La madre se aferró a su esposo y sollozó en su hombro.
Maricela Kurbegue
Liam... Dijo que no lo quiero. Que nunca le preparé otra cosa que no fuera sopa. - Dijo con voz entrecortada.
El padre escuchó las palabras de su esposa y apretó los puños. Estaba furioso consigo mismo y con el demonio que estaba poseyendo a su hijo.
Jackson Kurbegues
- No es cierto, cariño. Liam está confundido. Él sabe que lo amas. - Dijo con firmeza.
La madre se separó de su esposo y se secó las lágrimas.
Maricela Kurbegue
Lo sé, pero no puedo evitar sentirme culpable. Tal vez si hubiera preparado algo más para él, no estaría pasando por esto. - Dijo con remordimie
El padre tomó las manos de su esposa y la miró a los ojos.
Jackson Kurbegues
No te culpes, amor. No hay nada que hayas hecho mal. Este demonio ha manipulado la mente de Liam y está jugando con nuestros sentimientos. - Dijo con determinación.
La madre asintió débilmente. Ella sabía que su esposo tenía razón, pero no podía evitar sentirse responsable.
Maricela Kurbegue
¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Cómo podemos ayudar a Liam? - Preguntó con desesperación.
Jackson Kurbegues
* suspiró y se pasó una mano por el pelo.
- Primero, tenemos que averiguar cómo sacar a ese demonio de él. Luego, podremos hablar con un psicólogo y buscar terapia para ayudarlo a recuperarse. - Respondió con seriedad.
Maricela Kurbegue
* asintió de nuevo y tomó un respiro profundo.
- Está bien. Vamos a buscar ayuda. Pero necesito que me prometas algo. - Dijo mirando a su esposo con ojos suplicantes.
Jackson Kurbegues
* Lo miró con curiosidad.
- ¿Qué necesitas que te prometa? - Preguntó con cautela.
Maricela Kurbegue
* tomó un paso hacia adelante y se apoyó en su esposo.
- Prométeme que no te rendirás. Que harás todo lo que esté en tu mano para salvar a Liam. - Dijo con voz desesperada.
Jackson Kurbegues
*La abrazó con fuerza y la miró a los ojos con determinación.
- Te lo prometo, cariño. Haré todo lo que sea necesario para proteger a nuestro hijo. - Dijo con firmeza.
Liam estaba sentado en la cama, con las piernas cruzadas y una expresión inocente en su rostro. Estaba pensando en lo delicioso que iba a estar el arroz chino y cómo su madre se lo iba a dar.
Liam
* levantó la vista cuando su madre entró en la habitación y le dio una sonrisa.*
- Mamá, ¿dónde está el arroz chino? - Preguntó con impaciencia.
Maricela Kurbegue
*puso la bolsa con el arroz chino en la mesita de noche y se sentó en la cama junto a Liam.
- Aquí lo tienes, cariño. Disfrútalo. - Dijo con una sonrisa forzada._
Liam
Gracias mami te amo * comer feliz*
La madre sintió un nudo en la garganta al ver cómo Liam disfrutaba del arroz chino. Intentó mantener su sonrisa y acarició suavemente su cabello.
Maricela Kurbegue
De nada, mi amor. Te quiero mucho. - Respondió con ternura.
Liam
* beber el jugo de Parcha*
La madre observó cómo Liam bebía el jugo de Parcha y no pudo evitar recordar lo que había dicho antes sobre querer comer otras cosas.
Maricela Kurbegue
Hijo, tal vez deberías beber algo más saludable que ese jugo. - Sugirió con delicadeza.
Liam
Que te había dicho
Maricela Kurbegue
* se estremeció ligeramente al recordar las palabras de Liam sobre prepararle arroz chino.*
- Nada, solo estaba sugiriendo. - Dijo, tratando de cambiar de tema.___
Liam
Bueno * bebiendo Parcha feliz*
La madre suspiró y se rindió. Sabía que no tenía sentido discutir con él en ese momento. Observó cómo Liam bebía su jugo con alegría, sin darse cuenta del dolor que le causaba a su madre.
Jackson Kurbegues
*Se pasó una mano por la cara y suspiró.
- Bien, eso nos da un poco de tiempo para hablar con un experto. - Dijo con cansancio.
Maricela Kurbegue
* Asintió y miró a su esposo con preocupación.
- Sí, pero no sé cuánto tiempo más podré soportar esto. Verlo así, con esa sonrisa inocente y esos ojos rojos... me parte el corazón. - Dijo con tristeza.
Jackson Kurbegues
* La tomó de la mano y la miró con comprensión.
- Lo sé, cariño. Sé que es duro, pero tenemos que mantenernos fuertes por él. Vamos a encontrar una manera de sacar a ese demonio de su cuerpo y volverlo a la normalidad. - Dijo con determinación.
Maricela Kurbegue
* Asiente *
El padre la atrajo hacia sí y la abrazó con fuerza. Ella se aferró a él, dejando escapar un sollozo ahogado.
Jackson Kurbegues
Vamos a superar esto juntos. Como familia. - Susurró él en su oído.
Maricela Kurbegue
* Se apartó ligeramente del abrazo y miró a su esposo con determinación.
- Estoy lista para hacer lo que sea necesario. Haré cualquier cosa para salvar a nuestro hijo. - Dijo con firmeza.
Los padres de Liam se quedaron dormidos, exhaustos por la situación y el estrés emocional. Pasaron varias horas y no se dieron cuenta de que Liam estaba despierto de nuevo.
Liam se incorporó en la cama y se quedó mirando a sus padres dormidos. Una sonrisa siniestra apareció en su rostro mientras se levantaba sigilosamente y salía de la habitación.
*Liam se detuvo frente al doberman y se agachó para acariciarlo. El perro le gruñó con desconfianza, notando algo diferente en Liam. Él solo rió suavemente y siguió acariciándolo.
Liam siguió acariciando al dóberman con más fuerza, causándole dolor al perro. El perro empezó a gemir y a alejarse de él, pero Liam lo agarró del cuello con una mano y lo apretó.
Los padres de Liam se despertaron sobresaltados al escuchar los gemidos del perro. Se levantaron de la cama y se miraron con expresión de alarma.
Maricela Kurbegue
Qué está pasando? - Dijo con preocupación.
Los padres de Liam corrieron hacia el origen de los sonidos y vieron con horror cómo su hijo apretaba el cuello del perro. Intentaron quitarle la mano, pero Liam se resistió con fuerza.
Los padres finalmente lograron quitarle la mano a Liam y el doberman cayó al suelo jadeando por aire. Los padres miraron a Liam con miedo y sorpresa, incapaces de creer lo que acababan de presenciar.
El perrero llegó rápidamente y recogió al doberman, que aún estaba débil. Los padres le explicaron lo que había pasado y el perrero los miró con preocupación.
???
Están seguros de que su hijo hizo esto? - Preguntó el perrero, señalando a Liam.
Jackson Kurbegues
*Asintió y habló con seriedad.
- Sí, estamos seguros. No hay duda de que fue él. Ha estado actuando extraño últimamente y ahora esto... no es normal. - Dijo, señalando las marcas en el cuello del perro.
???
*Suspiró y sacudió la cabeza.
- Entiendo. Voy a llevar al perro a un veterinario para que lo revisen. - Dijo antes de llevarse al perro en brazos.
La madre se apoyó contra la pared, aún en shock. Miró a su esposo y luego a Liam, que estaba parado allí con expresión inocente.
Maricela Kurbegue
Qué demonios le pasa a nuestro hijo? - Susurró incredulidad._
Una vez que el perrero se fue, los padres de Liam se quedaron en silencio. El padre pasó un brazo alrededor de los hombros de la madre y la abrazó con fuerza.
Jackson Kurbegues
Esto es peor de lo que pensábamos. - Dijo con voz grave.
Se acurrucó contra el pecho del padre y habló con la voz temblorosa.
Maricela Kurbegue
*La madre se acurrucó contra el pecho del padre y habló con la voz temblorosa.*
- Tenemos que actuar ahora. Antes de que sea demasiado tarde. - Dijo, mirando a Liam de reojo.
Los padres notaron la mirada de Liam y se apartaron un poco. La sonrisa de Liam los inquietaba aún más. La madre intentó acercarse a él, pero el padre la detuvo.
Jackson Kurbegues
Espera, no te acerques. - Dijo él en un susurro.
Liam
Pero yo quiero un abrazo* sonrisa radiante*
Los padres se miraron con confusión y sorpresa. La sonrisa de Liam era demasiado inocente y alegre para alguien que acababa de intentar matar a un perro. El padre se aclaró la garganta y habló con cautela.
Jackson Kurbegues
- ¿Quieres un abrazo, hijo?
Liam
Si * abrazo mami y Papi*
Los padres se relajaron un poco al ver que Liam actuaba como siempre. La madre y el padre se abrazaron a él, tratando de ignorar el escalofrío que recorría sus espaldas. El abrazo fue breve y luego se separaron.
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