Una Junta

Mi asistente, Nathi, llega a la empresa justo cuando estoy estacionando mi auto. Me ve y se acerca a mí con una sonrisa.

—Buenos días, señorita Ela—,me dice. —Ya están todos esperando en la sala de juntas—

—Está bien, ya voy—. Subimos juntos en el ascensor y nos dirigimos al piso donde se encuentra la sala de juntas.

—¿Alguna razón importante por la cual se lleve a cabo dicha reunión?—

Le pregunto a nathi mi asistente mientras caminamos hacia la sala. No es usual que el socio de mi padre haga estás reuniones así de sorpresa.

—No sabría darle respuesta señorita Ela, la secretaria del señor Cooper me envió un correo a primera hora citando a los directivos de la empresa, ya han llegado hace cinco minutos—

El ascensor se detiene en el piso y las puertas se abren con un suave sonido.

Fruncí el ceño, acelerando los pasos hacia la sala de juntas.

—Se me hace tan extraño que nos hagan reunir sin explicarnos el motivo—

Pero ella solo me mira y sacude la cabeza, indicando que no sabe nada más.

Llegamos a la sala de juntas y Nathi me abre la puerta, permitiéndome entrar primero.

Al entrar en la sala de juntas, me encuentro con una escena inesperada.

El señor Cooper, socio de mi padre, está sentado con una expresión sombría y una palidez inusual en su rostro.

Me acerco a la mesa y tomo asiento en la silla principal, intentando romper el hielo con un comentario ligero.

—Buenos días, señores. ¿Quién murió?— pregunto con una sonrisa, tratando de aligerar el ambiente.

Mientras hablo, observo al señor Cooper y noto que su sonrisa es débil y forzada. Sus ojos pardos, normalmente brillantes y astutos, parecen apagados y sin vida.

—¿Por qué tienen esas caras de velorio?— continúo, intentando mantener la conversación ligera. —Si es por mí, ya no lloren más, porque ya llegué y es para quedarme— Suelto una risita, pero el señor Cooper no parece compartir mi entusiasmo.

Su actitud me llama la atención y comienzo a sentir una sensación de inquietud. Algo no está bien, y quiero saber qué es.

El señor Henry Cooper es un hombre que irradia una presencia distinguida y elegante, incluso en momentos de dificultad. Su altura y porte imponente, combinados con sus ojos preciosos y su sonrisa encantadora, lo hacen destacar en cualquier entorno.

La forma en que se mueve y habla refleja una decencia y una bondad genuina que es difícil de ignorar.

Es cierto que su esposa tuvo suerte al encontrar a un hombre como él, alguien que parece poseer una integridad y una calidez que inspiran confianza y respeto.

Aunque es una lástima que no todos sus hijos hayan heredado su bondad y su corazón generoso, su legado y su influencia siguen siendo una fuente de inspiración para aquellos que lo conocen.

Su presencia en la sala de juntas, a pesar de su palidez y su expresión sombría, sigue siendo imponente y respetada.

—¿Qué sucede, señor Cooper?—.

—Estoy un poco cansado, hija—,responde con una voz débil. —Ya sabes, los años no llegan solos—

Iba a preguntarle si se encontraba enfermo, pero justo en ese momento, los demás directivos comienzan a llegar y a tomar asiento en la sala de juntas.

El señor Cooper me lanza una mirada intensa y seria, y entiendo que la reunión está a punto de comenzar.

La tensión en la sala es palpable mientras todos, esperan a que el señor Cooper comience a hablar. La reunión sorpresa y de último minuto ha generado una gran incertidumbre, y algunos de nosotros nos preguntamos si habrá algún anuncio importante o cambios en la empresa.

Matt, el contador, es el primero en romper el silencio. —¿Hay algún problema, señor Cooper?— pregunta con una nota de preocupación en su voz. —No es normal esta reunión—

Su pregunta parece liberar la tensión en la sala, y todos se inclinan hacia adelante, ansiosos por escuchar la respuesta del señor Cooper.

El ambiente es tenso y expectante, y todos estamos a la espera de saber qué es lo que el señor Cooper tiene que decir.

—No habrá despidos señores, no se preocupen—

La noticia de que no habrá despidos parece calmar la tensión en la sala, y muchos de los presentes respiran con alivio. Sin embargo, la sorpresa llega cuando el señor Cooper anuncia que él y el señor West han estado hablando sobre su retiro.

—Ya estamos en edad de irnos de viaje con nuestras esposas o de quedarnos en casa durmiendo hasta tarde— dice con una sonrisa, pero luego su expresión se vuelve seria.

—Pero somos dos hombres responsables que no pueden darse el lujo de dejar su responsabilidad así como así—

La sala queda en silencio, y todos se miran entre sí, sorprendidos por la noticia. Sin embargo, yo no me sorprendo, ya que yo sabía, y había notado algo en la actitud del señor Cooper que me hizo sospechar que algo así podría estar pasando.

Me pregunto qué planes tienen para la empresa y quién tomará el control después de su retiro.

—No se sorprendan, todo en la vida es un ciclo, más en los negocios. Nuestra era ya culminó, ahora es tiempo de darle entrada a la nueva generación y así poder seguir creciendo como la familia que hemos sido desde que comenzamos—

Recuerdo los cinco largos años que pasé trabajando junto a mi padre y el señor Cooper, aprendiendo cada detalle de la empresa, desde lo más mínimo hasta lo más grande y valioso.

Me he entregado de lleno a mi trabajo porque lo amo, y mi sueño es seguir con su legado hasta el día en que no pueda más.

Ahora, al escuchar las palabras del señor Cooper, siento una mezcla de nerviosismo y emoción.

La posibilidad de convertirme en la presidenta de la compañía es algo que he anhelado durante mucho tiempo, y saber que puedo ser la elegida para llevar el timón de la empresa es un honor y un desafío que estoy dispuesta a aceptar. Me siento lista para asumir el reto y llevar la empresa a nuevos niveles de éxito.

Ethan se puso de pie con total gracilidad, su figura elegante y segura irradiando confianza.

—Es una pena que se retiren tan pronto— comenzó, su voz suave y respetuosa, —pero estoy de acuerdo con usted, señor Cooper, en que en los negocios también existen los ciclos y es momento de que una nueva era dé inicio—

—Desconozco si ya eligieron a la persona que se hará cargo de ocupar los lugares de los altos jefes de esta empresa— continuó, —pero si no es así, quiero proponer que sea Ela, no hay otra persona en esta empresa que esté totalmente calificada para ocupar la presidencia que ella—,enfatizó Ethan, —Ella conoce cada área de la compañía a la perfección, sabe lo que hace falta para seguir expandiéndonos en el mercado y lo que no—

—Además de eso, tiene grandes proyectos que nos favorecen a todos nosotros, Ela ha trabajado arduamente cada día desde que inició, es por eso por lo que le doy mi voto de confianza y propongo que ella sea la presidenta de la compañía—, La sala quedó en silencio, y todos los ojos se volvieron hacia mí, mientras Ethan se sentaba.

Me sonrojo involuntariamente ante sus palabras, Ethan. Es el hombre que toda mujer sueña tener a su lado: amable, atento, detallista, respetuoso, atractivo y con un corazón de oro. Sin embargo, por más que he intentado sentir algo más que amistad hacia él, no puedo evitar verlo solo como un amigo..

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Cinzia Cantú

Cinzia Cantú

Ahora vienen las discusiones de los que están a favor y los que no

2025-08-16

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