Cap 3

Sin teléfonos, ni nada con que comunicarse. Jacob y Cindy no tuvieron más opción que llegar al destino que él había trazado. El hospital privado propiedad familiar.

Y si, la Familia de Jacob era una muy adinerada podría decirse que de las adineradas de la ciudad, pero él mantenía un perfil bajo.

Él la guío al laboratorio donde pidió muestras de sangre para rastrear la sustancia.

Pidió un teléfono prestado y realizó varias llamadas, lo primero que quería saber era quién, quien les había hecho eso y porque involucraban a Cindy.

Después de hacer las pruebas él se ofreció a invitarla a desayunar y después le pediría a alguien que la llevara a su casa.

Él siempre la había admirado, desde que era una niña alegre, Cindy nunca fue consentida ni mimada, era más bien una guerrera, ella a diferencias de muchas niñas, trepada árboles, jugaba a las carreras. Pero cuando él se enteró de que ella se casaría, decidió irse, sí que la quería, pero él se quería más. Así que decidió dejar todo por la paz e irse del país.

Había vuelto por petición de su padre, quería que estuviera al frente de varias negociaciones, para que aprendiera mejor el control de su dinero, le llevaba solo dos años a Cindy, y su compatibilidad se podría cortar con un cuchillo, ellos eran inseparables.

Sin embargo, aquí estaba ella frente a él. Con una camisa sencilla y unos pantalones cómodos. El perfecto cuello de Cindy tenía unos moretones, pero más abajo sobre la curvatura de sus pechos había unos chupones, esto sorprendió a Jacob pues sabía quién era el causante de lo primero y quien de lo segundo.

A su mente llegaron ráfagas de aquel momento. Donde ambos se quitaban las prendas, sus ojos brillaban de deseo.

-Jacob, hola... - Él levanto la cabeza a sus ojos.

-Perdona me decías?

-Te decía que por favor mantengas esto en secreto. No le digas a nadie lo que nos pasó.

— No lé diré a nadie, tenlo por seguro -El suspiro -Tu recuerdas algo?

-La verdad aún no, todavía me duele un poco la cabeza.

-Terminaste - Ella asintió. - Ven un auto te llevará.

De pie en la acera Jacob y Cindy esperaban el vehículo que la llevaría a su casa. Cuando el vehículo aparco el le pidió su número de teléfono y ella se lo dio. El deseaba seguir en contacto con ella. Pues ahora sabía que pese a estar tanto tiempo casada su relación no era la típica. Ninguna mujer llega virgen a los 23 y casada menos.

El necesitaba saber la verdad y el se encargaría de averiguarlo.

...****************...

Cindy llegó a la mansión, los controles rigurosos de ingreso la hicieron sentir incómoda. Pues no comprendía como alguien había entrado a la casa y que nadie notará la amenaza, aunque la única que terminó agraviada fue ella.

Sumida en sus pensamientos ella bajo del vehículo, que salió de la mansión al entrar a la casa, una voz la detuvo.

-Estas bien? - una voz gruesa y varonil, y si era que Hernando era un hombre guapo. Su porte, su cuerpo, su rostro y esos hermosos ojos azules fríos como el hielo.

Cindy lo había admirado, pues le parecía muy atractivo, pero su belleza era solo física, el había sido un completo desgraciado con ella, pero al menos no la había obligado a estar con el.

-Pregunté que si estás bien? - Ella levanto la cabeza y asintió.

-Si, si, estoy bien, subiré a cambiarme y bajo a prepararte la comida.

El la miró con detenimiento, las marcas en su cuello que el mismo le había dejado, después de aquella pelea, pero más abajo estaba adornada con pequeños enrojecimientos.

Era innegable el la había visto en los vídeos y en las fotografías desnuda, pero se negaba a aceptarlo, tantos años de matrimonio, tanto rechazarla para que al final ella si fuera digna de su atención.

-Sube a tu habitación y te das un baño, ya el médico sube para revisarte.

-Revisar, revisar que?, yo estoy en perfectas condiciones, solo salí un rato a despejarme estoy bien, no volverá a pasar.

-Eres tonta o te haces - Dijo enojado - te ordene que fueras a tu habitación y te preparas, el doctor ya viene.

-Esta bien como digas. - dijo frustrada

Cindy subió las escaleras, Hernando siempre la había visto con deseo pero el recordar el informe donde decía que había estado con varios hombres, se indignaba, ella se le había prometido como esposa, y le fue infiel, sin embargo ahora sabía la verdad o una parte de ella.

Por que si bien Cindy permaneció pura y fiel ahora ya no lo era, y lo peor era que él tenía cierta responsabilidad en lo que le había pasado.

Minutos después estaban en su habitación Hernando y el doctor.

Cómo está doctor?

-Bien mi niña y tú, tu esposo está preocupado por ti, al parecer sufriste algún percance y vengo a hacerte unas pruebas, me permites.

-Claro que si.

Cindy llevaba un conjunto clásico, estaba sentada en la cama. Su respiración estaba agitada.

-Te hiciste algún examen?

-Si, está mañana, fui a la clínica a hacerme unas pruebas, es importante para mí saber qué pasó.

-Hernando, para mañana a primera hora tendremos los resultados, pero al parecer según sus pupilas estás en lo cierto. Fue drogada. - Cindy los miro a ambos.

-Sabias lo que pasó?

-Si, recibí una amenaza pero cuando llegue a casa no estaba.

-Qué más sabes?

-Lo se todo.

Ella palideció, su corazón se agitó. El médico la miró extrañado.

Pero cuando le tomo el pulso, sentenció.

-Necesito llevarla al hospital, tu esposa tiene una arritmia, y es posible que lo que le dieron la pueda alterar más. Por ahora no hablaras del tema.

Cuando el doctor volteo a mirar a Cindy ella estaba pálida, y por inercia volteo al lado contrario de la cama y allí vaceo su estómago.

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