Capitulo 5: Dos fuegos, una misma chispa

—Espero que no haya sido una pérdida de tiempo —dijo Dakota, alzando apenas una ceja mientras cruzaba los brazos sobre el pecho, desafiante.

La sala estaba vacía, excepto por ellos dos. El resto del equipo de Brendan ya se había retirado después de la reunión, pero ella se había quedado. A propósito. Quería hablar con él sin testigos. Sentirlo sin barreras.

Brendan la miraba desde el otro lado del salón, con las manos en los bolsillos del pantalón y la mandíbula tensa. No había dado un paso desde que el último hombre cerró la puerta. Solo la observaba. Como un depredador que decide cuándo atacar.

—¿Pérdida de tiempo? —repitió él con voz baja, casi como una advertencia—. Supongo que eso dependerá de lo que hagas con esta oportunidad, señorita Adams.

Ella rió, sin rastro de simpatía.

—No soy de las que suplican por oportunidades, Thompson. Tampoco vine a pedir permiso.

Brendan sintió cómo algo se le encendía adentro. Esa mujer tenía una forma de pararse frente al mundo que lo desarmaba. No era solo la belleza—que era brutal, intensa, poco común—. Era la forma en que no le temblaba el pulso. La forma en que lo desafiaba como si no supiera con quién hablaba… o peor, como si sí lo supiera y le diera igual.

Dakota caminó hasta la mesa, apoyó ambas manos sobre la madera brillante y lo miró directo a los ojos.

“Ese maldito brillo olivo…”, pensó. Era hipnótico, y le fastidiaba admitirlo. Había conocido a muchos hombres poderosos, pero ninguno como él. Brendan no necesitaba levantar la voz para imponer respeto. Bastaba con estar en la misma habitación. Y sin embargo, ella no podía evitar provocarlo. Tal vez porque había algo en él que la atraía de una forma que no sabía cómo controlar.

O tal vez porque sabía que en el fondo, él tampoco tenía el control cuando ella estaba cerca.

—No necesito tu aprobación —continuó ella—. Sé quién soy. Lo que quiero. No vine hasta Berlín para que un hombre con aires de dios me diga si soy digna o no de sentarme en esta mesa.

Brendan esbozó una media sonrisa. No de burla. De reconocimiento.

—Eso te diferencia de la mayoría.

—¿Te molesta?

—Me intriga.

Ella ladeó la cabeza.

—¿Intriga o amenaza?

Se produjo un silencio espeso. Tenso. El tipo de silencio que antecede al incendio.

Brendan se acercó. No con rapidez, sino con esa lentitud calculada que tenía el poder de hacer temblar el suelo. Se detuvo justo frente a ella, lo suficientemente cerca como para que Dakota sintiera el calor que emanaba de su cuerpo, pero sin tocarla.

La miró desde arriba, no por arrogancia, sino porque su estatura y su presencia le daban ventaja. Pero Dakota no bajó la mirada. Nunca lo hacía.

“Dios... cómo me mira”, pensó ella. No era un simple escaneo masculino. Brendan la desnudaba con los ojos, sí, pero también parecía estar buscando puntos débiles. Como si quisiera conocer cada rincón de su alma solo para decidir si destruirlo o protegerlo.

—No me amenazás, Dakota —dijo, con voz grave—. Pero sos... peligrosa. Lo sabés, ¿no?

—Depende para quién —respondió ella, respirando más hondo—. Para algunos, lo soy. Para otros... una adicción.

Él alzó una ceja, divertido.

—¿Eso creés que soy? ¿Un adicto?

Ella dio un paso más. Ahora estaban tan cerca que el perfume amaderado de él le acariciaba la piel.

—Creo que te aburren las mujeres que se rinden rápido. Que buscás desafío. Sumisión, sí... pero no sin lucha. Y que no sabés qué hacer con alguien que no te necesita.

Brendan no respondió de inmediato. El corazón le latía más fuerte de lo que admitiría. ¿Cómo podía esa mujer conocerlo tan bien sin siquiera haberlo tocado?

—¿Y vos? —preguntó al fin—. ¿Qué buscás, Dakota?

Ella lo miró directo, sin filtros. Y ahí estaba, ese pequeño temblor en su interior que solo él parecía provocar. No era miedo. Era fuego contenido.

—Un hombre que no me quiera cambiar —susurró—. Alguien que no me pida ser menos de lo que soy para que encaje en su mundo. Y si no existe... entonces lo construyo sola.

Brendan bajó la mirada hacia sus labios por un segundo. Bastó eso para que el aire entre ellos cambiara de temperatura.

“Está probándome”, pensó él. “Y yo... estoy al borde de caer.”

Pero no dijo nada. No la besó. No la tocó. Solo la miró como si su vida dependiera de no ceder.

—No jugues conmigo, Dakota —dijo, por fin—. No soy como los demás.

Ella sonrió, ladina, girando para tomar su bolso con una calma casi insolente.

—Lo sé, Brendan. Por eso volví mañana.

Y con eso, salió de la sala, dejándolo solo, ardiendo en un deseo disfrazado de control.

Capítulos
1 Capítulo 1: La heredera en la sombra
2 La heredera en la sombra II
3 capitulo 3 : La hija del enemigo
4 Capitulo 4 : El precio de sentir
5 Capitulo 5: Dos fuegos, una misma chispa
6 Capítulo 6: Cuando el poder no alcanza
7 Capítulo 7: Secretos bajo la piel
8 Capítulo 8: El arte de la guerra
9 Capítulo 9: Disparos y Verdades
10 Capítulo 10: Bajo las luces de Berlín
11 Capítulo 11: Territorio Prohibido
12 Capítulo 12: Sombras del Ayer
13 Capítulo 13: Bajo su Control
14 Capítulo 14: Fuego y Acero
15 Capítulo 15: Fuego en la Sombra
16 Capítulo 16: La Mansión del Lobo
17 Capítulo 17: Juego de Poder
18 Capítulo 18: Cerrando bocas
19 Capítulo 19: Sombra y Fuego
20 Capítulo 20: Fuego cruzado
21 Capítulo 21: Lo que no puedo perder
22 Capítulo 22: En las sombras
23 Capítulo 23: Rescate y fuego
24 Capítulo 24: Sin escapatoria
25 Capítulo 25: Como si fuera la última vez
26 Capítulo 26: Entre el fuego y la traición
27 Capítulo 27: Entre la sangre y la verdad
28 Capítulo 28: La noche del Mirage
29 Capítulo 29: Sangre y Fuego
30 Capítulo 30: Furia y Promesas
31 Capítulo 31: Fuego en el Puerto
32 Capítulo 32: La Última Jugada
33 Capítulo 33: Fuego bajo la piel
34 Capítulo 34: Reina contra Reina
35 Capítulo 35: Sombras detrás del cristal
36 Capítulo 36: La cacería silenciosa
37 Capítulo 37: La reina cae
38 Capítulo 38: Ruinas de cristal
39 Capítulo 39: Lo que nunca dije
40 Capítulo 40: Café, promesas y un tal Elvis
41 Capítulo 41: El vuelo del amor (y un tal Elvis esperándolos)
42 Capítulo 42 – Amor, locura y algo más
43 Capítulo 43: Un latido inesperado en Berlín
44 Capítulo 44: Verdades con café y pan casero
45 Capítulo 45 – El clan y el porotito
46 Capítulo 46 – Reina en construcción
Capítulos

Updated 46 Episodes

1
Capítulo 1: La heredera en la sombra
2
La heredera en la sombra II
3
capitulo 3 : La hija del enemigo
4
Capitulo 4 : El precio de sentir
5
Capitulo 5: Dos fuegos, una misma chispa
6
Capítulo 6: Cuando el poder no alcanza
7
Capítulo 7: Secretos bajo la piel
8
Capítulo 8: El arte de la guerra
9
Capítulo 9: Disparos y Verdades
10
Capítulo 10: Bajo las luces de Berlín
11
Capítulo 11: Territorio Prohibido
12
Capítulo 12: Sombras del Ayer
13
Capítulo 13: Bajo su Control
14
Capítulo 14: Fuego y Acero
15
Capítulo 15: Fuego en la Sombra
16
Capítulo 16: La Mansión del Lobo
17
Capítulo 17: Juego de Poder
18
Capítulo 18: Cerrando bocas
19
Capítulo 19: Sombra y Fuego
20
Capítulo 20: Fuego cruzado
21
Capítulo 21: Lo que no puedo perder
22
Capítulo 22: En las sombras
23
Capítulo 23: Rescate y fuego
24
Capítulo 24: Sin escapatoria
25
Capítulo 25: Como si fuera la última vez
26
Capítulo 26: Entre el fuego y la traición
27
Capítulo 27: Entre la sangre y la verdad
28
Capítulo 28: La noche del Mirage
29
Capítulo 29: Sangre y Fuego
30
Capítulo 30: Furia y Promesas
31
Capítulo 31: Fuego en el Puerto
32
Capítulo 32: La Última Jugada
33
Capítulo 33: Fuego bajo la piel
34
Capítulo 34: Reina contra Reina
35
Capítulo 35: Sombras detrás del cristal
36
Capítulo 36: La cacería silenciosa
37
Capítulo 37: La reina cae
38
Capítulo 38: Ruinas de cristal
39
Capítulo 39: Lo que nunca dije
40
Capítulo 40: Café, promesas y un tal Elvis
41
Capítulo 41: El vuelo del amor (y un tal Elvis esperándolos)
42
Capítulo 42 – Amor, locura y algo más
43
Capítulo 43: Un latido inesperado en Berlín
44
Capítulo 44: Verdades con café y pan casero
45
Capítulo 45 – El clan y el porotito
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Capítulo 46 – Reina en construcción

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