Cap 1

Ya les dije que no fui yo.

-señor Benjamín, si no nos colabora, no podremos ayudarlo

-no sé que más les puedo decir, no fui yo.

-entonces díganos ¡donde carajos está su hermano!

El policía golpeó la mesa y regó el café ya frío en su vaso, maldijo por el desorden y rascó su cabeza, con desesperación, tomo el basó y algunos papales que reposaba sobre la mesa y salió de la sala de interrogatorios

Solté un largo y hondo suspiro, estaba cansado, llevaba más de cinco horas en esa maldita sala de interrogación, le había dicho a mi hermano que era una estupidez hacer lo que hizo, y como siempre termine pagando yo las consecuencias de sus ¡acciones!

Se escuchó el chirrido de la puerta al abrirse, esta vez entro otro policía con la cara aún más cansada que el anterior

-señor Benjamín, retiraron todos los cargos a su nombre, al parecer su hermano si lo quería culpar de todo, pero a la final la chica dice que usted no es.

-¿me puedo ir?

-sí, espere un momento y ya le damos salida.

Sin decir nada más, volvió a salir de la sala, solté de nuevo otro profundo aire, pero esta vez de puro y bendito alivio, cuando encuentre a ese desgraciado lo voy a hacer pagar por todas y cada una de las que me ha hecho desde el momento en el que nacimos.

Una hora más tarde me dieron salida, estaba frente a la ventanilla, esperando a que me entregarán mis cosas, (celular y billetera) una conversación ajena robo mi atención, ya que estaba más que seguro que se trataba de mí...

-ya sabes como son las mujeres, les encanta el chico malo

-lo más probable es que se trate del síndrome de Estocolmo.

El otro policía dejó salir un bufido dejando ver cansancio y aburrimiento, volvió a beber de su basó de café, me entregaron mis cosas y salí de ahí tan rápido como pude.

Al sentir el calor apabullante de Texas fruncir el ceño de forma automática, ya quería largarme de ese maldito sitió. Tuve que caminar hasta la parada de camión, ya que mi auto había quedado frente a la casa, por la sorpresa de la policía al llegar a mi casa a las 5:00 am, lo bueno fue que tuvieron la amabilidad de no sacarme esposado en calzones, me dejaron colocarme una pantaloneta y una camisa manga corta.

Espere unos diez minutos para que llegara el camión, me subí, apenas puse un pie en ese maldito camión, todos los presentes excepto una chica de aproximadamente unos diecisiete años de edad que estaba escuchando música, no me miro, el resto de los pasajeros posaron sus asquerosos ojos en mi presencia,

Me senté en el último puesto.

En la siguiente parada casi todos los pasajeros dentro del bus, se bajaron, expecto la chica con los audífonos, seguí con los brazos cruzados en mi asiento hasta que llegue unos treinta minutos más tarde a mi parada.

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Comments

Salomé Páez

Salomé Páez

será vaso??

2025-10-06

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