escapando de la muerte

Mi cuerpo duele, maldición me cuesta respirar.

Una patada. Dos patadas. Tres patadas. Mierda no se cansa de golpearme, estoy empezando a ver todo borroso y sus gritos, sus insultos llenan el ambiente. Siento la sangre correr por mi cara, de un puñetazo me abrió el labio y con otro me hizo un corte sobre el ojo. Esta vez se pasó de fuerza y agresividad como si tuviese la maldita culpa de que no lo hayan elegido como el jefe.

Abro el único ojo que no me duele y veo una sombra cerca del marco de la puerta, mi pequeña Selene está llorando con su osito de peluche mientras su padre descarga toda su furia en mi cuerpo, ya ni siquiera sé cuanto tiempo lleva golpeándome. Detrás de mi hija una persona se acerca a él con un fierro y lo golpea, escucho el sonido de su cuerpo impactar contra el piso a mi lado y alguien me ayuda a ponerme de pie. Debo tener las costillas rotas, porque respirar duele demasiado. Alguien más me agarra y me sacan de ahí, mi mente se regala a la inconsciencia y solo escucho como una mujer y un hombre calman a mi niña y nos llevan vaya a saber dónde, mis palabras quedan atrapadas en mi garganta y Morfeo me lleva al plano de los sueños.

Otra vez la misma pesadilla, me encuentro con mis padres en el patio de la mansión donde vivimos, lujos que obviamente tenemos gracias a que mi maldito padre es parte de la Mafia Griega. Me anuncian un matrimonio con el sobrino del Jefe, mi madre llora y mi padre la calla, soy el pago por las deudas de juego que tiene. Como una bruma ese recuerdo se va y da paso a cuando los oficiales me agarran en la puerta de mi casa para informarme qué ellos tuvieron un accidente en auto y murieron, Iván, mi prometido por obligación me toma en sus brazos antes de caer de rodillas llorando. No lloro por ambos, solamente por mi madre, al otro a duras penas lo reconozco como mi progenitor. El infierno se desata después de eso, otra vez pasa frente a mí el tiempo y ahora me encuentro a mis 19 años frente a un espejo viendo los golpes que mi novio me dio, el maquillaje cubre la gran mayoría de los que tengo en la cara, pero nada puedo hacer con los de mis brazos.

Su tío siempre fue como un verdadero padre para mí y sé que si hubiese sabido lo que su sobrino le hacía lo habría matado sin dudar, pero decidí callarme, aun cuando a veces no podía caminar de lo que el cuerpo me dolía, solo mi mejor amiga Sasha sabía la verdad.

Otra vez la neblina y un nuevo recuerdo se desbloquea, una cena que salió mal, por culpa de sus arranques de ira, su tío le informa que no le dará el puesto de jefe y pasara a manos de su hermano. Antes de regresar a la casa mi cabeza impacta con el vidrio de la puerta del acompañante, del auto en el que vamos. Me baja agarrándome con fuerza del brazo y sin importarle qué estoy sangrando de la cabeza me tira al suelo y comienza mi tortura. Grito qué se detenga qué estoy embarazada y solo se detiene cuando empiezo a sangrar por mi entrepierna. Llama al médico y me lleva a nuestro cuarto "te caíste por las escaleras" me dice antes de que llegue. Tengo riesgo de aborto y me dejan en cama los 7 meses que me faltan para dar a luz. por suerte las palizas se detienen y el ni siquiera está en la casa, me puso dos enfermeras para que me ayuden en todo lo que necesite, siento paz por primera vez en mucho tiempo.

mi pequeña está en mis brazos y aunque nació prematura, tiene excelente salud, le harán un estudio porque algo les produce desconfianza a los médicos y antes de que cumpla los 5 meses de nacida nos dicen es sorda de ambos oídos, la paliza que me dio ese día le causaron el problema, pero para evitar que su tío lo mate, el mata al pediatra y le paga a otro para que firme diciendo que es un problema heredado de parte materna.

Despierto sintiendo tanto dolor en el cuerpo cómo si un camión me hubiese pasado por encima, intento abrir mis ojos, pero no lo consigo y cuando por fin puedo hacerlo la luz del lugar me ciega.

¿como te sientes?- reconozco esa voz y giro despacio para ver a Sasha con mi pequeña dormida en sus brazos.

Pareciera... que... una... estampida- dejo de hablar, mi garganta duele demasiado.

esta bien no te esfuerces, llevas dos días durmiendo, necesito que te recuperes pronto, llame a tu tía. te vas a Rusia la semana que viene- de seguro vio el terror en mi mirada -tranquila, es lo mejor, algún día te va a matar Aly y no puedo vivir con ese peso encima-

me remuevo en la cama quejándome del dolor y ella deja a Selene en la cama de al lado y viene a estar conmigo.

Conseguí que salgan del país sin que nadie lo sepa, el no te va a encontrar, ni siquiera sabe que tu madre tenía una hermana y para ser sinceras no hay ninguna información de eso. Tienes costillas rotas, tuve que coserte la herida sobre el ojo. te va a matar Aly y sabes que ella se quedara en la calle- me dijo llorando y si tenía razón.

Solamente asentí con la cabeza, tenía una oportunidad de vivir una vida tranquila con mi hija y no iba a desaprovecharla, aun cuando no conocía a mi tía más que por fotos, Sasha se había comunicado con ella vaya a saber como y me había dicho que me recibía gustosa en su casa. Si mal no recuerdo debe tener casi 50 años porque era más grande que mi madre. Jamás la conocí porque tenía entendido por mi padre que andaba en malos pasos en Rusia, pero ella me iba a dar la posibilidad de renacer con mi bebé fuera de este maldito ambiente de violencia donde siendo sincera de seguro no llegaría a los 25 años.

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