tropiezo

Por favor, Inés, ve a hacer tus deberes, dijo la madre de Renata con un tono firme.

Regresamos a la cocina, y en ese momento, Sonia me rodeó con sus brazos en un gesto reconfortante.

No le hagas caso, continuó Sonia, ella solo es una envidiosa. Desde que éramos pequeñas, siempre ha sido así. No la odies; en lugar de eso, siente tristeza por lo amargo que tiene el corazón. Mientras decía esto, yo limpiaba mis lágrimas, sintiendo el apoyo de Sonia a mi lado.

Estoy bien, no se preocupen, no está ocurriendo nada grave. La gente comienza a llegar, así que sería bueno que ayudemos a Inés, mencioné mientras intentaba calmar el dolor que sentía. Sabía que Renata haría todo lo posible para avergonzarme.

Mi querida Isabella, por favor, lleva esas copas de champán a los invitados, me pidió Inés mientras organizaba los aperitivos en varias bandejas.

Sí, abuela, yo me encargo de ello, no tardaré en traer lo demás, respondí, tomando una respiración profunda para calmarme antes de volver a mirar a Renata y actuar como si todo estuviera normal.

Había tanta gente en la fiesta que ni siquiera reconocía a muchos de los asistentes; era evidente que todos habían hecho un esfuerzo especial para vestirse adecuadamente. Las mujeres lucían espléndidos vestidos largos y brillantes, mientras que los hombres llevaban elegantes trajes negros y todos hablaban de negocios y las mujeres de vestidos y zapatos.

Toda la gente comenzó a tomar copas de champán, y en cuestión de minutos, mi bandeja quedó completamente vacía. Mientras me dirigía de nuevo a la cocina, observé cómo mi ropa me quedaba un poco más ajustada y corta de lo habitual. Fue en ese momento que, absorta en mis pensamientos, choqué inesperadamente con alguien. Estaba a punto de perder el equilibrio y caer al suelo, pero, afortunadamente, sentí las manos de esa persona sujetándome firmemente por la cintura, evitando así que me desplomara.

Su mirada se fijó intensamente en mis ojos, como si quisiera leer cada pensamiento y emoción que albergaba en mi interior. Su agarre era firme, casi possessivo, y nuestras caras estaban tan cerca una de la otra que podía sentir su aliento cálido. Era en ese instante que el suave aroma de su perfume me envolvió, un dulce y cautivador olor que me transportó a un mundo donde solo existíamos nosotros dos.

Me soltó de inmediato y me observó de manera intensa, escaneándome de pies a cabeza. Era el mismo hombre con el que había tenido una acalorada discusión por la tarde. En ese instante, comprendí que él era un invitado de Renata, lo cual me generó una gran preocupación, ya que si decidía mencionar algo de nuestro altercado, podría traerme serios problemas.

Sentí un nudo en el estómago por la tensión del momento. Lo lamento, murmuré, mientras bajaba la mirada, intentando que no pudiera reconocerme.

Alessandro, ven te voy a presentar a mis padres.!_ dijo Renata detrás de mi y en ese momento aproveché para alejarme rápidamente con el corazón agitado.

Cuando entré en la cocina, me asomé por la ventana y vi al hombre conversando con los patrones y Renata. Ella lo tocaba con una cierta familiaridad, como si entre ellos existiera una conexión especial.

Es realmente guapísimo, ¿verdad? Mi madre comenta que será el futuro esposo de Renata, y es que él proviene de una familia adinerada del extranjero. Sus padres eran coreanos, pero lamentablemente fallecieron cuando él era joven, y luego fue adoptado por unos estadounidenses. Eso dijo Sonia mi mejor amiga.

Ahora entiendo su nombre, no es muy común para un hombre así, yo solo espero que está noche no me quede sin trabajo y sin casa.!_ dije nerviosa.

Por qué dices eso.?_ pregunto Sonia, mirándome.

Ese hombre es con el que tuve una discusión esta mañana y, para mi desgracia, me volví a encontrar con él hace apenas unos segundos. Seguramente le contará a Renata lo que ocurrió y eso hará que me despidan, dije con un tono de inquietud.

¿El que estuvo a punto de atropellarte? ¡Vaya, Isabella! No me habías dicho que era muy atractivo. Pero no te preocupes, no creo que él te haya reconocido yo iré a dejar todo y tú quédate aquí mejor preparando todo.!_ dijo Sonia y yo acepte pues no quería verlo de nuevo.

No es guapo solo es distinto a los demás hombres del pueblo y de solo saber que tiene algo con Renata, es igual que ella._ dije volviendo a mis deberes.

Pues es guapo y no lo puedes negar y más guapo es su amigo de el un pelirrojo que me robó el aliento, si un hombre como el me pidiera matrimonio me casaría enseguida.!_ dijo Sonia suspirando.

Jajaja, Sonia ni siquiera lo conoces.!_ dije sonriendo mirándola como suspiraba, por el hombre pelirrojo.

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