Guerras declaradas

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...CAPÍTULO 2...

GABRIELA

¿Quién demonios puede cerrar los ojos después de que su exmarido aparece en la puerta, deja a su hija hecha un mar de lágrimas y encima te dice, como si fuera el clima, que viene a devorar tu empresa?

No. Nadie duerme. Ni siquiera con dos tazas de té de manzanilla y un podcast de meditación de esos que prometen “paz mental”.

A la mañana siguiente llegué a la oficina con ojeras que ni el mejor corrector del mercado podía cubrir. Y ahí estaba ella, como siempre, esperándome con su mirada de rayos X: Cecilia Andrade.

—Buenos días, jefa —canturreó, entregándome un café que olía a salvación líquida—. Tienes cara de… “mi ex volvió a arruinarme la vida”. ¿Acierto o me quedo corta?

Le lancé una mirada asesina.

—¿Me puedes dar cinco minutos de silencio antes de empezar con tus predicciones de tarot?

—Ajá. —Se cruzó de brazos, divertida—. Eso significa que Sebastián hizo de las suyas.

Suspiré, hundiéndome en la silla de mi oficina.

—Cecilia, no tienes idea…

Me interrumpió levantando un dedo.

—Déjame adivinar: el príncipe Valtieri te jodio el día con esa cara de idiota, Valentina se peleó con la Barbie nueva de su papá y tú… terminaste deseando lanzarle un florero a la cabeza.

La miré en silencio.

—¿Ves? —sonrió ella, orgullosa—. No necesito tarot. Tengo años de experiencia viéndote sufrir por ese hombre.

Me llevé la mano a la frente, derrotada.

—No es solo eso, Cecilia. Ahora resulta que también quiere AUREA.

Su expresión cambió de golpe.

—¿Cómo que quiere AUREA?

—VALCORP fue contratada para absorbernos. Y Sebastián es el encargado.

Cecilia parpadeó un par de veces, como si procesara la bomba nuclear que acababa de soltar. Luego soltó una risa incrédula.

—Bueno, por lo menos el universo tiene sentido del humor. ¿Qué es más entretenido que tu exmarido millonario intentando arruinarte profesionalmente después de arruinarte sentimentalmente?

La fulminé con la mirada.

—No me hace gracia.

—A mí sí —respondió, encogiéndose de hombros—. Aunque supongo que de verdad hablas en serio.

Me quedé callada, mirando por la ventana. Sentía que el aire estaba más denso, como si mi propia empresa me respirara en la nuca, recordándome que era vulnerable.

—Cecilia —dije en voz baja—, no puedo dejar que gane. AUREA es más que una compañía. Es… la única forma que encontré de sobrevivir a todo lo que viví.

Ella me observó en silencio, y por una vez dejó el sarcasmo a un lado.

—Entonces no lo dejaremos ganar. Punto.

Justo cuando estaba por responderle, sonó mi celular. Era un número desconocido. Contesté con el ceño fruncido.

—Señora Estévez —una voz masculina, formal—. Habla Claudio Ferrer, inversionista de VALCORP. Me gustaría agendar una reunión con usted para discutir sobre la propuesta de adquisición.

Me quedé helada.

Ellos ya habían movido ficha.

Cecilia me quitó el celular de la mano y contestó ella misma con la calma de un tiburón:

—Claro, señor Ferrer. La señora Estévez estará encantada de reunirse… cuando el infierno se congele.

Y le colgó.

Yo la miré boquiabierta.

—¡¿Qué acabas de hacer?!

Ella dio un sorbo a su café como si nada.

—Salvé tu mañana. De nada.

Me llevé las manos a la cara.

...🟣...

Cuando llegué a casa, lo primero que escuché fue un portazo. Valentina había declarado huelga de silencio.

Otra vez.

La encontré tirada en la cama, con los audífonos puestos y una cara de tragedia shakesperiana.

—¿Puedo pasar o necesitas que te traiga pañuelos para la actuación? —le pregunté desde la puerta.

Me lanzó una mirada asesina.

—No es un chiste, mamá.

Me acerqué despacio, como si intentara domar a un tigre herido.

—Lo sé, mi amor. Pero entonces, dime qué pasó para entenderte.

Ella se quitó un audífono.

—Natalia me odia. Te lo juro. Hace como si yo fuera invisible, y cuando habla es para decirme que soy una malcriada, corriente y vulgar igualita a ti.

La frase me cayó como un cubo de agua fría.

—¿Qué?

—Sí —soltó ella con rabia contenida—. Y papá… no nunca dice nada.

La rabia se me instaló en el pecho. Podía soportar mil cosas de Sebastián, pero que no defendiera a nuestra hija… eso era imperdonable.

Me senté junto a ella y le acaricié el cabello.

—Mira, Tina, que Natalia diga lo que quiera, No le prestes atención, que realmente la que quiere llamar la atención es ella. Por meterse con una niña de quince años. Y tu papá… bueno, ya sabes cómo es.

—¡Otra vez con lo mismo! —explotó—. Siempre es “ya sabes cómo es”. ¡Siempre tengo que aguantar que me compare con alguien o que diga que invento cosas!

Me dolió escucharla así, con tanto resentimiento en la voz. Y aunque quería protegerla de todo, sabía que no podía suavizar la realidad.

—No tienes que aguantar nada —le dije con firmeza—. No eres invisible, ni malcriada. Eres fuerte, inteligente y demasiado buena para que alguien como Natalia te haga sentir menos.

Valentina me miró con ojos llorosos.

—¿Y si papá me odia por haberla tratado así? ¿Y si prefiere estar con ella que conmigo?

La abracé fuerte, tragándome mis propias lágrimas.

—Eso nunca va a pasar. Y si llega a pasar… aquí me tienes a mí para recordarte quién eres de verdad.

Se quedó en silencio, escondida en mi pecho, como cuando era niña.

Cuando por fin logré que Valentina se quedara tranquila y se durmiera, bajé a la sala como un fantasma. La casa estaba en silencio, pero mi cabeza era un campo de batalla.

Entre la rabia por Natalia, el dolor de ver a mi hija llorando y el descaro de Sebastián con su “optimización”, sentía que podía estallar en cualquier momento.

Me serví un café (a medianoche, porque sí, mi vida es un caos) y abrí el portátil solo para distraerme. Grave error.

El primer correo en mi bandeja me dejó tiesa:

De: VALCORP Holdings – Departamento Legal

Asunto: Propuesta de adquisición estratégica de AUREA Tech

Estimada Sra. Gabriela Estévez:

Por medio de la presente, nos dirigimos a usted en representación de VALCORP Holdings para comunicarle que, tras un análisis exhaustivo del estado actual de AUREA Tech, hemos iniciado un proceso formal de propuesta de adquisición estratégica.

La razón es clara: en los últimos meses su empresa ha acumulado deudas y compromisos incumplidos con proveedores y socios que ahora forman parte de nuestro grupo. Además, la situación financiera de AUREA Tech empieza a ser delicada, lo que la expone a perder valor en el mercado frente a competidores más grandes.

En consideración a lo anterior, VALCORP Holdings está en posición de ofrecer una salida sólida y rentable creemos que lo más conveniente es que considere nuestra oferta de integración de AUREA Tech a nuestro portafolio. De no hacerlo, nos veremos obligados a tomar medidas más agresivas en el mercado, lo que podría afectar seriamente la estabilidad de su compañía.

Estamos dispuestos a reunirnos con usted en los próximos días para dar inicio al proceso de negociación.

Atentamente,

Departamento Legal

VALCORP Holdings

El café me tembló en las manos, casi derramándose sobre el teclado.

—Maldito seas, Sebastián —susurré, con los dientes apretados.

Como si no fuera suficiente con envenenar la mente de Valentina, ahora iba a arrancarme lo único que había logrado construir de cero.

Tomé aire, obligándome a no llorar. Si él quería guerra, la iba a tener.

Pero no contaba con algo: yo había aprendido a sobrevivir sin el, sin su dinero, sin sus contactos.

Y ahora, estaba dispuesta a todo para proteger a mi hija… y a AUREA.

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Comments

Linilda Tibisay Aguilera Romero

Linilda Tibisay Aguilera Romero

es de lo peor iqe idiota no defiende a la hija y ahora la quiere arruinar a ella

2025-09-09

2

chica°mangaromantico

chica°mangaromantico

Está re buena porfis maas

2025-09-09

0

chica°mangaromantico

chica°mangaromantico

Autora pliss maaaaaas

2025-09-09

0

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