En Las Manos De Un Mafioso
La lluvia caía en cortinas delgadas sobre la ciudad, oscureciendo las calles y transformando el bullicio de la vida nocturna en un susurro distante. A medida que las luces de neón se reflejaban en los charcos, la atmósfera se tornaba casi mágica, aunque un aire de peligro flotaba en el ambiente. Ana, con su abrigo negro ceñido y una bufanda que le cubría el rostro, se aventuró en la penumbra, sintiendo la adrenalina en cada paso que daba.
Era una noche como cualquier otra, pero Ana sabía que su vida estaba a punto de cambiar. Desde hacía semanas, sus pensamientos estaban atrapados en una rutina monótona, marcada por el trabajo en la librería de su familia y las obligaciones cotidianas que la mantenían alejada de cualquier tipo de emoción. Sin embargo, esa noche, la curiosidad la llevó a un bar de mala muerte en el barrio más peligroso de la ciudad, un lugar donde la música sonaba a todo volumen y el humo de los cigarrillos se entrelazaba con el aroma a alcohol.
Cuando cruzó la puerta, una oleada de ruidos y risas la recibió. El lugar estaba lleno de sombras que se movían al ritmo de una música pulsante, pero lo que más captó su atención fue una figura en la esquina más oscura del bar. Un hombre de porte elegante, con un traje negro perfectamente ajustado, que parecía estar en completa calma en medio del caos. Sus ojos, oscuros y profundos, la observaban con una intensidad que la hizo sentir un escalofrío recorrer su espalda.
Ana intentó ignorarlo, pero su curiosidad era más fuerte. Se acercó a la barra y pidió un trago, su corazón latiendo con fuerza. Mientras el barman le servía, notó que el misterioso hombre se acercaba, dejando tras de sí un rastro de miradas atónitas. Su aura de poder era innegable, y cada paso que daba parecía resonar con la promesa de un peligro excitante.
"¿Es tu primera vez aquí?", preguntó, su voz grave y seductora casi ahogada por la música. Ana lo miró, sorprendida por la audacia de su pregunta.
"Algo así", respondió, intentando mantener la compostura. A pesar de su inseguridad, había algo en su mirada que la atrajo.
"Este lugar no es para todos", continuó él, inclinándose ligeramente hacia ella. "Pero a veces, es donde se encuentran las mejores historias."
Ana sintió que su respiración se aceleraba. Su intuición le advertía que debía alejarse, pero su curiosidad y el magnetismo del hombre la mantenían anclada al lugar. "¿Y tú, cuál es tu historia?", preguntó, desafiando su propio sentido de precaución.
Él sonrió, un gesto que parecía esconder secretos oscuros. "Soy un hombre de negocios. Algunos dirían que mis tratos son... poco convencionales."
La risa nerviosa de Ana resonó entre la música. "¿Mafioso, entonces?"
"No me gusta esa palabra. Prefiero decir que soy un facilitador de oportunidades." La forma en que pronunciaba las palabras la hizo dudar. Había algo en su tono que la convencía de que estaba en presencia de un hombre peligroso, pero a la vez fascinante.
Ana se encontró atrapada en la conversación, la chispa entre ellos encendiéndose como una llama. Las palabras fluyeron entre risas y miradas furtivas, mientras la conexión crecía, implacable. Pero a medida que se adentraban en su conversación, un grupo de hombres en la esquina del bar llamó su atención. Sus miradas lascivas se centraron en ella y el desconocido, y una sensación de incomodidad la recorrió.
"Deberíamos salir de aquí", sugirió él, su tono repentinamente serio. "No es seguro."
Ana sintió un impulso de protestar, pero la forma en que él la miraba la hizo reconsiderar. ¿Era eso lo que realmente quería? La idea de salir con un hombre como él era tanto aterradora como excitante. Con un asentimiento, lo siguió hacia la salida, el corazón latiendo desbocado en su pecho.
Al salir, el aire fresco la golpeó, contrastando con la atmósfera cargada del bar. Se detuvo un momento, respirando profundamente, cuando él la tomó de la mano. La calidez de su toque la sorprendió y, al mismo tiempo, la llenó de una sensación de protección.
"¿A dónde vamos?", preguntó, mirando a su alrededor con curiosidad y un poco de miedo.
"Confía en mí", respondió él, sus ojos fijos en los suyos. "Te prometo que no te haré daño."
Mientras caminaban, Ana no podía evitar sentir que estaba cruzando un umbral hacia un mundo desconocido. Cada paso que daba junto a él la alejaba más de su vida anterior. A lo lejos, las luces de la ciudad brillaban con un fulgor casi hipnótico. Era el momento perfecto para dejar atrás las sombras de su vida monótona, aunque el peligro acechara en cada esquina.
El hombre la guió hacia un coche negro aparcado en la calle, un vehículo que emanaba sofisticación y poder. "Sube", dijo, abriendo la puerta para ella. Ana dudó un momento, pero la mirada decidida del hombre la convenció. Se sentó en el asiento de cuero, sintiéndose como si estuviera a punto de embarcarse en una aventura que cambiaría su vida.
Una vez dentro, él tomó el volante, sus manos firmes y seguras. El motor rugió y, en un instante, estaban en movimiento, alejándose del bar y de las sombras que lo rodeaban. Ana se sintió extraña, como si estuviera dejando atrás no solo un lugar, sino también una parte de sí misma.
Mientras conduciendo, él la miró de reojo. "¿Te gustaría saber mi nombre?"
"Claro", respondió, sintiendo una mezcla de anticipación y nerviosismo.
"Soy Luca", dijo con una sonrisa que iluminó su rostro. "Y tú, ¿cómo te llamas?"
"Ana", contestó, sintiéndose aliviada al pronunciar su nombre. Era un pequeño gesto de normalidad en medio de la tormenta de emociones que la rodeaba.
"Bonito nombre. Perfecto para una mujer que se atreve a desafiar lo convencional", comentó, y Ana sintió que sus mejillas se sonrojaban.
"¿Y qué te trae a un lugar como ese?", le preguntó, intentando romper el hielo, aunque sabía que su curiosidad era más profunda.
Luca se tomó un momento antes de responder, como si sopesara sus palabras. "Soy un hombre de negocios, ya te dije. Pero a veces es necesario hacer conexiones en lugares inesperados."
Ana sintió que había más detrás de su respuesta, pero no se atrevió a indagar más. Sabía que su vida estaba llena de secretos, y que cada palabra que él pronunciaba podía ocultar una historia compleja. Mientras tanto, la atracción entre ellos se hacía cada vez más palpable, un hilo invisible que los unía.
A medida que se alejaban del centro de la ciudad, Ana se dio cuenta de que no sabía nada de él, pero una parte de ella estaba intrigada, casi emocionada. "¿A dónde vamos exactamente?", preguntó, sintiéndose un poco vulnerable en el oscuro camino.
"Un lugar donde podemos hablar sin interrupciones", respondió él, con una expresión que mezclaba confianza y misterio.
Ana sabía que se estaba metiendo en algo peligroso, pero el impulso de conocer más sobre él la mantenía atenta. ¿Podía confiar en Luca, o era simplemente otro jugador en un juego que apenas comenzaba a entender?
Mientras la ciudad se desvanecía tras ellos, Ana sintió una mezcla de miedo y emoción. Lo que había comenzado como una simple noche de escapismo ahora se convertía en una travesía hacia lo desconocido. Y aunque su corazón le advertía sobre el peligro, había algo en la mirada de Luca que la convencía de que tal vez, solo tal vez, podría haber más en juego que simplemente un encuentro casual.
Sin embargo, el mundo que estaba dejando atrás nunca se alejaría por completo. En las sombras de la ciudad, los ecos del pasado susurraban advertencias, y las decisiones que tomaría pronto definirían no solo su destino, sino también el de aquellos que se interponían en su camino. La línea entre el deseo y la traición se difuminaba, y en ese momento, Ana se dio cuenta de que su vida nunca volvería a ser la misma.
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Updated 42 Episodes
Comments
Angelica Quirios
me encanta
2024-10-25
1
Angelica Quirios
a todos mis amigos
2024-10-25
1
Angelica Quirios
muy buena novela se las recomiendo
2024-10-25
2