Después de ayudar a Mara con una remera rota, bajamos a la cocina para por fin desayunar antes de irnos a la iglesia.
Yo seguía siendo un tomate andante, cosa que no se me notaba demasiado gracias a la base que me había aplicado cuando me maquillé hace unas horas.
-Lia, qué te pasó, estás toda colorada...
-SARA!-La calle antes de que terminara de avergonzarme.
Okey, quizás si se notaba, o tal vez era solo Saran que me tenía calada y me conocía demasiado.
-Que? Que pasa...
Yo pensé en como responder a la pregunta cuando el destino me dio ina pequeña ayudita; Mara y la morocha entraron a la cocina y al igual que yo, Sara se quedó sin habla.
Y si no lo sabía antes, la cara de Sara terminaba de confirmarme todo.
No señores, no fue su belleza deslumbrante lo que nos había dejado sin habla a mi y a Maia, Aunque podría haber sido ya que era muy hermosa y llevaba unos jeans con una remera negra que le quedaban pintados, pero no.
El por que era mucho más complicado de lo me gustaría. Sin embargo, podría resumirlo en tres o cuatro palabras para no ser tan vueltera; ruptura, fiesta, alcohol y beso.
Pero no cualquier beso, obviamente.
Había besado a muchas personas a lo largo de mis 20 años y ninguno me había marcado tanto como ese.
Fue un viajé de ida, que empezó luego de descubrír que él Joker sexi de las fiesta que no dejaba de coquetearme, en realidad no era un él, sino de ella. Mi cabeza entró en otra sintonía, ese beso abrió un mundo de posibilidades; un universo entero en mi que quizás siempre estuvo ahí, pero nunca le había dado el tiempo para explorar.
-Lia, tenes razón, me hice el delineado para el orto, me lo arreglas ? - Sara me agarró del brazo y me arrastró hacia el baño de arriba-Vamos al baño.
Una vez arriba Saea cerró la puerta y se sentó en el inodoro.
-Jodeme que es lo que yo creo- Sa miró con los ojos abiertos de par en par.
-Entonces viste lo mismo que yo, mierda esto es terrible-perdí mi mirada en algún punto random del cuarto de baño mientras miles de pensamientos bombardeaban mi cabeza
Mi querida amiga Sara era una persona algo despistada, eso no podía negarlo. No obstante, si había algo que no le fallaba jamás, era su bendita memoria fotográfica
-No se, esa noche estaba oscura sin mencionar que estaba alcoholizada-sa sonrió apenada-No recuerdo bien, pero se parece demasiado.
-Se parece demasiado-dije cerrando los ojos y dejándome caer en la puerta del baño.
-Ella te reconoció?
-Supongo que no.
-Y qué vas hacer? ¿Le hablaste?-el tono de voz de sa comenzó a elevarse entusiastamente.
-COMO LE VOY A HABLAR ¿QUE TE PASA?-conteste algo sacada.
-Migue, estuvimos todo ese verano buscándola, y ahora que está enfrente de vos ni siquiera le decis algo?
-¿Que se supone que le diga? Hola soy Cecilia, la chica disfrazada de mosquetero, ¿te acordás de mí? ¡Nos comimos la boca el verano pasado!
-Si, exactamente eso-sara me tiró un rollo de papel a la cara que pude esquivar-¡Boluda, es el destino!
-Fue solo un conquista de una noche, que nos hayamos besado no significa que sea el amor de mi vida o lo que sea que estés flahando en tu cabeza.-Rodé los ojos y respiré hondo tratando de tranquilizarme
-Cuantas posibilidades hay de que te vuelvas a cruzar a una chica que conociste una noche en una fiesta en la costa ahora en la casa de tu mejor amiga después de un año-Se empezó a gesticular con las manos como hacía cada vez que algo le emocionaba-, dale yo seré una exagerada pero tenes que admitir por lo menos que raro es, mágico también.
-Basta,Sa. Para empezar,hay una razón y solo una razón por la cual busqué desesperadamente a esa chica todo el verano.
Esa es otra historia, no tan larga por suerte.
Entre beso y beso las cosas se habían puedo medio intensas- por no decir calientes- entre la Joker y yo. Sumando que era verano, el calor ya no se aguantaba, así que nos sacamos una que otra prenda del disfraz, para estar más cómodas, acción que me costó mi collar de oro que tanto adoraba, el cual mi abuela me había regalado al cumplir 15 años. La Joker , que al parecer sabía sobre joyería, dijo que podría arreglarlo, así que se lo di.
Okey, se que parece la acción mas estúpida de la galaxia,pero entiendan; tenía 18 latas de cerveza en mi cuerpo.
-Y yo me chupo el dedo-se burló la colorada-, si, se la historia del collar de la abuela y todo el mambo, pero dale, me vas a decir que no te morías por conocer mejor a esa chica.
-No se. Ya pasó el tiempo, esto no es uno de esos mangas que lees, no voy a casarme con la primera chica que bese antes de hacerme torta.
-Bueno, sigue siendo una buena razón, sea cual sea el propósito del universo para haberte cruzado a esta piba una vez más, tenes que aprovecharla
-Sa, seguro ni se acuerda de mí, y por si no te das cuenta, hay otra muy buena razón para no hacerlo.
-¿haber, cual?-sa rodo los ojos como si ya estuviera harta de escucharme.
-Por si no te diste cuenta ¡Estamos en la casa de Leticia!
-Que tiene que ver, no digo que te le tires y le comas la boca, solo que trates de confirmar si es ella o no- sonrió haciendo muecas como si fuera la cosa más obvia del mundo- por otro lado, Dios, Lia cuando pensas terminar con todo esto y contarle de una vez?
-Ya hablamos de eso, le voy a decir cuando esté preparada.
-Migue-sara se acercó y se posiciono frente a mi y levanto mi mentó n-, ella lo va a entender, te ama, lo sabes, verdad?
-Lose.
Destaparme con Sara no había sido algo que haya planeado o premeditado, solo sucedió luego de una charla profunda con una cerveza de por medio.
Por esa misma razón, buscar el momento adecuado o la forma de contarle a Leticia sobre ellos era algo muy complicado para mi, sobre todo sabiendo que su familia era sumamente religiosa y ella, aunque en menor cantidad, también lo era.
Luego de un conmovedor abrazo de mejores amigas arreglé un poco el maquillaje de Sara y bajamos al comedor nuevamente
-Justo- dijo mara cuando sara y yo nos sentamos en la mesa-, llegaron para las presentaciones, ella es la DJ.
-eh?- mi amiga distraída casi se atraganta con la torta frita.
-Qué Menta estaba preguntado quien puso la música ayer, le conté que tenes un canal de youtube- explico la castaña-, chicas ella es Menta, una amiga de la facu.
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-Sara es la Dj, y La castaña con onditas es Cecilia.
Moví la cabeza en un torpe saludo.
- Ui denme un segundo.
El teléfono sono y Mara se levantó de la mesa dejándonos a las tres- o por lo menos a mi-con una incomodidad terrible.
-Asi que tenes un canal de Youtube?
-Ah, si, lo hago por hobby -Sara se encogió de hombros modestamente.
-Bueno, por lo que escuche sos bastante buena igual, ademas sos muy linda seguro debes tener miles de seguidores.
Sara se tiñó de rosa ante el comentario de la chica de ojos rasgados y dijo un gracias casi imperceptible. La escena era bastante incómoda hasta para mi.
-Y vos, Cecilia...
La forma en que menta había pronunciado mi nombre no sono para nada amigable, lo que puso algunas alarmas en alerta en mi ser.
-Yo?
Sus ojos negros se clavaron en los mios y mi mente se puso en blanco. Su belleza era intimidante y en estos momentos no estaba preparada mentalmente para enfrentar ningun ataque.
-¿Tenes alguna habilidad, además de entrar sin tocar a las habitaciones, y fumar Melbourne mentolado?
Saco una caja de cigarros de escote y me la tiro.
- De dónde....
Mierda, seguro se me cayeron luego de que Mara me arrastrara con ella.
-Que triste, sos muy chica para fumar.
-¿Quien sos? mi vieja, que edad te crees que tengo.
-Creo que las palabras que estas buscando en realidad es gracias por salvarme de los padres de Leticia-dijo mientras apoyaba la espalda en la silla ladeando la cabeza-Y, respondiendo la pregunta, según tus modales, diria que la edad perfecta para entrar al jardín de niños.
-Quien te crees que...
-Chicas, ya llego mi viejo, vamos saliendo.
Leticia apareció en medio del comedor y ambas nos quedamos en silencio.
-¿Que? De que me perdi
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