Emma
Son las siete treinta de la mañana cuando estaciono frente al nuevo colegio de Oliver, la entrada es lo último en vanguardia, la fachada principal del edificio es completamente de vidrio, para llegar a ella hay que atravesar una reja donde se encuentra un hombre de casi dos metros, lleva un pantalón negro, camisa blanca y corbatín azul oscuro. El nombre de la institución está en la parte superior de las rejas “Newton” dice el enorme cartel con un modelo molecular saliendo de la O.
Miro a Oliver, sus ojos verdes están bien abiertos y una enorme sonrisa se ha formado en su rostro. No recuerdo que haya sonreído tanto por ir a la escuela, literalmente la odiaba y no puedo culparlo la directora de su antiguo colegio era una bruja con todas las letras. Cuando busque el pase de Oli ayer sentí una alegría enorme al ver como se enervaba y maldecía por lo bajo cuando le explique del nuevo colegio.
- Ma… ¿En qué piensas? – sus ojos me miran curiosos.
- Nada cariño, solo recordaba la cara de tu antigua directora – saco la lengua y sonrío.
- Ahora va a estar feliz – esta completamente seguro de ello – Ahí esta Theo, vamos…
Abre la puerta y baja rápido a su encuentro, lo escucho gritar su nombre, mi jefe gira y le sonríe. Estoy un tanto sorprendida, mi hijo no es de hacer sociales, pero con mi jefe parece llevarse de maravilla. Los observo mientras me acerco, Theo es un hombre alto y formido, sus ojos se ven grises en comparación con ayer que tenían un color turquesa como el agua, recuerdo que en una ocasión le pregunte por el cambio de color en sus ojos, fue ese día cuando me entere que cambiaban con el tiempo...
- Buenos días Señor Hamilton – hablo una vez que estoy cerca.
- Buenos días Señorita Wood – me observa de pies a cabeza y no puedo evitar sentirme cohibida.
- ¿Vamos a entrar? – mi hijo nos mira a ambos.
- Claro, necesitamos ir por tu uniforme – comenta Theo y nos acercamos a la puerta.
- Buenos días, soy Theo Hamilton – saluda al hombre de la puerta que me observa detenidamente – Ellos son Oliver y Emma, tenemos cita con la señora Camille Lombrad.
- Buenos días señor Hamilton – saluda amable el hombre y vuelve a mirar – Este es su pase, la señora Lombrad los esta esperando, pasan la puerta de ahí dobla a la derecha, la 4 puerta a la izquierda – indica con las manos.
- No te bajas más del auto mamá – mi hijo esta enojado.
- ¿Qué? ¿Por qué? – estoy confundida.
- Siempre es lo mismo, te miran de esa forma, te coquetean – observo a mi jefe que lo mira – Te voy a vestir como monja para que no te miren.
- Oli creo que exageras – trato de calmarlo – No tengo nada interesante para que me vean.
- Puff… - fue su única respuesta mientras seguimos el camino a la dirección.
Theo no emitió ningún tipo de opinión, Oliver sigue enojado, pero al menos tiene mejor cara que hace un rato. Nos dirigimos en silencio a la dirección, mi jefe abre la puerta y una señora bajita nos atiende, su pelo rojo está lleno de rulos, su piel es blanca y unas gruesas gafas negras tapan sus hermosos ojos verdes, nos sonríe.
- Buenos días soy la señora Johnson ¿En que puedo ayudarlos?
- Buenos días son el señor Hamilton, ellos son Emma y …
- Oliver – termina la mujer mientras le sonríe a mi niño – Te estábamos esperando, ven sígueme te mostrare tu locker, te daré tú uniforme y veremos tus clases – Oliver le sonríe – Vamos mamá, le explicare como funciona todo mientras el señor Hamilton habla con la señora Camille Lombrad.
- Que tengas un lindo día Oliver – se despide mi jefe mientras chocan puño.
- Gracias Theo
- Te espero Emma – asiento y sigo a la secretaría.
El lugar es totalmente magnifico, los pasillos cuentan con una seguidilla de locker, todos con número y candado, la secretaria le entrega un papel a mi hijo con la clave cuando nos detenemos frente al suyo, luego de recordarle que no puede cambiar la clave y tampoco decírsela a nadie nos muestra el resto de las instalaciones. Lo primero en mostrarnos fue el laboratorio de ciencias, era todo blanco con grandes mesadas, una ducha descansaba en una esquina, un matafuego en el sector izquierdo y mucho material de vidrio por donde sea que uno mirara, nos informó que la institución les proveía del guardapolvo y gafas para cada estudiante,
Lo siguiente fue el salón de arte, había una gran cantidad bastidores, las mesas eran de madera al igual que el piso. Siguió el salón de música, mis ojos casi salieron de sus orbitas cuando vi el increíble piano de cola que se encontraba en él, la sala estaba aislada por lo que sus paredes eran negras y de un material raro, había muchas sillas y todo tipo de instrumentos.
Luego aulas como Matemáticas, lengua, geografía, historia, una a una nos las fue mostrando y explicando el nombre de cada profesor y como tendría el material para cada clase. Al parecer no tendría que comprar nada ya que en la cuota estaba estipulado los libros y material didáctico de cada chico. Lo que me llevo a la siguiente pregunta ¿cuánto iba a costarme esta nueva institución?
Mire la cara de Oliver todo entusiasmado y un nudo se coloco en mi garganta, no había pensado en este pequeño detalle, jamás se me ocurrió preguntar el precio y así poder ver si podía pagarlo. Comienzo a sacar cuentas mentales y ver cuanto de mi presupuesto tengo para pagar la educación de mi hijo. Por supuesto puedo dejar mis clases y pedirle ayuda a Nicolas… un pequeño resoplo sale de mis labios y Oliver me oye.
- Se lo que estás pensando… – me dice mientras toma mi mano – Siempre puedo volver a mi antigua escuela – mis ojos se llenan de lágrimas.
- Hijo… yo… - no puedo hablar, el nudo de mi garganta no me lo permite, estoy a punto de disculparme cuando un carraspeo nos llama la atención.
- Señorita Wood si es por la cuota, déjeme decirle que ya se ha abonado todo el resto del año, asique no tiene que preocuparse por eso todavía.
Si antes tenia un nudo en la garganta, ahora es una bola. Miro a la mujer sin poder creerlo, mi jefe Theo Hamilton acaba de hacerse cargo de la educación de mi hijo y se quedo totalmente callado, las lágrimas invaden mis ojos, la señora Johnson me sonríe mientras soba mi espalda, Oliver está emocionado y no habla.
- Bueno Oli, es hora que vayas a clase – le acaricia el pelo – Yo iré con mamá a terminar con los papeles.
- Bueno – su voz sonaba cortada – Nos vemos más tarde ma…
- Nos vemos cariño – beso su frente y se marcha a sus clases
- Bueno señorita Wood, es importante que firme un seguro, llene los datos que faltan, están Ud. y el señor Hamilton como los responsables de Oliver – la miro extrañada.
- Perdón… - la miro - ¿Por qué el señor Hamilton?
- Debido a las actividades que se practican es necesario el consentimiento de dos personas para que chico pueda estudiar aquí – me explica - El señor Hamilton y usted son los titulares del niño en la escuela, aunque el niño tenga otro apellido.
- Oh… - no logro decir más nada mientras.
Caminamos a la dirección mientras me explica los horarios y reglas de la institución, estamos a unos diez metros cuando Theo y una señora de cabello negro salen del lugar. Sus ojos se encuentran con los míos y me sonríe, la mujer que supongo es la señora Lombrad sigue su mirada, sus ojos marrones me observan de arriba abajo, esta vestida con la última colección de Armax una de las líneas de moda de la empresa.
- Señorita Wood – Theo me mira – Le presento a la señora Lombrad, la directora del colegio.
- Mucho gusto señora Lombrad – me toma la mano.
- El gusto es mío – se despide y sale del lugar.
La señora Jonhson me pidió que la acompañara, firme los papeles que anteriormente me dijo y salí del establecimiento, no encontré a Theo por ningún lado, por lo que supongo que volvió a la empresa y por alguna extraña razón eso me entristece, creí que tal vez podría agradecerle e invitarlo a desayunar… ahora que lo pienso bien era una pésima idea, es mi jefe ya veo que piensa que le estoy coqueteando. Me despido del guardia quien me sigue mirando de forma rara y camino hacia mi auto, levanto la vista del suelo y lo veo.
Ahí esta él, mi jefe, apoyado en mi auto con el celular en la mano, su traje negro perfectamente arreglado, su pelo oscuro corto y su barba perfectamente delineada, le da un aire serio pero rebelde, sonrío como tonta al ver que me espero, entonces deja de mirar el teléfono y mira en mi dirección, apresuro el paso sintiendo el nudo en mi garganta, su ceño se frunce al ver mi expresión y lo abrazo.
Su cuerpo se tensa cuando mis brazos rodean su cuello, tomo aire y su aroma me invade, huele jabón y perfume, mi pecho está pegado al suyo al igual y mi rostro en su hombro, se relaja un poco cuando ve que no me alejo, entonces caigo en la cuenta de lo que estoy haciendo.
- Gracias – susurro mientras lo suelto – Y lamento mi arrebato…
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Comments
Mayela Isabel Camiña Cervantes
Ahora entiendo mucho más tus novelas!!!!
2024-09-20
1
Maryelin Leon
Que bonita la historia
2024-01-24
4
Graciela Peralta
que bueno que le consiguió la escuela 🏫
2023-04-23
1