Entre Millonarios Se Atraen
“Los sentimientos no construyen imperios”
La lluvia golpeaba suavemente contra los ventanales del despacho. Kazuo Yehkai se mantenía de pie, con las manos cruzadas tras la espalda, contemplando el horizonte gris desde lo alto de la mansión. Su uniforme oscuro aún impecable, su presencia sólida como una estatua de guerra.
Un asistente tocó la puerta.
Asistente
—Señor, los archivos de las familias seleccionadas están sobre el escritorio.
Kazuo Yehkai
Kazuo no respondió. Apenas asintió con un leve movimiento de cabeza.
Se acercó al escritorio de madera tallada, donde reposaban carpetas con sellos dorados y nombres pesados: Saitou, Moriyama, Kanzaki…
Kazuo Yehkai
—Tantos nombres —dijo con voz grave—. Tantos hombres ricos… y aún ninguno digno de ella.
Tomó una carpeta y la abrió. Su mirada afilada recorrió el perfil del hijo mayor de la familia Saitou.
Kazuo Yehkai
—Preparado. Inteligente. Con una fortuna considerable. Pero débil. Y con una madre que interfiere en todo.
Kazuo Yehkai
La cerró de golpe.
—¿En qué están pensando?
La puerta volvió a abrirse. Era uno de sus asesores personales.
Asesor personal
—Señor Kazuo, ¿deberíamos solicitar una reunión con la familia Kanzaki?
Kazuo Yehkai
Kazuo giró lentamente, con los ojos encendidos por una decisión ya tomada.
Kazuo Yehkai
—Los Kanzaki tienen fuerza. Tienen visión. Y lo más importante… tienen silencio. No se dejan arrastrar por escándalos ni sentimentalismos.
Quizá el heredero Kanzaki sea una mejor opción.
Luego se sentó en su silla de cuero negro, entre sombras y documentos.
Kazuo Yehkai
—Mi hija tiene la responsabilidad de continuar con el linaje. No puede perderse en cosas como el amor.
Los sentimientos…
—hizo una pausa breve—
...no construyen imperios.
Y con eso, firmó una nota oficial para enviarla y solicitar un almuerzo entre familias. La pluma rasgó el papel con una certeza fría. Para Kazuo, ese simple acto era un eslabón más en la cadena inquebrantable de su legado, un futuro labrado con la firmeza de su voluntad.
Sin saber que, justo en ese instante… su hija ya hablaba por mensaje con el heredero Kanzaki.
Pero ninguno lo sabía aún.
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