una esperanza

Mi tía ya me dijo que me enseñará el idioma, así que mientras tanto ella es mi traductora. El médico que veremos hoy será para Selene, mañana debo ir yo a una revisión, mis costillas duelen cada vez más, aunque es mi culpa por seguir levantando a mi hija en brazos.

Debes ponerte la bufanda, hace frío afuera- mi tía entre ayer y hoy aprendió muchas señas para comunicarse con mi niña, veo como me mira atentamente mientras muevo mis manos.

Calor- dice Selene y me río.

Dentro de la casa hace calor, pero ya nos vamos- le digo y le tomo la mano con la que acaba de hacer la seña y salimos.

Afuera un auto nos está esperando, al principio me resulta muy raro, se nota que es de alta gama y con vidrios polarizados, pero opto por no darle mucha importancia. El viaje es en silencio, algunas que otras señas de mi pequeña emocionada por la nieve y los juegos de una plaza. Siento la mirada del chófer siempre puesta en nosotras, pero intento que él no sepa que lo he notado. Me bajo casi a los trompos cuando llegamos a la clínica, hay algo en el que me da desconfianza.

El médico nos llama poco después de haber llegado, por suerte no dependo de que mi tía traduzca por que nos habla en inglés. revisa a Selene y la hace reír cada tanto cuando le hace cosquillas.

Bien señorita, su hija puede adquirir los audífonos pediátricos para poder escuchar sonidos medios y fuertes y si su crecimiento va bien y sin presentar ninguna enfermedad, podemos operarla en un año y ponerle implantes cocleares que son dispositivos electrónicos que ayudan a personas con sordera severa o profunda a percibir sonidos, sustituyendo la función de la cóclea dañada y estimulando directamente el nervio auditivo. Estos no restauran la audición normal, pero si permiten a las personas con sordera percibir sonidos y comprender él lenguaje- mientras el hablaba las lágrimas corrían por mi rostro, el solo imaginar que ella podría escuchar era la sensación más gratificante que nadie podría darme jamás.

¿cuánto cuestan los audífonos? Y ¿cuánto saldría la operación?- las preguntas de mi tía ya resonaban en mi mente, pero la felicidad no se quitaba con nada.

Los audífonos los puedo encargar ahora con una mínima seña y salen aproximadamente 170 mil rublos. La operación es otro tema, si bien la haremos en un año más o menos estamos hablando de un poco menos de 2 millones de rublos- cuando dejo de hablar por suerte estaba sentada, porque juro que podría haberme desmayado, jamás pensé que serían tan altos los costos, pero no me interesaba. No importaba como conseguiría la plata pero lo haría.

Le dejo la mitad del valor de los audífonos, mañana vendré por ellos y pagaré la otra mitad- la voz de mi tía carece de cualquier clase de sentimiento y veo como el médico duda un poco en agarrar la plata.

Se dicen algo en ruso que no consigo entender y luego de un rato de idas y venidas, el hombre toma el dinero y nos despide.

Prometo devolverte cada centavo, no tengo palabras de agradecimiento- le abrazo en cuanto llegamos a casa.

No tienes nada que agradecer, están bajo mi techo y las ayudaré en lo que sea necesario. El corte en tu ojo llama demasiado la atención por eso desconfío el médico de mí, mañana quiero que te hagan un chequeo completo- me dice mientras vamos a la cocina a preparar la comida.

Hambre- mi niña jala de mi pantalón para llamar la atención y se señala la pancita.

En un momento estará todo, lava tus manos- le digo y la veo como sale corriendo al baño a hacer lo que le pedí.

Ella lo merece y tú mereces ser feliz y estar tranquila- las palabras de mi tía me llenan de una calidez que hace mucho no sentía, mi madre era quien siempre me sobaba la cabeza para calmarme cuando había tenía un mal día, pero cuando la perdí, también perdí ese refugio qué eran sus brazos.

Quiero aprender ruso y en un mes buscaré un trabajo, no es justo que tengas que cargar con nosotras por más que a ti no te moleste- le digo decidida a ayudarla con los gastos de más que nosotras le generamos.

La plata no es problema, que esté jubilada no quiere decir que no tenga ingresos extra todos los meses. Hablaré con mi jefe para que me dé un par de trabajos más y conseguiremos la plata para que ella tenga la posibilidad de escuchar tu hermosa voz- me dice mientras termina de cortar las verduras.

La abrazo con fuerza y apoyo mi cabeza en su espalda -gracias, en verdad gracias-

Selene ya esta sentada en su silla esperando la comida, por suerte es tan tranquila que no tengo ninguna queja para hacer. A pesar de no poder escuchar, jamás hizo un berrinche y siempre se comportó como si no tuviese la edad que posee, quizás es por miedo a su padre y no la culpo, Iván era un monstruo cuando se enojaba.

Te mostraré como se duerme- le dije a mi tía luego de que cenamos y tomamos un té.

Alce a Selene, tomé su pequeña mano y la puse en mi garganta, empecé a cantar muy suave una nana qué mi madre me cantaba cuando era pequeña y que jamás me olvide. Poco a poco mi niña se dejó vencer por el sueño y la llevé a nuestra habitación a dormir.

Regrese al comedor y mi tía ya tenía hojas y libros sobre la mesa, empezaríamos mis lecciones de ruso, así si necesitaba salir a buscar algo podría defenderme. También me había prometido enseñarme un poco de defensa, para que jamás nadie me volviese a pegar como lo había hecho Iván, pero eso sería más adelante cuando los últimos golpes que había recibido sanaran bien.

Estuvimos hasta la madrugada practicando cuando ya el sueño nos alcanzó, mañana me tocaría ir a mí al médico, así que debía levantarme temprano a hacer el desayuno y a prepararme. me despedí de Mazze y fui a recostarme con mi pequeña, la abracé y deposité un suave beso en su cabeza, aún tenía la felicidad en mi de saber que ella podría escuchar.

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