Comienzo

Estoy en este cuerpo lleno de errores que he cometido en lo largo de mi vida, en este cajón de carne estoy que es mi muerte solo que yo me muevo con ella, en cada día en cada hora y en cada momento, que aunque por mis venas corra sangre, mi mente me juega siempre en contra de lo que yo realmente quiero hacer, estoy en las llamas que no pedí pero sé por qué estoy aquí , mi necedad me ha costado mucho en vez de reír yo lloro y en vez de disfrutar la vida más la gracia de Dios me ha llevado a cambiar mi camino hoy te contaré mi historia.

Para la vida que hoy todo mundo conoce y dice “tienes una vida perfecta” a mis 70 años puedo decir que es todo lo que no quería, tener que hacer diligencias a mis 15 años como una adulta y enfrentarme a la peor cosa que jamás me tuve que enfrentar cara a cara directamente en mi vida pero bueno, más con la boca que Dios me ha dado, idealice lo que sería mi vida en mi vida adulta lo repetí tantas veces que se volvió real, lo cual fue mi peor error idealice una vida sin aquel que me dio la vida y mi buena vida de un día a otro cambio drásticamente. Sin más que agregar comenzare a contarte una historia que fue mi última llamada para renacer como una persona de carne y hueso.

Era un día muy común como cualquier otro para mí, se abren mis ojos y veo el techo de mi cuarto me siento en mi cama y digo:

- Otro día más en esta prisión

Para mí en lo personal, mi cárcel era mi cuarto ya que no salía más que para lo necesario y también mi santuario ya que en él podía hacer lo que muchas personas no podían entender que era mi pensar me ponía a hacer nada, ver videos, escribir en la cama y casi no levantar mi cuarto, ya que no me llevaba muy bien que digamos con mis papás era como decirme a misma:

- Si salgo me van a decir que me levanto tarde que no ayudo a la casa, como debería hacer las cosas, que debiera ser mejor y me van a comparar con otras personas así que mejor me quedo en mi cuarto donde nadie me va a hacer sentir mal nunca.

Y eso sucedía muy seguido ya que no era de las personas que le gustara discutir mucho con las personas, mejor me iba y seguía con mi vida a pesar de que me decían esas cosas cuando comíamos ya fuera en el desayuno, almuerzo o la cena. Pero esa paz no duró mucho ya que mi mamá ese día me gritó desde la cocina:

-Verónica ven a comer

Yo estaba sumida en mis pensamientos no la escuché eso sin contar que estaba escuchando música a todo volumen con audífonos y vino a buscarme dando como resultado que me dijera:

- Te estoy hablando tiene rato quítate los audífonos te vas a quedar más sorda de lo que ya estás sal para comer ya que vamos a viajar mañana con tu papá.

Mi mama una mujer de estatura media, cabello negro como la noche, ojos marrones, piel blanca, tono de voz agudo, pero con un carácter muy fuerte muy parecido al mío realmente, pero es una persona la cual puedo confiar y sé que me va a dar un consejo el cual me ayudara ante la necesidad que tenga en este momento, lo cual agradezco infinitamente a Dios ya que tengo alguien con quien hablar en ciertos momentos, aunque me de unos sermones más largos que los del cura en la iglesia.

Yo me sorprendí de lo que dijo ya que estábamos en plena plaga y salir era algo completamente irracional por parte de mis papas más para el colmo era viajar para dale gusto mi papá, me pareció algo irracional de su parte, pero bueno hay que obedecer, aunque no sepas porque hacen las cosas lo que si sabía era que me esperaba una guerra medieval bastante grande así que armas listas. A la guerra voy más con armas iré y no moriré.

Me baje de mi cama, pero antes de dirigirme al comedor me mire en un espejo y me vi con detenimiento una joven de 16 años que era un poquito gordita, alta, de piel clara, ojos color marrón profundo, pero siempre su mirada sería, unas cejas cortas, unos labios carnosos y un cabello negro como la noche esa soy yo más mis verdaderas batallas solo están empezando en esta hora, voy hacia el comedor donde su mamá estaba sirviendo la comida, pero vi en sus ojos un coraje muy grande.

Mi papá me habló con ese tono de voz aguda y de enojo yo ya la conocía bastante bien como para equivocarme, un hombre que siempre te va a hablar lo más crudo que pueda y sin titubear en ningún momento, alto con ojos color marrón profundo, pelo corto de color negro como la noche y un cuerpo bastante bien cuidado, me senté en el comedor con unas ganas de que alguien me rescatara, pero con la comida enfrente de mí y dos leones en frente de mi papá comenzó a hablar:

- Mañana vamos a ir a Cádiz y tú vendrás con nosotros yo tengo que ir al tribunal superior de justicia a resolver unos asuntos tú y tu mamá vendrán conmigo.

En mi mente dije:

- “Yo” queriendo dormir y no hacer nada más me dices tu diciendo hay que ir a Cádiz a resolver algo que no quiero ni saber que existe, ¡qué vida la mía!

Pero sabía que si decía que no me dirían que es una decisión tomada, primero no me podía oponer ya sabía el resultado final así que mi mamá dijo:

- Te voy a levantar a las cuatro de la mañana así que apúrate a hacer todo lo que tengas que hacer.

Mi yo interno diciéndome en qué lío te has metido esta vez que no ven la situación en la que estamos, pero bueno ni puedo retarlos ya que son mi autoridad por el momento hasta que tenga la mayoría de edad ya podré decir no con mayor seguridad ya que para ese momento tendré un trabajo estable de donde pueda ser independiente de ellos.

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