Entre Millonarios Se Atraen
“El futuro de nuestra hija está sobre esta mesa”
📍Salón privado de la biblioteca Yehkai – Noche
Después de ver firmado la nota oficial su esposa Sayuri llego, observó la mesa de cristal que estaba cubierta de carpetas gruesas con bordes dorados. Cada una contenía información detallada: herederos, fortunas, estados financieros, comportamiento público, y reputación familiar.
Kazuo Yehkai se encontraba de pie, con un vaso de whisky en la mano. Su semblante, como siempre: rígido y calculador.
Sayuri Yehkai, se sentó con gracia sobre un diván de terciopelo blanco, hojeaba un expediente con sus dedos delicados, las uñas perfectamente cuidadas. Su mirada, fina y perspicaz, recorría la hoja como si estuviera leyendo una crítica de moda… pero no era eso.
Era la vida matrimonial de su hija.
Sayuri Yehkai
—Los Moriyama tienen un emporio de bienes raíces, pero su hijo mayor tiene historial de escándalos en clubes nocturnos —dijo Sayuri, sin levantar la voz.
Kazuo Yehkai
—Descartados —sentenció Kazuo, sin dudar—. No quiero una portada de revista con el apellido Yehkai envuelto en escándalos.
Sayuri Yehkai
Sayuri asintió con una leve sonrisa. Había aprendido a respetar sus decisiones… pero también a suavizarlas cuando era necesario.
Sayuri Yehkai
—¿Y los Saitou? —preguntó ella.
Kazuo Yehkai
Kazuo hojeó esa carpeta por un momento. Luego la cerró.
Kazuo Yehkai
Kazuo hojeó esa carpeta por un momento.
—Al principio parecían una buena opción —dijo—. Conexiones internacionales, formación académica sólida…
Pero últimamente su empresa ha empezado a depender de subsidios del gobierno. Y su hijo… demasiado dócil para este tipo de alianzas.
—No quiero fragilidad.
Los descarto.
Kazuo Yehkai
Tomó otra carpeta con un sello negro y dorado. La miró fijamente.
Kazuo Yehkai
—Los Kanzaki —dijo con voz firme—. Fuerte estructura industrial. Tecnología, banca, automóviles. Poder real.
Y su hijo… reservado, obediente. No hay escándalos. Frío, como debe ser.
Sayuri Yehkai
Sayuri lo observó detenidamente. Sus ojos, aunque suaves, eran filosos como una hoja de seda.
Sayuri Yehkai
—Pero Ariane no es una pieza de ajedrez, Kazuo.
Kazuo Yehkai
—No lo es —admitió él—. Es la reina. Por eso, necesita al rey adecuado.
Sayuri guardó silencio por unos segundos, luego cerró suavemente la carpeta de los Kanzaki.
Sayuri Yehkai
—Perfecto, entonces hay que hacer los preparativos para comunicarnos con la familia Kanzaki y proponer un almuerzo para el próximo domingo. —Sayuri se inclinó ligeramente, su voz un murmullo decidido—. Pero recuerda, Kazuo, ese almuerzo no puede ser solo estratégico. Si esperamos que Ariane lo acepte, deberá sentir algo más que una obligación. Porque si la forzamos, perderemos más que una valiosa alianza; perderemos su respeto.
Kazuo no respondió de inmediato. Pero por primera vez en mucho tiempo… desvió la mirada.
Kazuo Yehkai
De hecho ya he enviado una solicitud para un almuerzo. Y no te preocupes, estoy seguro que todo saldrá bien, trataré de no forzarla pero tampoco puedo prometer nada — dijo con voz firme —.
Sayuri Yehkai
Espero todo salga como esta planeado. Confío en ti, se que no me vas ha decepcionar — dijo antes de salir con pasos firmes y decididos —.
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