Desmond 👑☠️
Luego de casi 150 años en el mundo humano , volvía al infierno. Pero su regreso no era voluntario, el no quería regresar aún.
El infierno para el era eso. Un infierno en carne propia.
Pero Lucifer le había dado una misión. Debía regresar. Y junto con el los cuatro jinetes del apocalipsis.
Aquellos que se habían mantenido a la espera por eones a ser llamados para una misión .
Tres Demonios y una Demonia , esta última la más temida por todos. Era poseedora de una gran belleza que no dudaba en usar para hacer caer a cualquiera a sus pies. El mismo Lucifer se dejaba llevar por ella en muchas ocasiones.
-¿Sabes para que hemos sido llamados?- pregunto uno de ellos que iba por delante de todos los demás.
- es probable que nos de una misión Lucifer?- respondió otro.
- hace mucho que no somos llamados a la presencia de nuestro padre - comento la chica esta última se detuvo para espera a que yo llegara a su lado. A lo lejos ya se podía ver el castillo de Lucifer. Habías pasado por por todos los portales del infierno para poder llegar hasta aquí. Lucifer se había vuelto más paranoico luego de que su hija comenzará hacer travesuras. Él solo recordarla le voy una pequeña sonrisa que borro cuando escucho de nuevo la voz de la jinete a su lado.- ¿crees que nuestro padre nos permita quedarnos?, cuidar las puertas del infierno ya no es divertido.- un pequeño puchero se formó en sus labios.
- Espero que no-. Respondió otro jinete que durante todo el camino se había mantenido en silencio .
-¿ Por que dices eso? Crees es divertido estar cuidando puertas y pasar todo el tiempo en casa con ustedes tres allí?.- se quejó pero el jinete no se inmutó ante su tono de reproche.
- Karin fuiste creada para obedecer y complacer a Lucifer ,no para se complica, si no estás junto a nosotros morirás. ¿ Eso deseas?-
- no, no deseo morir, pero tampoco deseo estar encerrada por siempre- se quejó.
- A nadie le importa lo que desees , solo importan los deseos de nuestro creador, a si que cállate solo nos estás demorando.- intervino el jinete que iba por delante de todos , si mal no recordaba su nombre es meil. Un hombre de casi dos metros y medios de altura de Tes morena y ojos amarillos, quien lo seguía es Dail de la misma complexión, pero de Tes clara y ojos verdes como las hojas de los árboles. El más silencioso es saib no es muy diferente a sus hermanos en contextura pero su piel es como la leche y ojos color miel. Mientras que Karin tenía una belleza que resaltaba en cualquier lugar, su cabello largo blanco. Con figura esbelta y labios rosados carnosos, sus ojos rosados eran aún más llamativos y le daban ese toque femenino que era un espectáculo para los demonios del infierno.
Sin embargo para Desmond solo era otra Demonia más.
Cuando al fin llegaron al castillo las sombras se movían al rededor de el dándole un aspecto más sombrío y cambiando su aspecto por momento.
Los lamentos de las almas hacían eco por doquier.
Al llegar las puertas se abrieron.
" Príncipe Desmond" , " príncipe Desmond" Coreaban las almas dándome la bienvenida , a los pocos segundo los gritos y alaridos se volvieron más fuertes " los jinetes" " los jinetes" Coreaban aquellas almas condenadas.
Los jinetes bajaron de sus caballo de fuego yo los imite ,quería que aquella llegada hubiera tardado un poco mas..
- Bienvenido príncipe Desmond - saludo el sirviente de Lucifer - el señor Lucifer no se encuentra en estos momentos, pero por favor sigan .- Los jinetes como cada vez que lo llaman admiraban el castillo con suma emoción.
Al llegar a la sala del castillo de las grandes escaleras se oyeron pasos. Los cuatro jinetes uno seguido por el otro se postraron de rodillas ante las presencia de la princesa que al llegar al último escalón se de detuvo.
- Se han bienvenidos al castillo jinetes- saludo la princesa con ese tono de voz que tanto la caracterizaba y creía haber olvidado. - príncipe Desmond sea bienvenido al infierno.- al levantar la mirada hacia donde ella se encontraba no pude evitar sonreír. Solo ella podía lograr hacer aquello. Una proyección de cinco demonios iguales a ella pero de diferentes formas se encontraban frente a los diferentes jinetes , los hacia ver lo que ellos deseaban.-
- Un placer volver a verlo príncipe.- su voz se agudizó aún más y frente a mi se encontraba una pequeña princesa de aproximadamente dies años.
- princesa- fue lo único que pude decir ya que al verla de ese modo me traía recuerdos que desea aún olvidar.
- mi padre estaba ansioso por esperar su llegada ,pero le surgieron asuntos de últimos momentos - informo a los jinetes - por favor acompañen al señor jox el los llevará a sus habitaciones para puedan descansar mientras esperan a mi padre. Príncipe como dije antes un placer verlo de nuevo.- hizo una reverencia y se dispuso a retirarse.
-No Hagas esto- reclamé haciendo que la pequeña se detuviera.
-¿ Que no haga que príncipe Desmond? - pregunto fingiendo confusión
- No hagas que te vea de esta manera-
- Yo no hago nada príncipe, es usted quién lo hace.- dicho ésto siguió su camino.
Pero ya estaba aquí , no perdería la oportunidad de acercarme de nuevo a ella. Ya no era una niña. Su padre no me podría alejar de nuevo.
- Espera adara.- camine tras ella pero está no se detuvo hasta entrar al despacho de su Padre y tirarme la puerta en la cara - Adara , sal no te comportes como una niña.-
- pero eso soy- dijo una voz tras de mi , al girarme allí estaba con sus trenzas a los lados las cuales odiaba años atrás ya que decía que la hacían ver como una tonta. Sus ojos azules como el mar tenían un brillo de diversión. - tu lo dijiste soy una para usted, gran príncipe desmond.- dicho ésto comenzó a correr de un lado a otro pasando las paredes del castillo mientras su risa hacia eco en los espacios vacíos.
- basta Adara, muéstrate no estoy jugando-
- ¡no !- grito la niña de nuevo
- madura Adara eres una princesa, no debes comportarte de esta manera.-
- no me importa- su risa se escuchó de nuevo
Cerré los ojos con cansancio y me deje llevar por el sonido de su risa , la podía sentir por todo el castillo.
El aura de Adara era fuerte y se me hacía fácil encontrarla antes, pero algo había cambiado.
Ya no la podía percibir cómo antes.
Había aprendido a esconderse de mi.
A lo lejos pude sentir un hilo de tormento y lo seguí mientras tiraba de el , llevándome a las afueras del castillo. La biblioteca del infierno se detuvo frente a mi al entran la sacerdotisa me dio la bienvenida.
- ¿la princesa Adara donde se encuentra? -
- Donde siempre mi señor-
- y donde es donde siempre-
- Lo siento mi señor, en la sala de los desconocidos. Al fondo.-
Camine hasta donde me indico la sacerdotisa.
Allí en medio de todos aquellos libros se encontraba un gran árbol de manzano , verlo me sorprendió jamás se podría plantar algo como aquello en el infierno. Debajo de él se encontraba la figura de una de mujer de espaldas a mi.
Me acerqué pero espectros de fuego se detuvo delante de mi.
- Debe retirarse príncipe, la princesa no desea atenderlo.- dijo uno.
-Aun lado- ordene tranquilamente, pero estos no obedecieron.
En otro tiempo lo abrían hecho sin dudarlo.
Di otro paso al frente y estos se alinearon formando una nueva barrera frente a Adara, impidiendo que la pudiera ver.
- no lo volveré a ordenar , retirense.- los espectros no se movieron ni un milímetro - maldita sea Adara - tomé al primer espectro con mi mano y este se desintegró de inmediato avance pero otro tomo el lugar del anterior volviendo a su impecable formación .
Una látigo se formó en mi mano. lo tome con fuerza y con un solo golpe hice desaparecer a todos los espectros.
Debajo del árbol a espaldas con sus alas de fuego extendidas se encontraba ella.
Cerbero estaba a su lado como siempre.
-Adara- llamé
- ¿Que desea ?- el odio en su voz era latente y la entendía yo también me había odiado como ella lo hacía.
- Eres igual de difícil de encontrar que tu Padre, ¿Por que haces esto?-
- No es de mi agrado recibir a los invitados de mi Padre -
- No hablo de eso princesa, por que juegas conmigo - Cerbero me observo al escuchar mi voz cerca de Adara y se interpuso en mi camino. Adara se levantó cerrando el libro que tenía entre sus manos , haciendo que con un movimiento desapareciera.
- yo no juego principe- sus alas se extendieron y Adara Jiro mirándome por primera vez desde que había llegado y se acercó a mi permitiéndome observarla mucho mejor. - no debería estar esperando a mi padre- sus ojos azules no mostraban ningún sentimiento.
- Es exquisito volver a verte- surrure mientras acariciaba su mejilla como lo había hecho en el pasado.
- Le pido que no me vuelva a colocar un dedo encima príncipe Desmond, no olvidé con quién habla- retiro mi mano de su rostro sin ninguna delicadeza, mientras un destello de odio aparecía en sus ojos.
- No lo olvido, se quien eres- la mire a los ojos ya no era una niña , ahora era una hermosa mujer muy parecida a su madre y a Lucifer. Tenía un cuerpo esbelto, alta con su largo cabello rojo que le llegaba por debajo de su pequeña cintura, sus labios ahora eran carnosos y provocativos de esos que te llamaban a besarlos y por último estaba lo que más adoraba de ella sus hermosos ojos azules como el mar en un día soleado.Únicos en ella ya que ninguna Demonia en el infierno tenía el privilegio de tener aquellos hermosos ojos que tanto me habían atormentado.
- Que bueno que lo recuerde príncipe, ahora largo quiero estar sola- comento sacándome de mi escrutinio sabía que la estaba observando y me lo permitió - estoy ocupada , mi padre ya debe estar en el castillo.-
- Lucifer puede esperar Adara - quise continuar pero no me lo permitió
- Princesa Adara , no somos amigo y menos tenemos la confianza para que me llame por mi nombre no se le olvide quien soy-
- princesa adara- corregí - me gustaría tener una conversación con usted, quisiera explicarle los motivos de mi partida -
- Con todo el respeto que se merece príncipe Desmond, si quiere una audiencia conmigo debe pedírsela a mi padre, pero ya que insiste quiero que sepa que sus explicaciones sobran, yo no soy nadie para usted como usted no es nadie para mí. Solo somos un caído y la hija de Lucifer nada más. Lo único que lamentó de su ida tan repentina es no haber concluido una parte de mi entrenamiento el resto no me importa, no me debe ninguna explicación. Ahora que el punto se aclaro le pido que se retire deseo seguir con mi lectura. Su cuerpo seguía tenso mientras sus manos se mantenían cruzados tras su espalda como si intentará contener algo.
-Aun que no lo desees yo sí quiero darte una explicación Adara, éramos amigos y me fui sin decir nada- de verdad quería que me escuchará aunque fuera tanto tiempo después .
- no éramos amigos , yo solo era la hija del rey del infierno a la que estaba obligado a cuidar, espera como fue que dijiste- murmuro mientras colocaba uno de sus dedos en la mejilla mostrándome sus largas uñas negras - a si un estorbo para usted gran príncipe Desmond - termino de decir con ira en los ojos que comenzaban a volverse negros.
- eso no es a sí - quise continuar pero de nuevo me interrumpió
- le vuelvo a repetir no me importa, ahora largo- alzó un poco la voz y cerbero se colocó a su lado gruñendome .
- en algún momento tendremos que hablar- comenté mirando a Cerbero que me mostraba los colmillo .
Adara sonrió y sus ojos volvieron a aquel hermoso azul.
- No puedes estar más equivocado príncipe, atesore está conversación por qué será la última que tendremos en nuestra existencia - su voz fue tan dulce y venenosa.
- Eso es lo que crees - dije tomándola del brazo y acercándola a mi , un delicado olor a coco inundó mis fosas nasales haciendo que cerrara mis ojos por un instante, cuando los abrí de nuevo Adara tenía sus ojos fijos en mi rostro. Mientras que sus alas ya no eran de fuego si no unas negras con destellos dorados las que usaba cuando peleaba.
- No me vuelva a tocar en su maldita vida- dijo mientras me golpeaba el pecho con sus manos y me envía al otro lado de la librería llevándome conmigo varios estantes repletos de libros.
- Mierda- fue lo único que logré pronunciar ya que Adara apareció frente a mi tomándome del cuello con una mano y nos elevaba en el aire mientras con la otra hilos de tormentos se formaban en ella .
Esto dolerá.
- ¡Adara basta!- el grito de Lucifer hizo que Adara me soltara y cayera de nuevo al suelo- es que pretendes pelearte con todo maldito demonio que hay en el infierno- reprendió Lucifer a su hija quién no me retiraba la miraba mientras seguía en el aire.
- no soy yo quien busca los problemas padre- se defendió está , guardado sus alas provocando un pequeño sonido en el aire. Su cuerpo descendió poco a poco y miro a su padre mientras sus ojos volvían su color.
- Claro, y ahora me dirás qué es Desmond quién vino aquí a molestarte - continuo Lucifer volvía cada cosa a su lugar mientras movía sus manos al aire .
- Esa es la verdad, pero sabes que padre , cree lo que quieras no me importa, si deseas pensar que salí del castillo para seguir a tu amado amigo y golpearlo , pues si padre yo lo hice, estoy tan dolida que me allá abandonado sin decirme una sola palabra después de haber confiado en el. Y que luego de tantos años lo primero que pasó por mi casa fue hacer esto. Si padre eso es. Una disculpa príncipe Desmond - dijo haciendo una reverencia mientras una máscara de odio se formaba en su rostro .
- lucifer- quise intervenir pero ella lo impidió.
- no diga nada príncipe, lamentó lo sucedido al parecer no superó el abandono, si me lo permiten , padre me retiro.- dicho ésto Jiro sobre sus talones y desaparecio en una bola de humo negro que dejó un rastro de veneno en el aire .
- Ahora sí me vas a explicar qué demonios sucedió y ¿por qué mi hija te quería arrancar cabeza?-
- Ella tenía razón Lucifer, no es culpable de nada - respondo.
- Acabas de poner un pie en el infierno y ya la estás defendiendo Desmond-
- No la defiendo dice la verdad, sabes que no miento.-
- No la creas tonta amigo, Adara no es la misma niña que dejaste .-
- lo se, pero tú sigues siendo igual de duro con ella no le permitiste que se defenderse.-
- Defenderse, Desmond acabo con media biblioteca con tu cara y esperas que la deje explicarse.-
- Si eso espere, no hubieras querido tu lo mismo de nuestro padre, que dejara que te defendieras antes de jusgarte sin conocer tu verdad.- respondí molesto de su actitud. Lucifer solo suspiro con cansancio.
- Adara lo último que le falta es que vengas a tratarla como una niña, entiende lo de una vez Desmond, Adara es una mujer ahora, una que cumple tratos , trae almas al infierno, que trae a lujuria y a medio infierno intentando meterse entre sus piernas y que además en su tiempo libre le patea el culo a ciertos angeles que pretenden seguir tratándola como una tonta. Ah y para concluir le roba almas al angel de la muerte. Mira no te pedí que vieras para esto. Necesito que Adara se valla del infierno. No puede seguir aquí a si que encierrala en algún lugar por un tiempo y lleva a los jinetes contigo para que eviten que ella se escape.
- no creo que eso es una muy mala idea.-
- ¿Mala idea dices?.A la niña que tanto defiendes hace unos meses le dio la grandísima idea de robarle un alma al angel de la muerte.- grito Lucifer perdido la poca paciencia que poseía .
- Lo se- comenté con una sonrisa
-¿ lo sabes?, y solo vas a sonreír mientras soy yo el que debe liderar con los problemas.- la cara de fastidio de Lucifer solo me hizo soltar una carcajada.
- Claro que lo sé , todos lo sabes y deberías estar orgulloso, tienes idea de que hacer eso es imposible, y ella lo hizo -
- Y a cambio casi la mata Desmond -
- Eso es imposible, Adara no puede morir y lo sabes-
- pues eso no parecía cuando duró casi dos semana inconsciente rodeada de espectros de fuego y la maldita parca rondando la cada noche. El maldito infierno temblaba cada vez que ella suspiraba en alguna pesadilla , no me pude acercar a ella en ese tiempo, el maldito casi me deja sin hija.-
- tu has hecho cosas peores - le recordé sin querer ondar más en el tema de la inconsciencia de Adara
- Si pero yo soy el maldito diablo es lo que se espera de mi.-
- Y ella es tu hija no esperaras menos de ella - conclui mientras salíamos de la biblioteca en dirección al castillo. La bruma nos rodeaba a cada paso que dábamos se sentía bien estar de nuevo en casa, estar entre los humanos no era aburrido , pero tampoco era tan interesante como el infierno, había querido olvidar todos aquello sonido , los gritos ,los lamentos, los aullidos de dolor pero ahora que encontraba aquí todo me gritaba a hogar .
Solo esperaba que después de hablar con Adara las cosas no se vayan a complicar de nuevo por que sacarla del infierno ahora no era una buena opción. Y tampoco quería marcharse del infierno tan pronto.
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