Después de la fiesta de cumpleaños de Nailah, que había sido todo un éxito por supuesto, finalmente llegó la hora de descansar.
Pero una vez que todos los invitados se marcharon y sólo quedaron los Moore y los White en el hotel, sucedería algo que sería un antes y un después, sobre todo en las vidas de Nailah y de William.
La señora White, Elena, expresó lo fantástica que había sido la fiesta y lo delicioso que estuvo todo, desde los aperitivos, las bebidas, hasta la increíble tarta. También elogió personalmente a Nailah en más de una ocasión esa noche, pero no pudo evitar hacerlo una vez más.
“¡¡Nailah, estás preciosa con ese vestido!!” le dijo mientras le sonreía amablemente y la miraba a los ojos con una ternura, como si de su propia hija se tratase.
Su hija, Katherine White, que estaba sentada no muy lejos de ella, notó aquella amabilidad y dulzura y no pudo evitar sentirse celosa, y despreciar mentalmente a Nailah mientras se molestaba con su madre por tratar a una extraña mejor que a su propia hija.
“Es usted muy amable, muchas gracias señora White, me siento halagada, sobretodo viniendo de usted que tiene un gusto excelente.” Respondió educadamente Nailah, mirando a Elena con una sonrisa.
“Por favor Nailah, no hace falta que seas tan cortés conmigo, te conozco desde que eras muy pequeña, somos como una familia, además pronto lo seremos de verdad” dijo Elena White a Nailah Moore con una sonrisa aún más amplia que la anterior.
“¿Qué has dicho?” preguntaron William y Katherine;
“¿Disculpe?” preguntó Nailah al mismo tiempo que ellos.
Los Moore y los White no pudieron evitar reírse ante la reacción de sus hijos.
Los abuelos de Nailah, que ya sabían de que iban a hablar decidieron retirarse a descansar, pues ya habían discutido del tema con sus hijos y expresaron sus diferentes opiniones. Los abuelos Sebastian Wright y Edward Moore, estuvieron de acuerdo en que ambas familias se unieran, pues eran familias poderosas y creían que sería beneficioso para todos si se convirtieran en una sola.
Las abuelas por otro lado, no compartían la misma opinión, pues creían que, su única nieta, debería casarse por amor y ser feliz, y aunque el dinero era importante, no tenía por qué ser específicamente con la familia White que debiera casarse, tanto Selene Wright como Evelyn Moore, pensaban que igualmente podía enamorarse de cualquier otro chico que perteneciera a otra familia rica. Pero como tampoco querían interferir demasiado en la crianza que sus hijos le daban a su nieta, así que, solo expresaron su desacuerdo, y les dejaron tomar a ellos sus propias decisiones.
Nailah miró a sus padres con confusión.
Katherine miró a sus padres con asombro y molestia, pues lo último que desea era que “la perfecta” Nailah se convirtiera en parte de su familia y le robara aún más protagonismo.
El primero en romper el silencio fue Jeffrey White.
“Habíamos hablado de esto hace años, pero consideramos que los dos eran muy jóvenes para entenderlo y no queríamos agregar esa presión a ninguno de ustedes.” Dijo Jeffrey en un tono casual, como si estuviera dando las buenas noches o los buenos días.
“¿Lo dices en serio, papá?” dijo Katherine boquiabierta.
“Perdone señor White, pero no entiendo lo que quiere decir” añadió Nailah, intentando recibir una explicación más clara y detallada, de lo que sus oídos acababan de escuchar.
William no dijo nada, solo miraba fijamente a Nailah, intentando no perder ninguna de sus expresiones.
Aunque él tampoco sabía hasta ahora que sus padres y los padres de ella habían hablado de casarlos hace muchos años, en realidad estaba encantado con la idea, pues hace tiempo había fijado sus ojos en ella, desde aquel incidente cuando ambos tenían seis años, ella le había dejado una fuerte impresión y desde entonces su corazón le pertenecía sólo a ella. Nunca se había molestado ni siquiera en mirar a otras chicas, pues solo tenía ojos para “su preciosa” Nailah.
“¡¡Mamá, Papá!! ¿Me pueden explicar que es lo que está pasando?” preguntó Nailah a Jefferson y a Sophia. “¿He entendido mal o ustedes han decidido casarme con el hijo de la familia White?” añadió ella, utilizando a propósito ese término para referirse a William, pues quería dejar claro que no eran tan cercanos como pudiera parecer desde fuera, y que no estaba nada contenta con aquel arreglo.
Esto se sintió como una puñalada en el corazón de William, que hizo todo lo posible por componerse y conservar una apariencia impasible.
“¡No, cariño, has entendido bien! Tu madre y yo creemos que, sería perfecto si en el futuro tú y William se casaran y nos convirtiéramos todos en una sola familia.” Dijo Jefferson tranquilamente a su hija.
Ella solo lo miró y no dijo nada, y luego miró a su madre antes de preguntarle con un tono de indignación: “¿Y tú estás de acuerdo? ¿En serio mamá?”
“¡Claro que estoy de acuerdo cariño! ¿Por qué no iba a estarlo?” Le dijo su madre y le tomó las manos antes de continuar “William es un buen chico, es educado, es guapo, es respetuoso, elegante y estoy convencida de que te tratará muy bien”.
“Por supuesto, hemos educado muy bien a nuestro William, y sabemos que nunca te haría daño, nosotros nunca se lo permitiríamos” dijo Jeffrey con total seguridad.
“Nunca permitiríamos semejante situación, siempre contarás con nuestro apoyo” dijo Elena como si Nailah fuera su propia hija, “Además decidimos esperar a contarles sobre esto, porque queríamos ver como se llevaban entre ustedes, y como hemos visto que no se llevan mal pues creímos que eso era buena señal” añadió Elena mientras sonreía.
“Es cierto que no nos llevamos mal pero tampoco nos llevamos tan bien. Simplemente somos amigos y vamos a la misma clase desde los seis años, pero no es motivo suficiente para casarse. Ni siquiera nos gustamos, mucho menos estamos enamorados, ¿Por qué tendría que aceptar esta absurda propuesta?” dijo Nailah con un tono que no dejaba en duda su molestia ante toda esta situación.
Tanto Jefferson y Sophia como Jeffrey y Elena se miraron un poco sorprendidos, pues aquella respuesta, realmente no era la que esperaban de Nailah, que siempre había sido una chica muy obediente y nunca había causado problemas.
“¿Nailah, no crees que estás siendo un poco exagerada?” le preguntó Jeffrey.
“¿Exagerada? Disculpe, pero, ¿Cree que estoy exagerando al no estar de acuerdo con que otras personas decidan por mí, algo tan importante como mi matrimonio?” respondió Nailah, dejando atónitos a todos en la sala.
“¡Hija, Cálmate!, creo que no deberías reaccionar así. Nosotros solo estamos pensando en lo mejor para tu futuro.” Le dijo Sophia a su hija.
“Mamá, ¿Cómo puedes decir algo así? ¿Acaso no tengo derecho de elegir con quién pasar el resto de mi vida?” le dijo Nailah con cierta tristeza en su tono, pues no esperaba algo así de sus padres y menos en el día de su cumpleaños, pensando en esto, no pudo evitar decir en voz alta lo que estaba pensando en aquel momento: “¡¡¡Menudo regalo!!!”
“¿Qué pasa contigo? ¿No piensas decir nada?” le preguntó Katherine a su hermano, que hasta ese momento no había pronunciado ni una sola palabra, y que ella realmente esperaba que él dijera algo para terminar con aquella farsa sin sentido.
“Si, William, ya hemos escuchado la opinión de nuestra hija, ¿Tú también piensas lo mismo?” Preguntó la señora Moore con cautela.
“Respeto la opinión de todos, sobre todo la de Nailah. Yo no haría nada para hacerle daño ni hacerla infeliz, y prometo que la cuidaré bien si nos casamos, pero si ella no está dispuesta, no creo que debamos obligarla.” Respondió William, sorprendiendo a todos los presentes.
Sus padres no recordaban haberle escuchado decir una frase tan larga en años, William era muy reservado, y la mayor parte del tiempo no opinaba sobre casi nada. Katherine no estaba nada satisfecha con aquella respuesta, ella deseaba que su hermano dijera que ni loco se casaría con Nailah. ‘¿Cuándo se volvió mi hermano tan estúpido?’ Pensó ella, mientras observaba la escena en frente de sus ojos con desprecio.
Los Moore estaban más que satisfecho con la respuesta de su futuro yerno.
“¿Lo ves cariño? ¡William es el chico perfecto! ¿Has visto lo bien que ha respondido, y cómo se ha comprometido a cuidarte y hacerte feliz, aun cuando tú lo has rechazado?” le dijo Sophia a Nailah.
“Tengo una idea” dijo Jefferson antes de que su hija pudiera contestar.
“¿Qué idea?” preguntó Nailah totalmente escéptica, pues ya no sabía que esperar de sus padres.
“¿Qué te parece si William y tú se conocen un poco más a partir de hoy? Salen a tomarse un helado, van al cine, van de compras, hablan entre ustedes y comparten sus gustos y aficiones. Tal vez si se dan cuenta de que son compatibles y tienen mucho en común, les sea más fácil estar de acuerdo con nuestra sugerencia, ¿No estás de acuerdo?” preguntó Jefferson, mientras deseaba que su hija realmente aceptara su propuesta, pues estaba convencido que ella y William tendrían una buena vida juntos en un futuro.
“Esa es una excelente idea cariño” dijo Sophia.
“Si, me parece muy bien” dijo Jeffrey.
“Creo que es una buena solución, así, todos estaríamos satisfechos” añadió Elena.
“¿Sugerencia? ¿Satisfechos? Já, tiene gracia escucharlos hablar a los cuatro, pareciera que nos están dando un consejo en lugar de una imposición.” Dijo Nailah con ironía.
Katherine a pesar de que no soportaba a Nailah, tenía que admitir que en el fondo la admiraba. Ella era una chica valiente, que no tenía miedo de expresar su opinión en ninguna circunstancia. ¡Realmente era una chica casi perfecta! Si tan solo no fuera siempre el centro de atención o no le robara el cariño de sus padres que solamente le pertenecía a ella, entonces quizás hasta le gustaría ser su amiga, pero dado que no era el caso, entonces no podía hacer otra cosa que envidiarla y admirarla al mismo tiempo, en secreto.
“Bueno Nailah, tampoco seas irracional. Creo que tu padre ha tenido una buena idea. No estamos diciendo que se tienen que casar ya, pero si en los próximos dos años se conocen mejor, antes de ir a la universidad pueden comprometerse, y cuando ambos hayan finalizado sus carreras entonces pueden casarse, ¿Qué te parece?” dijo Sophia a su hija, creyendo que sus palabras podían suavizar un poco la tensión que se había creado y hacer que su hija cediera un poco ante toda esta situación.
Pero nada más lejos de la realidad.
“¡Wau!, ¡Estoy estupefacta con todo lo que has dicho!, Así que, no sólo me eligen un novio, sin importar mi opinión, sino que, además, planifican todo mi futuro sin importar lo que yo sienta al respecto. (Aplaude tres veces) ¡Felicidades!, se han ganado la medalla a los mejores padres del año.” Dijo en un tono burlón mientras evitaba que las lágrimas se asomaran y traicionaran como se sentía realmente en este momento. “¡Por el amor de Dios! ¡Que estamos en pleno siglo XXI!”
“Nailah tiene razón, estamos en el siglo veintiuno, ya estas cosas no se hacen. Hoy en día la gente se enamora y se casa, ¿Por qué tienen que obligar a mi hermano y a Nailah a ser infelices juntos si es obvio que no se quieren?” Dijo Katherine.
“¡¡¡Exacto!!! Gracias Katherine.” Dijo rápidamente Nailah antes de que los adultos dijeran algo para contradecir lo que Katherine dijo, y luego añadió: “William y yo no nos amamos, y yo quiero casarme por amor, no simplemente para que todos seamos más ricos de lo que ya somos.”
Esta declaración hizo que William sintiera como si le estrujaban el pecho.
Ella había dicho que ellos no se amaban, pero en realidad él si la amaba a ella, era solo que ella no podía darse cuenta. Ni siquiera solía acercarse mucho a él en todas las salidas que hacían con sus amigos, a las que él siempre iba, simplemente para estar cerca de ella y conocerla mejor. Él nunca le había hablado de sus sentimientos tampoco, porque además de no querer ser rechazado por ella, aún eran muy jóvenes y tenía temor de que, si ella no lo rechazaba en un principio, con el pasar de los años acabara cansándose de él, y eso solo le provocaría más dolor. No podía soportar la idea de tenerla y luego perderla, prefería no tenerla nunca, al menos así no se hacía ilusiones.
“Si, es cierto que estamos en el siglo veintiuno, pero ¿Qué hay de malo en considerar esto?, intenten conocerse en los próximos dos años, si sigues pensando lo mismo no insistiremos en que te cases con nuestro hijo, pero si cambias de opinión con respecto a lo que sientes entonces le darás una oportunidad y se comprometerán. ¿Estás de acuerdo?” dijo Elena pacientemente, pues realmente deseaba que Nailah se convierta en su hija.
“¡Está bien! Voy a aceptar este sinsentido, pero no se hagan muchas ilusiones, no les prometo nada. Dudo que cambie de opinión.” Expresó Nailah, quien luego miró a su futuro prometido a los ojos y le dijo “No te ofendas William, no tengo nada contra ti. Sé que eres un excelente partido, y seguro que hay muchas chicas locas por ti, pero yo no soy una de esas. Y aunque acepte pasar más tiempo contigo y conocernos mejor, eso no significa que yo te ame o que quiera ser tu esposa en el futuro. Quería dejarlo bien claro, porque no quiero que haya malos entendidos entre nosotros y que nadie aquí tenga una idea equivocada sobre mi postura ante esta tontería. ¿Me entiendes?” le preguntó, aunque de hecho era una pregunta retórica, pues simplemente había expuesto su punto de vista y no esperaba ninguna respuesta.
De todos modos, William le respondió lacónicamente, “Lo entiendo. No tienes nada de qué preocuparte.” Y asintió ligeramente, intentando transmitirle confianza.
“Bueno pues, si ya está todo dicho, me gustaría irme a descansar. Hoy fue un día largo y agotador, y esto solo ha añadido más peso sobre mis hombros. Así que, si no les importa, me gustaría retirarme.” Dijo Nailah.
“Sí, creo que ya está todo dicho y aclarado, así que nosotros también nos retiramos” dijo Jeffrey mientras se levantaba de su asiento y le tendía la mano a su esposa para que ella también se pusiera en pie. “Gracias cariño” le dijo Elena, y añadió, “Ya es bastante tarde y todos estamos cansados, así que nos iremos y ya nos veremos en mi casa el próximo fin de semana y organizamos una cena, si están todos de acuerdo”.
“Por supuesto que sí, muchas gracias Elena, ahí estaremos, sin falta”. Le dijo Sophia con una gran sonrisa mientras la abrazaba.
“Sí, muchas gracias por todo, y gracias por venir hoy. Hasta la próxima semana” Dijo Jefferson mientras le estrechaba la mano a Jeffrey.
Después de que todos se hubieron despedido, se dirigieron a sus autos y a sus respectivas casas.
Esa fue una larga noche para Nailah.
Pensó en abrir sus regalos de cumpleaños cuando llegara a casa, pero además de estar muy cansada, no podía dejar de pensar en la conversación de hacía un rato y en que tendría que pasar más tiempo con William. Y el sólo hecho de imaginarse casándose con él, le producía escalofríos en todo el cuerpo, lo que la hacía estremecerse.
Decidió dejar los regalos para el día siguiente.
Después de darse una ducha caliente, y sentirse un poco más relajada, se metió en la cama y finalmente pudo conciliar el sueño y se quedó profundamente dormida.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 102 Episodes
Comments
nora ester torres garcia
Buen punto para Nailah, no dejarse manipular en algo tan serio, como es su felicidad, veremos cómo resulta todo. Bendiciones para la escritora.
2023-10-16
1
Nicole Reyes Batista
Que bueno que te gusta
2023-04-27
0
BKarina Hernandez
muy bien me gusta la valentia de esta chica bravo 👏👌
2023-04-27
1