Una noche para brillar

**Capítulo 2:**Una noche para brillar

(Desde la perspectiva de Violeta Meil)

El motor del auto rugía suave mientras las luces de la ciudad M pasaban como destellos de oro y plata frente a mis ojos.

La noche tenía ese aire eléctrico que te hace sentir que todo puede pasar, aunque en el fondo sepas que la mayoría de las cosas que ocurren en tu vida ya están escritas por otros.

Pero esta noche no era la hija ejemplar ni la futura administradora del legado familiar.

Esta noche era simplemente yo.

—Dime que no vas a pensar en la empresa mientras bailamos —dijo Olivia desde el asiento del copiloto, ajustando su labial frente al espejo del auto.

Solté una carcajada. —Te prometo que no. Solo voy a pensar en divertirme… y en lo guapa que me veo.

—Eso último no es pensar, es un hecho comprobado —respondió con tono burlón.

Olivia siempre sabía cómo hacerme reír.

Era como una chispa constante de energía; una mezcla perfecta entre locura, glamour y ternura.

Ella y yo éramos tan diferentes y tan parecidas al mismo tiempo que, a veces, ni yo entendía por qué funcionábamos tan bien juntas.

El chofer giró hacia la avenida principal.

A lo lejos se veía el letrero luminoso del antro más exclusivo de la ciudad: “Ivory Moon”.

Un lugar al que no se entraba por dinero, sino por apellido.

—Prepárate para brillar, princesa —dijo Olivia con una sonrisa traviesa.

Yo sonreí también. —Por supuesto, querida. ¿Alguna vez no lo hago?

El auto se detuvo frente a la alfombra roja del lugar, y por un instante, todo el ruido del mundo pareció detenerse.

Los flashes comenzaron a encenderse apenas puse un pie fuera del vehículo.

La gente no sabía si éramos celebridades o solo dos chicas con más estilo del que podían procesar, pero no importaba.

Las miradas bastaban.

Mi vestido era un diseño exclusivo de Versace, color lavanda con destellos plateados.

Olivia, por supuesto, llevaba un vestido negro con cortes estratégicos que le quedaba perfecto.

Éramos el tipo de mujeres que no necesitaban decir nada para dominar una habitación.

El guardia del lugar nos saludó con una sonrisa servil.

—Bienvenidas, señoritas Meil y Meg. El señor Dorian las está esperando.

El “señor Dorian” era el dueño del lugar.

Que el propio dueño saliera a recibirnos no era sorpresa; mi padre tenía acciones en varios locales de su cadena, y Olivia era prácticamente la cara bonita de todos sus eventos de beneficencia.

Entrar al “Ivory Moon” era como entrar a otro universo: luces en tonos violetas y dorados, mesas con botellas que costaban más que un coche pequeño, y un DJ que parecía controlar el ritmo de los latidos de cada persona allí dentro.

La música vibraba en mis huesos, los perfumes caros llenaban el aire, y la sensación de ser observada era tan habitual que ya ni la notaba.

—Esto… —dije mirando alrededor— es exactamente lo que necesitaba.

—Te lo dije —respondió Olivia, levantando una copa que uno de los meseros nos ofreció de inmediato—. Esta noche no pienses en nada más. Solo sé tú.

Le sonreí mientras brindábamos.

—Ser yo no es tan sencillo como suena.

Ella rió.

—Por eso te amo, drama queen.

Nos dirigimos a la pista de baile, y como siempre, la gente se abrió a nuestro paso.

No era soberbia, simplemente… la costumbre.

Las miradas seguían nuestros movimientos, los murmullos se mezclaban con la música, y por un instante, sentí esa descarga de adrenalina que tanto me gustaba.

Era como estar en el centro de un universo brillante, donde nada podía tocarme.

—Violeta, tienes a medio antro babeando —me dijo Olivia mientras se movía al ritmo de la música.

—Déjalos babear. Al menos alguien aprecia mi esfuerzo —respondí sonriendo, girando sobre mis tacones.

Y entonces lo vi.

Entre la multitud, con una copa en la mano y esa sonrisa tranquila que parecía esconder mil pensamientos, Ramiro San.

No lo veía desde la graduación.

Habíamos compartido clases, proyectos y algunas miradas curiosas, pero nunca una conversación real.

Siempre había sentido que me observaba desde lejos, como si no se atreviera a acercarse.

—¿Quién te está mirando? —preguntó Olivia con picardía, notando mi cambio de expresión.

—Un fantasma de la universidad —contesté, sin apartar la mirada.

—¿Fantasma atractivo? —insistió ella.

—Demasiado.

Antes de poder decir algo más, Ramiro comenzó a caminar hacia mí.

El corazón me dio un pequeño salto, y odié lo evidente que fue.

—Violeta Meil —dijo con una sonrisa encantadora al llegar a mi lado—. No pensé verte aquí.

—¿Y por qué no? —repliqué, arqueando una ceja—. ¿Acaso creías que solo trabajo y estudio?

—Tal vez —admitió con un tono divertido—. Siempre parecías demasiado seria como para perder el tiempo en fiestas.

—Solo parezco seria cuando los profesores están cerca —dije con una sonrisa traviesa.

Olivia, al notar el tono de la conversación, se alejó con una excusa inventada.

“Voy por más tragos”, dijo, dejándome a solas con Ramiro.

Él se inclinó un poco para hablarme al oído, y el calor de su respiración me hizo estremecer.

—Debo decir que la universidad no le hizo justicia a lo hermosa que eres.

—Y yo debo decir que sigues igual de encantador que antes —respondí sin pensar demasiado.

Sus ojos brillaron con algo que no supe identificar.

Estuvimos hablando un rato.

Era gracioso, atento y sorprendentemente fácil de conversar con él.

Por primera vez en mucho tiempo, sentí que alguien me miraba como mujer y no como “la hija de los Meil”.

Hasta que, de pronto, una voz aguda rompió el momento.

—¿Qué es esto, Ramiro?

Giré la cabeza y vi a una chica de cabello oscuro, rostro maquillado en exceso y mirada asesina.

Su vestido era caro, sí, pero su actitud lo arruinaba todo.

Olivia, que acababa de volver, murmuró en mi oído: —Ay, no… esto se va a poner bueno.

—Maria, cálmate —pidió Ramiro, visiblemente incómodo.

—¿Cálmate? ¡Estás coqueteando con esta rubia de catálogo! —espetó ella, señalándome con el dedo.

Sentí cómo mis cejas se arqueaban por pura inercia.

—Disculpa, pero la rubia de catálogo tiene nombre. Violeta Meil.

—No me interesa quién seas. —Su voz estaba llena de veneno—. Pero te advierto que no te metas con mi novio.

—Oh, tranquila —dije con una sonrisa sarcástica—. No sabía que los hombres ahora tenían etiqueta de propiedad.

Olivia soltó una carcajada tan fuerte que varias personas alrededor voltearon a vernos.

Ramiro trató de mediar, pero la chica parecía dispuesta a hacer un escándalo monumental.

—¿Sabes qué? —dijo María, dando un paso hacia mí—. Tal vez debería enseñarte a no meterte con hombres ajenos.

—Ni se te ocurra tocarla —intervino Olivia, poniéndose frente a mí como una fiera.

—Olivia, por favor —intenté calmarla—, no vale la pena.

Pero María  no entendía de razones.

Extendió la mano, como si realmente fuera a empujarme, y entonces yo simplemente di un paso atrás, mirándola con la calma más elegante que pude reunir.

—Cuidado, querida. Este vestido cuesta más que tu coche —dije, sin perder la sonrisa.

Los murmullos crecieron.

Algunos grababan con sus celulares, otros fingían no mirar, pero todos estaban pendientes.

Ramiro, visiblemente avergonzado, la tomó del brazo.

—Basta, María. Vamos afuera.

Ella intentó resistirse, pero él la arrastró fuera del antro, dejando un silencio cargado de tensión detrás.

Cuando la puerta se cerró, Olivia soltó una risa incontrolable.

—¡Dios mío, Violeta! Esa respuesta fue oro puro.

—Bueno, alguien tenía que mantener el nivel —dije con tono altivo, alzando mi copa.

Las dos reímos, aliviando la tensión.

La música volvió a subir, y todo el antro pareció retomar su ritmo normal.

Pero por dentro, algo se había movido en mí.

Ramiro… el chico que me había gustado tanto en la universidad, había resultado ser otro más del montón.

Un cobarde incapaz de enfrentar sus propias decisiones.

Suspiré y tomé un trago.

Olivia me observó en silencio por un momento antes de preguntar:

—¿Estás bien?

—Sí —mentí con una sonrisa ligera—. Solo me decepcioné un poco.

—Te mereces algo mejor, y lo sabes —respondió ella con firmeza.

Miré hacia la pista, donde las luces danzaban como reflejos de estrellas caídas.

Pensé en mi vida, en mis padres, en los contratos y los compromisos, y en cómo todo parecía tan perfectamente planeado… menos el amor.

—Supongo que, al final, ese es mi destino —dije en voz baja—. Ser una Meil significa cuidar la fortuna, no enamorarse.

Olivia me miró con tristeza, pero antes de que pudiera decir algo, sonreí con ironía.

—Aunque, si el destino quiere jugar conmigo, que al menos me mande un rival digno.

No lo sabía entonces, pero esa noche, entre risas, copas y luces, el destino ya estaba escribiendo su siguiente jugada.

Capítulos
1 Presentación de "Amor Bajo Contrato"
2 La vida perfecta de Violeta Meil
3 Una noche para brillar
4 El heredero de los Sen
5 Anuncio de mi nueva novela
6 Rumbo al país N
7 Primer día, primer enemigo
8 El jefe más insoportable del planeta
9 Un mes con la señorita Meil
10 Noticias inesperadas
11 Entre la razón y el eco del pasado
12 La promesa que destroza el alma
13 Una promesa con fecha de caducidad
14 Entre lágrimas y promesas
15 Reencuentro amargo
16 Anuncio especial de “Amor bajo contrato”
17 Citas con el enemigo
18 La mujer equivocada
19 La soledad también brilla
20 Tres días para el final
21 El heredero furioso
22 El precio del apellido Sen
23 “El día en que dejé de pertenecerme”
24 “La rabia bajo el traje”
25 La jaula dorada
26 Bajo el mismo sol
27 Sombras de un nuevo día
28 “Entre líneas y mentiras”
29 Flashbacks
30 El brillo de los diamantes y la luz de su mirada
31 Pequeños pasos hacia ti
32 La habitación compartida
33 Anuncio de “Amor bajo contrato”
34 Entre el nombre de otra y el abrazo de él
35 El despertar que no esperaba
36 “Lo que vi en esa ventana”
37 “La Dama que no lloró frente a él”
38 “Entre la culpa y el pasado”
39 “Entre el silencio y la soledad”
40 “Una casa compartida… y un corazón roto”
41 Anuncio de “Amor bajo contrato”
42 “El día que volvió a mirarme”
43 “Lo que ahora quiero proteger”
44 “El regreso disfrazado”
45 Bajo el peso de la culpa
46 “El eco del adiós”
47 “Sombras en el desayuno”
48 “La decisión de un corazón roto”
49 La cuerda floja del amor
50 La Jugada Perfecta
51 La traición
52 Adiós a nuestro nosotros
53 Lo que perdí
54 Un trato bajo las estrellas
55 La propuesta de un destino compartido
56 Anuncio de “Amor bajo contrato”
57 El silencio después de ella
58 El silencio roto
59 El infierno que desataré
60 La boda sin amor
61 Un cuento sin final feliz
62 Las raíces del bosque
63 Sombras y cristales rotos
64 Sombras de Orgullo
65 Sombras entre los árboles
66 Anuncio de “Amor bajo contrato”
67 Antes de que mi cuerpo me traicione
68 El vuelo de los recuerdos
69 Sombras del pasado y risas del presente
70 El Regreso del Lobo
71 La víspera del adiós
72 El reencuentro bajo la mirada del destino
73 Sombras entre copas y promesas rotas
74 Sombras y Redención
75 Bajo la luz de la última luna
76 La promesa del amanecer
77 El eco del adiós
78 Sombras del pasado
79 La última voluntad
80 Bajo la marea del perdón
81 El eco de su ausencia
82 Un mes para amar
83 Anuncio de “Amor bajo contrato”
84 La decisión del corazón
85 Las medusas flotaban
86 Rescate en la penumbra
87 Dudas del corazón
88 Decisiones del alma
89 El peso de la culpa
90 “El peso de una promesa y el adiós que se avecina”
91 “El muelle donde todo termina (y todo comienza)”
92 “Un nuevo comienzo”
93 “Lo que queda del amor”
94 Dejar ir con amor
95 Epílogos
96 Anuncio Final de “Amor bajo contrato”
Capítulos

Updated 96 Episodes

1
Presentación de "Amor Bajo Contrato"
2
La vida perfecta de Violeta Meil
3
Una noche para brillar
4
El heredero de los Sen
5
Anuncio de mi nueva novela
6
Rumbo al país N
7
Primer día, primer enemigo
8
El jefe más insoportable del planeta
9
Un mes con la señorita Meil
10
Noticias inesperadas
11
Entre la razón y el eco del pasado
12
La promesa que destroza el alma
13
Una promesa con fecha de caducidad
14
Entre lágrimas y promesas
15
Reencuentro amargo
16
Anuncio especial de “Amor bajo contrato”
17
Citas con el enemigo
18
La mujer equivocada
19
La soledad también brilla
20
Tres días para el final
21
El heredero furioso
22
El precio del apellido Sen
23
“El día en que dejé de pertenecerme”
24
“La rabia bajo el traje”
25
La jaula dorada
26
Bajo el mismo sol
27
Sombras de un nuevo día
28
“Entre líneas y mentiras”
29
Flashbacks
30
El brillo de los diamantes y la luz de su mirada
31
Pequeños pasos hacia ti
32
La habitación compartida
33
Anuncio de “Amor bajo contrato”
34
Entre el nombre de otra y el abrazo de él
35
El despertar que no esperaba
36
“Lo que vi en esa ventana”
37
“La Dama que no lloró frente a él”
38
“Entre la culpa y el pasado”
39
“Entre el silencio y la soledad”
40
“Una casa compartida… y un corazón roto”
41
Anuncio de “Amor bajo contrato”
42
“El día que volvió a mirarme”
43
“Lo que ahora quiero proteger”
44
“El regreso disfrazado”
45
Bajo el peso de la culpa
46
“El eco del adiós”
47
“Sombras en el desayuno”
48
“La decisión de un corazón roto”
49
La cuerda floja del amor
50
La Jugada Perfecta
51
La traición
52
Adiós a nuestro nosotros
53
Lo que perdí
54
Un trato bajo las estrellas
55
La propuesta de un destino compartido
56
Anuncio de “Amor bajo contrato”
57
El silencio después de ella
58
El silencio roto
59
El infierno que desataré
60
La boda sin amor
61
Un cuento sin final feliz
62
Las raíces del bosque
63
Sombras y cristales rotos
64
Sombras de Orgullo
65
Sombras entre los árboles
66
Anuncio de “Amor bajo contrato”
67
Antes de que mi cuerpo me traicione
68
El vuelo de los recuerdos
69
Sombras del pasado y risas del presente
70
El Regreso del Lobo
71
La víspera del adiós
72
El reencuentro bajo la mirada del destino
73
Sombras entre copas y promesas rotas
74
Sombras y Redención
75
Bajo la luz de la última luna
76
La promesa del amanecer
77
El eco del adiós
78
Sombras del pasado
79
La última voluntad
80
Bajo la marea del perdón
81
El eco de su ausencia
82
Un mes para amar
83
Anuncio de “Amor bajo contrato”
84
La decisión del corazón
85
Las medusas flotaban
86
Rescate en la penumbra
87
Dudas del corazón
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Decisiones del alma
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El peso de la culpa
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“El peso de una promesa y el adiós que se avecina”
91
“El muelle donde todo termina (y todo comienza)”
92
“Un nuevo comienzo”
93
“Lo que queda del amor”
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Dejar ir con amor
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Epílogos
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Anuncio Final de “Amor bajo contrato”

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