a esa fiesta a la que asiste, además de que la ha hecho beber alcohol. ¿Quién era ese hombre con el que bailaba tan cómodamente? ¿Acaso hay algo entre ellos? Nunca la había visto vestida así, siempre ha utilizado ropa larga. Aprieto su brazo para saber su respuesta.
—Él y yo no tenemos nada, solo somos amigos —responde nerviosa.
—¿Él tiene claro que solo son amigos? —le pregunto.
—Sí, pero ¿tendría algo de malo si pasara algo más? —me devuelve la pregunta.
Suelto su brazo, asombrado por su respuesta. ¿Acaso le gusta? La observo, y ella me mira esperando una contestación. Veo cómo entrelaza sus manos con nerviosismo.
—Kai, él me invitó mañana a salir al cine. Voy a ir con él.
—No irás a ningún lado, Sol. Estás castigada —le digo, furioso.
Me alejo de ella y camino hacia la sala, pero escucho sus pasos siguiéndome.
—No puedes castigarme, Kai. Soy mayor de edad y tengo derecho a decidir por mí misma —me responde.
Me giro hacia ella y veo su expresión seria, aunque noto que su ligero cuerpo tiembla. Zoe ha llenado su cabeza de malas ideas; ella no era así. No debí permitir que estuviera en la misma universidad que mi hermana y mis primos.
—¿Sol, te estás escuchando? ¿Cuándo me habías hablado así? Aunque seas mayor de edad, estás bajo mi cuidado. Ya te dije que no irás a ningún lado y punto —le respondo con firmeza.
Ella se queda en silencio, observándome durante unos segundos, y luego se va rápidamente hacia las escaleras. Respiro frustrado y me siento en el sofá, llevándome las manos a la cabeza para tratar de calmarme. Pasados diez minutos, subo las escaleras hasta la puerta de su habitación. Toco dos veces, pero no escucho respuesta. Abro con cuidado la puerta y la encuentro recostada en la cama, boca abajo. Su vestido corto se eleva hasta la parte superior de sus glúteos, y las botas largas hacen que sus piernas se vean aún más atractivas. Su cabello cae a un lado mientras tiene las manos cruzadas. Mi pulso se acelera; no puedo dejar de mirarla, se ve tan seductora que me resulta difícil pensar con claridad. Justo cuando me doy la vuelta para salir, escucho su voz.
—Kai, no te vayas —me dice en un susurro.
Miro hacia ella nuevamente; la veo sentada en la cama, con los ojos rojos y lágrimas cayendo por sus mejillas. Me acerco rápidamente, limpiando sus lágrimas con premura. No puedo soportar verla llorar, y menos por mi culpa. Ella merece ser feliz. Hago todo lo posible para que así sea; tiene todo lo que desea, entonces, ¿por qué está así? ¿Por qué quiere salir? No tiene nada que hacer fuera ni compañía con quien salir. Ella debería permanecer a mi lado.
—Mi bella Sol, perdóname, no debí hablarte en ese tono. Por mi culpa estás llorando. De verdad lo siento, por favor, no llores —le digo preocupado.
—Kai, no quiero seguir encerrada. Estoy cansada de ir a la universidad y luego regresar a casa. Quiero salir al cine, tomar café con las chicas, quiero más libertad —me responde entre sollozos.
La abrazo y acaricio su cabello, suspirando para tranquilizarla. Sé que no le permito salir, pero lo hago por su bien. Hice una promesa de protegerla; las calles son peligrosas y podrían hacerle daño. No confío en nadie. Si le pasara algo y la perdiera, esta vez no lo soportaría. Ella es lo único que tengo de Flor, y la quiero muchísimo, por eso la cuido tanto.
—Está bien, Sol, podrás salir, pero bajo ciertas condiciones. Pero no llores más, por favor, no vuelvas a mentirme. No me dejarás otra opción.
Ella se aleja un poco de mí, mirándome sin comprender.
—¿A qué te refieres? —pregunta.
—Si vuelves a mentirme o sales sin los guardaespaldas, te mandaré a otra universidad —le respondo.
—Kai, no puedes hacerlo. No volveré a mentir, lo prometo —me dice angustiada.
—Muy bien, Sol, ahora descansa. Mañana saldremos juntos —le digo.
—Pero, Kai, yo te dije que...
—Sol, mañana saldremos juntos. Sé que el lugar al que te llevaré te gustará —interrumpo.
Sé lo que intento expresar, pero no permitiré que ella salga con ese perdedor. Nadie podrá alejarla de mí. Tomo suavemente su rostro entre mis manos mientras la observo detenidamente. Ella me mira de vuelta, y noto cómo comienza a ponerse nerviosa. Detallo cada rasgo de su rostro y acaricio con ternura su mejilla.
—¿Pasa algo, Kai? —me pregunta en voz baja.
Solo disfruto admirarla; su belleza es deslumbrante y me genera una particular sensación de tranquilidad.
—Eres tan hermosa, Sol. Te quiero mucho y hago todo lo posible para cuidarte —le digo.
Ella asiente, su mirada está firmemente conectada con la mía. Puedo notar cómo humedece sus labios y la veo acercarse lentamente, hasta que nuestros rostros están relativamente cerca. Suelto su mejilla; es mejor que me aleje, ya que es hora de descansar. Sin embargo, ella toma mi rostro entre sus manos y me da un beso en los labios. Abro los ojos sorprendido, intentando liberarme de su agarre, me alejo de ella. Ella me observa.
—Lo siento, no debí hacerlo —me dice, visiblemente angustiada.
—Hasta mañana, Sol —le respondo, mientras salgo rápidamente de la habitación.
Lo que ocurrió no estuvo bien, lo reflexiono mientras mis dedos recorren mis labios.
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Updated 27 Episodes
Comments
Sary Mora
Kai una cosa es cumplir con la promesa que le hiciste a tu novia antes de morir de cuidar a sol no de someterla a tus cuidados intensos
le has dado las cosas que están bien pero ella merece disfrutar de cada una de sus etapas de la vida
2025-10-18
3
Gomez Nano
llore como nunca cuando murió flor, y ahora me salen con sol se enamoro de kai y kai igual, no debería ser diferente ella al igual como el deben encontrar la felicidad con otra persona y no Haci, literal me sentí re mal sabiendo esto es como una forma enferma y no lealtad asia sol.
2025-10-19
0
Leidism Sivila
el recuerdo no llena el corazón y debe haber un sueño donde Flor hable y lo siente y pueda ser feliz con Sol sino la perderá por tóxico 😞
2025-10-18
1