Despertar

Ruby abrió los ojos de golpe.. con el corazón desbocado y la respiración entrecortada.. la habitación estaba sumida en penumbras, iluminada apenas por la luz de la luna que se filtraba entre las pesadas cortinas de terciopelo.. la seda de las sábanas le resultaba extraña, demasiado suave contra su piel.. por un instante, no supo dónde estaba. recordaba luces, un choque, oscuridad… y luego aquella pantalla que le había mostrado una vida que no era suya. Pero ahora… ahora respiraba en un cuerpo distinto. Sus manos delgadas, la palidez de su piel, el peso de un cabello rojizo que caía sobre sus hombros.se incorporó lentamente, tratando de no hacer ruido. A su lado, un hombre dormía. Orlando Miller.. Su esposo.

La visión de la pantalla regresó a su mente como un golpe.. su sonrisa encantadora, la mirada verde que en el pasado había hecho latir tan fuerte el corazón de Ruby, y después.. la verdad cruel.. ella lo observó dormir. Su porte imponente no desaparecía ni en el reposo. Su rostro era atractivo, duro, y la respiración lenta de un hombre que parecía no cargar peso alguno en la conciencia..Un escalofrío recorrió la espalda de Ruby.. llevaban apenas unos días de casados. Aún no habían compartido intimidad, algo que a cualquier otra joven recién desposada le habría parecido extraño.. pero ahora ella lo entendía.. no había amor, no había deseo sincero. Para él, aquello era solo un contrato.. y una venganza silenciosa.. Ruby se llevó una mano al pecho, intentando calmar la opresión que la dominaba.. sentía que no solo había despertado de una pesadilla, sino dentro de otra aún más grande..

[¿Y ahora qué hago?]

El aire en la habitación se volvió denso.. como si la casa misma guardara secretos, como si los muros supieran del odio que su esposo ocultaba tras cada gesto amable. Ruby se recostó nuevamente, girada hacia el otro lado de la cama, con los ojos abiertos en la oscuridad.. No podía dormir.. No podía confiar..Y en el fondo de su alma, una certeza crecía con fuerza..

Esta vez, la historia no acabaría con su muerte..

Ruby no pudo seguir tendida en la cama. El peso de los pensamientos la ahogaba.

Con pasos suaves, se levantó y tomó una bata ligera antes de dirigirse a la cámara de baño anexa a la habitación. El mármol frío bajo sus pies descalzos la hizo estremecerse.

El agua cayó cristalina en la tina de cobre, llenándola con vapor y aroma a pétalos de rosa. Ruby se deshizo lentamente de la tela que la cubría, dejando al descubierto la piel blanca que brillaba bajo la luz de las velas. Se sumergió en el agua caliente y cerró los ojos, como si aquel calor pudiera borrar la sensación de angustia que la dominaba desde su despertar.

No se dio cuenta de que Orlando había abierto los ojos al sentir el movimiento.

Él se levantó en silencio, su andar era tan firme que ni el suelo crujió bajo su peso..

Se quedó apoyado en el marco de la puerta, observándola.

El vapor envolvía la figura delicada de Ruby, su cabello rojo caía como fuego derretido por encima de los hombros desnudos. Sus facciones estaban serenas, pero en sus ojos claros aún latía un rastro de miedo y desvelo..

Orlando entrecerró la mirada. Era hermosa, demasiado hermosa. La esposa perfecta, la mujer que cualquier noble envidiaría tener a su lado. Por un instante, su pecho se contrajo con un deseo silencioso, casi involuntario.

Pero enseguida lo apagó con la misma frialdad de siempre.

[Eres la hija de un asesino No eres más que la herramienta que necesito para destruirlo.]

Sus labios se torcieron en una sonrisa amarga. Se quedó minutos contemplándola, disfrutando de esa contradicción que lo corroía: el hombre que la odiaba por lo que representaba, y el hombre que, contra su voluntad, se sentía atraído por la mujer en el agua.

Ruby abrió los ojos de pronto, como si presintiera algo.

Pero Orlando ya se había apartado de la puerta, en silencio, regresando a la cama como si nunca se hubiera movido.

Ella nunca supo que había estado siendo observada.

Ruby se despertó temprano, con el corazón acelerado por los recuerdos de la noche anterior.. el agua caliente, el silencio opresivo de la mansión .. Orlando. Dormía de costado, el cabello oscuro despeinado y el ceño ligeramente fruncido,.. ella respiró hondo.. una idea loca cruzó su mente..cambiar el guion.. la verdadera Ruby jamás se había atrevido a tocarlo con libertad. Lo amaba en silencio, lo idolatraba, pero sus labios nunca se habían atrevido a buscar los de él. Había muerto sin siquiera probar el calor de ese contacto..Ella no.ella no repetiría la misma sumisión.

Con suavidad, se inclinó hacia él y lo beso suave en la boca. Orlando abrió los ojos de inmediato.. la miró sorprendido, como si no reconociera a la mujer frente a él. Ruby retrocedió un poco, intentando ocultar su nerviosismo..

Orlando seguía mirándola, con una mezcla extraña de sorpresa y recelo.

Orlando:¿Qué estás tramando, Ruby?

Ruby: nada… solo saludarte como corresponde a un esposo.

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Comments

Nena

Nena

Ay! querido Orlando tus planes van a tener un pequeño giro, y tú venganza va a ser tu perdición 😏

2025-09-27

9

morenita

morenita

Si claro, es obvio esa opresión porque ya está casada, ya las cosas que vió sino se pone las pilas, volverían a suceder y tendría el mismo fin, entonces hay que ponerse manos a la obra sí o sí 😖

2025-09-29

0

morenita

morenita

Así es mija, sino puedes con el enemigo.. Únetele 💪, tarde que temprano alguien tiene que caer, y esa no vas a ser tú, a situaciones críticas, medidas desesperadas 💪

2025-09-29

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