Era el cumpleaños número quince de Nailah, el señor y la señora Moore, reservaron un hotel cinco estrellas para la ocasión.
Contrataron a la mejor empresa de Catering de Los Ángeles, que pertenecía precisamente a la familia Harris. Meredith Harris, la madre de Paula, dirigía la mejor empresa de Catering de toda California, junto a su marido Paul Harris, que además tenía una empresa de organización de eventos, ambos habían trabajado personalmente en la organización de esta fiesta.
El hotel cinco estrellas que habían reservado pertenecía a la cadena de hoteles y resorts de lujos de la familia Clark, los padres de Jessica, Edmund Clark y Jane Clark, habían amasado su fortuna en el sector turístico.
Uno de los espectáculos presentados en el cumpleaños estaba orquestado por la empresa de entretenimiento de la familia Anderson, los padres de Bianca, Charles Anderson y Belinda Anderson, poseían una de las mejores empresas de entretenimiento y espectáculo de todo el estado.
El vestido de cumpleaños de Nailah, fue diseñado por Alba Thomas, la madre de Shirley, que era una de las mejores diseñadoras de toda California, y siempre confeccionaba impresionantes atuendos para las estrellas de Hollywood que acudían constantemente a ella para que les vistiera. Su esposo, el señor Víctor Thomas era conocido en el mundo de la joyería, y como regalo de cumpleaños había mandado expresamente, a diseñar los accesorios que vestía hoy Nailah; se había puesto de acuerdo con su esposa y el diseño combinaba a la perfección con el vestido azul turquesa que ella había creado.
Nailah lucía despampanante con aquel vestido. Una hermosa diadema de princesa posaba sobre su cabeza, unos brillantes pendientes adornaban sus orejas, una pulsera y anillos más discretos también se apreciaban y como toque final en su cuello había un deslumbrante collar, todos ellos con diamantes y piedras de aguamarina a juego con el precioso vestido que se ceñía a su cuerpo.
El salón estaba decorado con hermosas y fragantes flores. Había flores por todas partes. Por supuesto provenían de la mejor y más famosa floristería de todo Los Ángeles, la persona a cargo no era otra que Daisy Scott, la madre de Lina. Quien había soñado toda su vida con tener una floristería, porque amaba las flores desde niña, y nunca pensó que su humilde pasión le iba a dar fama y fortuna. Su marido, John Scott, que se dedicaba a la exportación e importación, la ayudaba a conseguir flores de todo el mundo, él la amaba mucho y siempre la apoyó y la animó a hacer realidad sus sueños.
En una mesa larga ubicada al fondo del salón, se podía apreciar una impresionante y deliciosa tarta de siete pisos, que con sólo mirarla sabías que era una absoluta obra de arte. La mejor repostería, era sin duda alguna, la de la señora Elisabeth Smith, madre de Yeniffer Smith. Qué había dado el toque dulce a muchos cumpleaños, bodas, bautizos, y un sin número de eventos más; Su marido, Matthew Smith, que se dedicaba a la publicidad, se encargó de dar a conocer por todos los medios de comunicación, las hermosas obras de su esposa, al igual que su pastelería.
La fiesta estaba llena de invitados, todos ellos muy importantes. Estaban todos los mejores amigos de Nailah, con sus padres y sus hermanos y hermanas menores, que con el tiempo también se habían hecho muy cercanos entre ellos. También estaban entre los invitados, otros que, aunque no eran tan amigos, pertenecían a su misma clase en el instituto y recibieron también una invitación.
No eran otros que los inseparables cuatro, Anyi Miller, Yanna Jones, Andrew Davis y Louis Patterson. Sus familias no eran de una clase social tan alta como la de los demás, pero tampoco eran de clase baja, eran más bien de clase media alta. Yanna y Anyi siempre estaban juntas, se conocían desde bebés, pues los padres de ambas eran agentes artísticos. Y la madre de Anyi era coach artístico mientras que la madre de Yanna era actriz. Ambas, Anyi y Yanna, querían ser modelo de mayor.
Por otro lado, estaban Louis y Andrew, quienes andaban con ellas porque no les agradaban algunos de los del grupo de Nailah, pero siempre evitaban los problemas con ellos, pues sabían que sus familias eran más ricas y poderosas que las suyas.
Después de todo el padre de Andrew era detective privado y su madre escritora, y el padre de Louis era entrenador personal y su madre nutricionista, y aunque todos esos eran buenos empleos y sobre todo eran muy bien pagados en Hollywood, no podían compararse con las familias más pudientes que estaban en esta celebración.
Cuando los cuatro llegaron, Nailah, como buena anfitriona y chica que había recibido una excelente educación en los últimos quince años, se acercó a saludarles y a darles la bienvenida, les ofreció algo de beber y les dijo que se pusieran cómodos y disfrutaran de la fiesta.
Todos le dieron una amplia sonrisa, les entregaron cada uno un regalo y se dispusieron a buscar algo para picar. Nailah, aceptó sus regalos y les dio las gracias con una hermosa sonrisa en los labios y en los ojos. Y después se alejó y dejó los regalos junto a un montón que había en una esquina reservada exclusivamente para ello. Había todo tipo de regalos allí. De todos los tamaños y colores. Se podía apreciar con tan solo observar sus envoltorios lo finos que eran.
A mitad de la fiesta, la abuela materna de Nailah, la señora Selene Wright, que era una famosa pianista, se sentó frente a un gran piano de cola y le dedicó a su nieta una composición que ella misma había creado. Todo el mundo podía apreciar el amor que sentía hacia Nailah con solo mirarla a la cara.
Cuando terminó de tocar, todos se pusieron en pie y le aplaudieron efusivamente durante casi un minuto completo. Nailah no pudo evitar llorar de emoción, porque, aunque sabía que su abuela era una excelente pianista, nunca había escuchado una melodía tan hermosa, y saber que estaba hecha para ella, la conmovió hasta las lágrimas.
Su abuela paterna, la señora Evelyn Moore, que era una excelente pintora, había hecho un hermoso retrato de Nailah como parte de su regalo. Los detalles eran asombrosos, y había acertado a la hora de plasmar a su nieta sobre aquel lienzo, pues la verdad hizo una representación genuina de su belleza, y se podía notar el amor maternal que transmitía su mirada y su sonrisa mientras le hacía entrega de aquella obra de arte, que fue admirada por todos los presentes sin duda alguna.
Definitivamente sus abuelas sabían cómo conmoverla, y ella estaba muy agradecida de tenerlas en su vida.
No solo eran dos artistas maravillosas en sus diferentes áreas, sino que también eran las mejores abuelas que cualquiera pudiera desear. Realmente se sentía bendecida con la familia que Dios le había dado.
Cómo era hija única de sus padres y sus padres eran también los únicos hijos de la familia Moore y la familia Wright, ella era la única nieta de sus cuatro abuelos, y estos la consentían siempre que podían y en todo lo que ella quisiera. Ella por su parte era una niña bastante sensible y no era la típica niña caprichosa, al contrario, nunca pedía nada, pues sentía que, a excepción de un poco de tiempo libre con sus padres, a ella no le faltaba nada más.
Luego de que todos hubieron cenado, bebido, reído y bailado, era la hora de la tarta. La madre de Jackson, la señora Amanda Roberts, que era cantante, tomó un micrófono y cantó cumpleaños feliz para Nailah, mientras ésta última pedía un deseo y apagaba las velas.
La tarta estaba realmente deliciosa, todos felicitaron a la señora Elisabeth Smith por su excelente trabajo, y a los señores Moore por una fiesta tan perfecta.
Cuando finalmente llegó la hora de despedirse y todos ya se habían marchado, sólo quedaron los White y los Moore.
Ambas familias se sentaron una frente a la otra, y se disponían a hablar de algo que cambiaría las vidas de Nailah y William para siempre.
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Comments
BKarina Hernandez
🤔🤔🤔🤔
2023-04-23
1
BKarina Hernandez
me encanta 😘la parte de las abuelas de Nailah ♥️me emocione que bellos regalos 🤩
2023-04-23
1
Nora <3
Ahora se viene lo mejor jajajajajaj
2022-11-18
1