Capítulo V Oferta de trabajo

Llegué al lugar de encuentro en el que ya me esperaba Amanda. "Ese desgraciado, pero no dejaremos que se salga con la suya", dijo Amanda furiosa.

"¿Cómo pude ser tan ciega?, tantas veces me advertiste, pero yo estaba ciega de amor por ese hombre". Estaba llena de odio, no podía creer que Fabriccio le hiciera esto a nuestros hijos.

"Tranquila amiga, vamos a solucionar todo esto".

Entramos a la oficina de un abogado. Un hombre de unos cincuenta años el cual parecía muy profesional.

"Buenas tardes, señora Mehia. Por favor tomen asiento", dijo con profesionalismo el sujeto. "Ya Amanda me hablo sobre lo ocurrido, siento su situación". El abogado hizo una pausa. "No le voy a mentir es un caso muy complicado, lo primero que tenemos que hacer es conseguir una copia de ese documento. En medio del caos emocional, el abogado continuo. "Aunque Fabriccio haya dejado todos sus bienes a Melisa y sus hijos escrito en un papel nosotros podemos demostrar si hubo algún fraude en esa transacción y si se descubre que ocultó información financiera sobre su bancarrota o si hubo fraude en la transferencia de bienes, estos regresarán automáticamente a su esposa."

Finalmente, un rayo de esperanza aparecio en medio del desánimo. ¿Podría haber una forma de recuperar lo que me pertenecía? Sin embargo, esto también significaba enfrentarse a un nuevo conflicto: ¿estaba dispuesta a luchar contra Fabriccio incluso después de su muerte?

Con esta nueva información en mano, me di cuenta de que debía hacer frente no solo a Melisa y sus hijos, sino también a los fantasmas del pasado y las decisiones ocultas que habían llevado a esta situación. La lucha por la verdad apenas comenzaba.

Salimos de la oficina del abogado, estaba cargada de esperanza, pero también llena de miedos, no tenía dinero para cubrir los gastos de la casa, no tenía para pagar al abogado y lo más triste fue que nunca ejercí mi profesión porque Fabriccio me pidió que me dedicara solo a la casa, ahora con cuarenta años, dos hijos y sin un peso no tenía ni idea de como iba a hacer para salir adelante.

"No te preocupes por los gastos del abogado, yo me encargo de eso", dijo Amanda sacándome de mis pensamientos.

"Olvídalo, yo pagaré todo. Ya has hecho suficiente por mí", dije tratando de mantener mi dignidad.

"Deja el orgullo a un lado, sabes que lo hago de corazón", respondió Amanda molesta.

"Dije que no, ahora solo tengo que buscar un trabajo y hacerme cargo de mis hijos".

"Está bien, pero al menos puedo ayudarte con los gastos de mis sobrinos", comentó poniendo cara de tristeza.

"Te dije que yo me encargaré de todo, aunque tengo algunos ahorros guardados con eso podre sobrevivir en lo que encuentro un trabajo. Además, no es la primera vez que soy pobre", mostré una sonrisa para reconfortarme.

Amanda me dejo en mi casa, esta fue la única propiedad que el desgraciado de Fabriccio dejó a mi nombre, aunque daba igual porque no tenía como mantener algo tan grande. Llenándome de valor entre a la casa, donde encontré visitas inesperadas. "¿Qué hacen aquí?" Les pregunte a los padres de Fabriccio en un tono de molestia.

"Vinimos a visitar a nuestros nietos", respondió esa odiosa mujer que alguna vez fue mi suegra.

"Cuando vengan a mi casa les agradecería que avisaran, como es notable su presenciaincómodaa". Dije sabiendo que esos dos eran alcahuetas de su querido hijo.

"No seas grosera, Sandra. Aunque mi hijo ya no esté, estos dos nos siguen siendo nuestros nietos" interrumpió Francesco haciéndose el ofendido.

"Eso debieron pensarlo cuando su querido hijo me engaño y formo una familia aparte, también cuando el muy cobarde se declaró en bancarrota y dejó todos sus activos a nombre de su amante, dejando a sus 'nietos' en la calle..." no pensé lo que decía las palabras simplemente fluían de mí. "Debieron pensar en eso mucho antes, ahora no vengan con sus caras de víctimas a querer tener derechos sobre mis hijos, así que les voy a pedir amablemente que se vayan y no vuelvan a molestarnos".

Estaba furiosa y tal vez actué mal, y más estando mis hijos presentes, pero no podía seguir aguantando la hipocresía de esos dos seres nefastos.

"Nos iremos, pero tendrás noticias de nosotros. Tú no estás en condiciones para cuidar de dos menores de edad; ellos estarían mejor con nosotros. Así que vamos a pelear por su custodia". Era increíble la desfachatez de esos dos. Además de que fueron partícipes en la burla y el engaño de su hijo hacia mí, ahora son tan caras duras que me quieren quitar a mis hijos, pero eso no se los iba a permitir; no dejaría que nadie me apartara de ellos.

Los padres de Fabriccio salieron de mi casa y fue cuando finalmente pude respirar. "Mamá, tranquila, nosotros siempre estaremos a tu lado", dijo Iker abrazándome.

"Así es, mamá; mis abuelos y mi padre fueron los que se equivocaron", completó Mariale. Sentir el apoyo de mis hijos me hizo sentir más fuerte; ellos eran mi motor para seguir adelante y no dejarme vencer por las circunstancias.

El día pasó lento, así que decidí empezar a enviar hojas de vida a varias empresas con la esperanza de conseguir un trabajo lo más pronto posible.

La mañana siguiente llegó más rápido de lo que pensé. No había podido dormir en toda la noche y la preocupación por el futuro me estaba agobiando. Una llamada entrante en mi móvil me trajo de vuelta a la realidad. Al ver el identificador, vi que era Amanda y, aunque era muy intensa, le agradecía al cielo haberla puesto en mi camino.

"Hola, buenos días", dije apenas contesté la llamada.

"Despierta, dormilona, que te tengo buenas noticias". Su carisma era contagioso, haciendo que me riera.

"¿Qué se te ocurrió ahora?", pregunté sabiendo que había hecho de las suyas.

"Bueno, primero me tienes que agradecer, ya que hablé con el obsesivo de mi hermano para que te contratara en la empresa y como no me niega nada, aceptó", explicó más emocionada de lo normal.

"Amanda, te dije que yo solucionaría esto. No quiero seguir abusando de tu generosidad", dije apenada.

"Olvídate de eso. Mira, Marcelo necesita una asistente y tú un trabajo. Así que no le veo nada de malo que te haya recomendado. Además, el que te quedes en el puesto depende de ti".

Amanda tenía razón; solo había recomendado. Así que no tenía nada malo que fuera a la entrevista. Aunque sí tenía algo de temor, ya que era la primera vez que trabajaba después de tantos años. También había escuchado que Marcelo Ferrari era un hombre de carácter fuerte y despiadado, todo lo contrario a su hermana. Pero por la urgencia de mi situación no me podía dar el lujo de desaprovechar esta oportunidad.

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Comments

martina araque

martina araque

Me gusta la trama , y eso de los abuelos quieran quitarle a los hijos para algo existen las leyes eso no es algo fácil que se pueda hacer .. ..Siendo la mamá una mujer que siempre ha estado pendiente de sus hijos eso es imposible que pase.....yo lo viví y ningún abogado puede quitar sus hijos a una madre....😠

2025-05-05

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Emperatriz Reales

Emperatriz Reales

Los hijos deciden con quien quedarse, eso no es asi, ese par de vagabundos tan viejos y alcahuetes, pero me huele q se esta haciendo el muerto, y esos viejos y la putizorra lo saben

2025-05-05

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Veronica Sotelo

Veronica Sotelo

Que cara dura de estos señores, primero alcahueteando al hijo y ahora queriendo quitarle la custodia a Sandra , porque no le quitan los hijos a la amante

2025-05-06

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