En Tus Brazos, Llega La Calma...

En Tus Brazos, Llega La Calma...

01: Condenado al dolor.

Dolor.
Hambre.
Miseria.
Sufrimiento...
Si me hubieran pedido describir mi vida en cuatro palabras, serían esas.
Fui vendido a un burdel en los suburbios cuando tenía 12 años.
Mis padres tenían deudas que pagar... y un adolescente con mis características le resultaba una oferta muy atractiva al establecimiento.
Además, que, la deuda de mis padres bajaría un 10%
No era mucho, pero entre eso y quedarse con el estorbo que era su hijo, claro que escogieron la segunda opción.
Recuerdo la primera vez que pise ese frío lugar, el aroma a alcohol y a diversas fragancias que no podía distinguir me quemaban la nariz.
Me pusieron a trabajar de inmediato cuando llegué. Tenía tanto miedo... jamás había hecho algo como eso y mi cuerpo no resistió.
El cliente levantó una queja y ese día pensé que moriría por la paliza que me dieron.
En ese momento supe...
Que mi vida se convertiría en un completo infierno.
7 AÑOS DESPUÉS...
Mi cuerpo temblaba mientras me sostenía de las sábanas desarregladas de la cama. El hombre encima de mí embestía con dureza, sin importarle cuanto me lastimaba.
Mis ojos ya estaban cansados de llorar, había aprendido a quedarme callado y tragarme el asco y la repulsión que sentía.
Mis padres seguían vivos, al igual que su deuda... que yo me encargaba de pagar.
Ellos pedían dinero... y yo debía recuperarlo con mi cuerpo.
El hombre encima de mí era un cliente frecuente, especialmente agresivo y sádico que siempre pagaba grandes cantidades de dinero por tenerme a mí. Solamente a mí.
De ese dinero yo no veía un centavo, todo se iba a pagar la deuda que mis padres tenían... cada vez en aumento.
Cuando ese hombre por fin terminó, mi cuerpo se desvaneció en el piso. Era tan desconsiderado que ni siquiera se molestaba en hacerlo en la cama.
Me miró desde arriba mientras subía sus pantalones y se abrochaba el cinturón.
Masashi
Masashi
Eso estuvo fantástico...
Tomó una botella de vino en la mesa de la habitación, se sirvió una copa y el resto del contenido lo vació sobre mí.
Michio
Michio
¡Está frío!
Masashi
Masashi
¡Cierra la boca!
Me dio una patada con la punta de su zapato, me cubrí el rostro.
Masashi
Masashi
Levantaré una queja por lo que acabas de hacer.
Michio
Michio
¿¡Qué!? ¡No, espera!
Volvió a golpearme, está vez en el rostro. Mi cuerpo temblando del dolor.
Masashi
Masashi
Hoy eres muy insolente.
Me tomó del mentón para después dejarme caer nuevamente al suelo.
Masashi
Masashi
Eso no me gusta.
Me dio la espalda, abrió la puerta de la habitación y entregó un fajo de billetes a la persona fuera del cuarto. La cual dejó entrar a otro hombre apenas el Señor Masashi salió de la habitación.
Todo empezaba de nuevo, el dolor, la humillación, el sometimiento. Una y otra vez mientras yo trataba de aguantar...
Pero.
¿Hasta cuando más?
《▪︎▪︎▪︎》
Yasu
Yasu
¿Un prostíbulo? ¿En serio?
Jun
Jun
Vamos... no seas tan aburrido.
Jun
Jun
Te divertirás, créeme.
Yasu
Yasu
Huele a barato, sácame de aquí.
Jun rodeó mis hombros con sus brazos y me obligó a entrar al lugar. El fuerte olor a afrodisíaco y perfume barato matando mi sentido del olfato.
Nos sentamos en unos sillones acolchonados, cerca de escenario donde bailaban jóvenes desnudos.
Jun parecía divertido, todo mientras tomaba un sorbo de whiskey.
En cambio, a mí...
No podía darme más asco.
《▪︎▪︎▪︎》
Mi cabeza estaba apoyada en la cama, mi respiración entrecortada mientras la puerta de la habitación se abría nuevamente.
Para mi sorpresa, no era otro cliente. Sí no alguien a quien... parecía que realmente le importaba.
Yori
Yori
¡Michio!
Yori
Yori
Oh Dios mío... ¿Estás bien? ¿Puedes levantarte?
Michio
Michio
No... me duele demasiado la cadera .
Yori
Yori
¿Cuántos fueron?
Michio
Michio
Cinco... o tal vez seis. No lo sé.
Yori era una de las pocas y casi inexistentes personas que se preocupaban por mí.
Era unos años mayor que yo y llevaba más tiempo ahí. Él trataba de cuidar de mí, ganándose castigos y reprimendas que muchas veces terminaban con él en el hospital.
Yori
Yori
¿¡Qué diablos te sucede Frank!? ¡No puedes exigirlo a trabajar así!
Él le gritaba al dueño del lugar, quien esperaba paciente fuera de la habitación a que otro cliente llegara para cobrar por "mis servicios."
Frank
Frank
¿Quién te crees que eres para decirme lo que debo hacer?
Frank
Frank
Los clientes lo buscan por montones. Si su cuerpo no puede soportarlo no es mi maldito problema.
Yori
Yori
¡Estás demente!
Yori
Yori
¡Déjalo descansar al menos un poco!
Yori
Yori
¡Lleva 3 días sin comer bien, por favor!
Yori
Yori
¡Ten algo de humanidad!
Frank
Frank
¿Ahora quieres chantajearme?
Frank
Frank
Bien, pero el dinero que se pierda en su descanso.
Frank
Frank
Tú lo pagarás al doble de tu salario.
Yori
Yori
•••
Yori
Yori
Bien.
Michio
Michio
Yori...
Yori
Yori
Calma... No tengo problema en hacerlo.
Michio
Michio
¡Pero!...
Yori
Yori
Shh, nada de peros.
Yori
Yori
Ahora, ven conmigo. Necesitas una botella de agua.
Yori me ayudó a levantarme del suelo, mis piernas se tambaleaban.
Me llevó al cuarto de servicio, empezó a vendar las heridas de mi cuerpo con delicadeza mientras me daba agua y un poco de pan para comer.
Yori
Yori
Estás ardiendo en fiebre...
Yori
Yori
Vete a casa, te cubriré todo el turno que queda de hoy.
Michio
Michio
¡Yori no!
Michio
Michio
¡Sí lo haces no saldrás de aquí hasta la mañana!
Michio
Michio
¡Vas a acabar muy mal! ¡Por favor piensa en ti!
Yori
Yori
En el que pienso, es en ti.
Yori
Yori
No me importa salir de aquí hasta mañana si puedo evitarte esto a ti.
Michio
Michio
No lo aceptaré.
Michio
Michio
Siempre estás sacrificándote por mí...
Michio
Michio
¡Esta vez no lo permitiré!
Me levanté de la silla en la que estaba, el dolor punzante en mi cadera.
Yori
Yori
¡Michio!
Caminé hasta Frank, sus ojos negros fijos en los míos mientras daba una calada a su cigarrillo.
Michio
Michio
Dame otro cliente, ya puedo regresar a trabajar.
Michio
Michio
No descuentes el tiempo a Yori de su sueldo.
Michio
Michio
Lo pagaré, saldré de aquí al amanecer.
Frank
Frank
¡JA! Dios... de verdad ustedes dos son patéticos.
Frank
Frank
Pero, si eso quieres está bien.
Frank
Frank
No te lo negaré.
Yori negó con la cabeza, intentó correr hacia mí mientras lanzaba maldiciones al aire.
Frank lo miró y chasqueo los dedos, un hombre lo jaló de la cintura mientras lo sujetaba contra su pecho.
Frank
Frank
Cierra la boca, Yori.
Frank
Frank
Tú también tienes trabajo que hacer.
|CONTINUARÁ|
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