Kostas escuchó la notificación; estaba en medio de una reunión importante y solo la pudo ver en el receso para almorzar. Se sonreía al ver a esta chica que lo trae de cabeza y su amigo Mariano Hidalgo lo sorprendió al ver su celular con una risa en su cara.
—Amigo, ¿estás enamorado? —Kostas inmediatamente quitó su tonta sonrisa y lo miró, negando con temor al ser descubierto.
—No, Mariano. Es que la ahijada de mi hermana Alondra, hija de Athanassiau, me envió una foto de ella en el internado. La conocí en su boda. Es una niña muy alegre y me dice: "Tío Kostas". —Kostas trata de convencer a su amigo.
—¿Y cuántos años tiene la niña? No sabía que Silas tenía una hija. —Mariano quería seguir indagando.
—Tiene 17 años; en un mes cumple los 18. Atha supo de su existencia hace siete años; yo tampoco la conocía hasta el día de la boda. A él no le gusta exponerla mucho, ni fotos de ella casi tiene —explicaba Kostas y Mariano soltó una carcajada que sorprendió a Kostas y a los demás comensales del restaurante.
—Amigo, ya no es una niña y en un mes la podrás enamorar. Porque déjame decirte que tu mirada y cómo hablas de ella solo lo hace un enamorado.
Kostas casi se ahoga con lo que dice su amigo. ¿Qué le pasa a ese viejo zorro? ¿Acaso lo está incitando a tener algo con Athina?, pensó.
—Qué cosas dices, Mariano. ¡Eso jamás! Mira que nos llevamos más de 21 años; además, es la hija de mi amigo. No, es imposible —Kostas ya se estaba saliendo de sus casillas. —Mejor cambiemos de tema.
—Como quieras, Kostas. Pero, ¿sabes que te entiendo? Mi hija Frida pasó por algo parecido; su esposo es mucho mayor que ella y aun así han sido muy felices, aunque al principio ella se negaba a reconocer que sentía algo por él. Además está lo de tu divorcio. —Mariano le dio la razón.
—Que quede claro que no busco ahora una relación y mucho menos si se trata de Athina. El divorcio con Alicia me tiene mal. El hecho de que me haya dejado de amar me ha dolido, si lo di todo por esa relación. Ahora no tengo cabeza para pensar en amores. —Mariano asintió comprendiendo a su amigo, pero ya no hablaron más del tema.
E inevitablemente el tiempo pasó, y Kostas seguía recibiendo mensajes y fotos de Athina. Como siempre, él no respondía, y no entendía por qué no lo hacía. ¿Que le costaba decir: gracias por el mensaje?
Llegó el día en que su hermana y su amigo regresaron de su luna de miel y eso, en vez de ser un gran alivio para Kostas, fue un martirio, pues al no estar tan ocupado tenía más tiempo para pensar en Athina.
—¡Cuñado, hemos vuelto! Ya puedes descansar. ¿Cómo estuvo todo por acá? —preguntó Athanassiau a Kostas.
—Bien, todo en orden. ¿Y cómo les fue en su luna de miel? —Kostas se levantó de su silla ejecutiva y saludó muy efusivamente a su cuñado y a su hermana.
—Hermanito, nos fue tan bien que viajamos dos y regresamos tres. —Kostas se quedó procesando la información hasta que la risa de Alondra y verla acariciando su vientre lo hizo caer en la realidad.
—Oh, entiendo. ¡Qué agradable noticia! Los felicito. —Kostas los abraza de nuevo, feliz de ser tío, y esa felicidad lo lleva de nuevo a pensar en Athina. —Y, ¿cómo lo tomó Constantin? Y, ¿Athina ya lo sabe?
Solo le preocupa su sobrino y Athina; están bien grandes para tener un hermanito o hermanita.
—Constantin está feliz, quiere que sea un niño, y Athina casi se desmaya con la noticia de lo contenta que se puso cuando la llamamos y se lo contamos. —Cuando Alondra dijo esto, Kostas recordó lo que le pasa a Athina y le quiso preguntar a Atha lo que tiene su hija cuando su hermana se vaya.
Alondra se despidió de ambos para ir a organizar el que va a ser su nuevo hogar, y quedaron los dos amigos solos. Esta es la oportunidad de Kostas de hablar con Athanassiau.
—Atha, cuando fui a llevar a Athina al internado, ella se durmió y no pude despertarla. Tuve que entrar con ella cargada y ahí una de las chicas que trabaja en la recepción la despertó con un doloroso pellizco que ella le dio. Eso me preocupó y, al preguntarle, le restó importancia y me dijo que tú ya sabías y que la habías llevado al médico. Atha, ¿qué es lo que tiene tu hija? —Athanassiau se sorprendió de que Athina haya tenido otro episodio; según ella, el tratamiento ha tenido efecto y no ha vuelto a presentar más síntomas.
—Me sorprende eso, amigo, ella no me ha dicho que los síntomas hayan regresado. —Atha se veía preocupado.
—Pero, ¿qué tiene? —Kostas insistía.
—Es un síndrome llamado hipersomnia idiopática asociada a su ciclo menstrual. Lo empezó a presentar hace cinco años cuando inició su período. Se dormía y solo despertaba con estímulos dolorosos. Pero cuando empezó el tratamiento, que es con pastillas de planificar, esto no volvió a suceder —Atha le explicó, pero quedó muy preocupado por el estado de su hija. Pero aún más preocupado estaba Kostas con este diagnóstico tan extraño.
—¿Y tiene cura o tiene que tomar de por vida esas pastillas de planificar? —Kostas quería saber más.
—Hay estudios donde las mujeres que sufren de este extraño síndrome se curan al tener su primer bebé; por lo tanto, mi niña debe de seguir tomando esas píldoras. —Atha fue muy enfático en eso. —Voy a mi oficina; de allí voy a llamar a Athina para que me explique qué es lo que pasa. Y de paso pedir una consulta extra con su médico tratante.
Kostas se imaginó a Athina con un bebé, y en su loca mente hasta lo vio parecido a él y se sorprendió de su locura, alejando rápidamente ese pensamiento. .
«¿Qué cosas te imaginas? ¡Estás loco!», pensó en voz alta.
—¿Decías algo, amigo? —Athanassiau no entendió lo que Kostas habló.
—Que Athina está muy joven para ser mamá. —Supo sortear la situación diciendo eso.
—¡Por supuesto! Mi niña primero debe estudiar y forjar su futuro para así ya pensar en tener un bebé. —Athanassiau fue muy enfático—. Cuando tenga más de treinta años, puede ser madre; ahora no. —Dijo esto y salió a su oficina.
Kostas se quedó en su oficina pensativo. Sí que hay enfermedades extrañas en este mundo. Y que la cura sea tener un hijo, eso sí que está bien raro. Estaba sumido en sus pensamientos, se reía de la estupidez de imaginarse a Athina con un bebé suyo y, como si la estuviera invocando, le llegó una notificación a su celular. La abrió y era de la dueña de sus pensamientos. Pensó que era para reprocharle el haberla puesto en evidencia con su papá con su enfermedad, pero al parecer no habían hablado aún.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 37 Episodes
Comments
🇲🇽Lety 💞🌛🌹
pobre señor el que se muere los fantasmas de lo que dirá la ipocrita suciedad digo sociedad, como lo tomará el amigo, su hermana y la chiquilla que n le da tregua jjajajaj me gusta la loquita
2025-05-09
25
Yumipeva
La edad es solo una cifra🤭 pero si se debe resolver primero lo del divorcio
2025-05-10
25
Yusmery Gomez
buenas madrugadas autora gracias excelente capitulo...
2025-05-09
26