🛬LLEGADA DE DARCY A RUSIA
El avión privado de Logan aterrizó en suelo ruso con una sacudida violenta. Darcy, de cabello despeinado por el vuelo y gafas negras enormes, bajó con un abrigo de piel beige, jeans ajustados y unas botas que sonaban como metralla en cada paso. Su rostro era puro veneno.
Darcy Knight
(mirando alrededor con desagrado)
—Dios, qué maldito frío. ¿Dónde está el botón para salir de este infierno?
Logan caminó junto a ella, serio como una lápida. Dos guardaespaldas los escoltaban hasta la limusina negra que esperaba.
Logan Knight
(entrando al auto)
—Y ni se te ocurra hacer una escena. Tan pronto lleguemos a la casa, te registras en la universidad. Ya tengo tus papeles listos.
(pausa)
—Y tus amigas, las australianas esas que tanto mencionabas... sé que están aquí. No quiero excusas. Las verás, pero sin escándalos.
Darcy Knight
(bufando)
—¿Universidad? ¿Aquí? ¿Y tú crees que voy a ir a clases como si no estuviera condenada a casarme con un lunático?
Logan Knight
(Fumando un cigarro)
—Vas a estudiar. Y también vas a hacer lo que se te manda. ¿O quieres que el jefe ruso te venga a buscar a la fuerza?
Darcy Knight
(mirándolo con furia)
—¡Maldito seas, Papá! Estoy a una neurona de huir y casarme con un vagabundo.
El chofer arrancó. Detrás del cristal empañado, Moscú parecía una ciudad fantasma. Ella se quedó mirando la ventisca... sin saber que su infierno apenas comenzaba.
ALEKSEI EN MISIÓN MORTAL
En un edificio abandonado a las afueras de San Petersburgo, el suelo estaba cubierto de sangre. El humo salía de una pistola calibre 50. Aleksei, con la chaqueta de cuero empapada por la tormenta, tenía la mirada fija en el cadáver del traidor que yacía frente a él.
Mikahil Kulkov
(por radio)
—Buen trabajo, hijo. Ya sabes qué hacer: limpia el desastre... y regresa a casa. Mañana tienes universidad.
(tono seco)
—Y no llegues tarde. Tu “esposa” ya está en Rusia.
Aleksei guardó el arma y limpió su rostro con la manga mientras su respiración era gélida.
Aleksei Kulkov
(a su equipo)
—Mátenlos a todos. No quiero testigos.
(voltea a sus dos compañeros de misión)
Aleksei Kulkov
—Y pasen por la licorería cuando terminemos. No pienso llegar sobrio al circo de mañana.
Yakov Belinsky
—¿Universidad otra vez? Hermano, tú eres un asesino profesional, ¿por qué fingir ser un estudiante?
Aleksei Kulkov
(frunciendo el ceño)
—Porque mi padre quiere que me mezcle con “niños normales”…
(sonríe con ironía)
—Y porque si no lo hago, me casa con esa australiana de m*erda más rápido de lo que puedo decir “niet”.
Los tres rieron, mientras detrás de ellos, un hombre herido intentaba arrastrarse. Aleksei giró, disparó una bala directa a la frente sin pestañear, y luego simplemente murmuró:
Aleksei Kulkov
—Nos vemos mañana en la escuela, demonios…
Darcy aún no sabe quién es el lunático con el que se casará.
Aleksei aún no ha visto los ojos verdes de fuego que lo van a desafiar.
Pero ambos están en el mismo país.
Mismo destino.
Misma universidad.
Y el mundo pronto conocerá lo que pasa cuando dos bombas caminan en dirección opuesta… para colisionar.
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Rubí 33-12
¡Me tienes enganchada!
2025-08-01
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