Thailor sintió un nudo en el pecho mientras los pasos de Evan y Camilla se desvanecían en el pasillo. El eco de su partida parecía resonar con un peso simbólico, un telón de fondo perfecto para el silencio de la noche. Cuando finalmente la puerta del apartamento se cerró, Thailor se apresuró a bloquearla, asegurándose de que no regresaran. Luego, agotado tanto física como emocionalmente, dejó caer su cuerpo contra la puerta, sintiendo la madera fría presionar su espalda herida.
Una extraña sensación lo invadió entonces. A pesar del dolor en su cuerpo tras el impacto contra la pared y la pelea brutal, algo parecido a un alivio comenzó a infiltrarse en su pecho. Con las manos temblorosas, cubrió su rostro marcado, sintiendo la suavidad de su piel contrastar con la dureza de los golpes recibidos. El apartamento, por primera vez en mucho tiempo, se llenaba de calma, rota únicamente por su respiración irregular.
De repente, sin poder contenerlo más, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, cayendo por sus mejillas en un torrente de emoción contenida. Era como si todo lo que había reprimido durante años finalmente explotara, llenando el pequeño espacio con su llanto desgarrador. La tristeza y el alivio se entremezclaban en su pecho, y aunque sabía que su lucha aún no había terminado, sentía como si una enorme carga hubiera sido arrancada de sus hombros.
Thailor, con los ojos llenos de lágrimas, se sentía orgulloso de sí mismo. Había enfrentado a Camilla, a esa mujer que lo había controlado durante tanto tiempo, la misma que había destruido la vida de su madre. Esa noche había sido diferente. Esa noche, Thailor había tomado el control de su propio destino.
A pesar del dolor en su cuerpo, se sentía victorioso. Había superado sus propios miedos, había enfrentado el odio acumulado. Y aunque las heridas eran profundas, el sentimiento de libertad que lo envolvía era aún más poderoso.
Con el corazón aún latiendo con fuerza, Thailor se levantó lentamente, arrastrando sus pies hacia el dormitorio. Al llegar a su cama, se desplomó sobre el colchón, sintiendo cada punzada de dolor que recorría su cuerpo, pero sin importarle. Ese era el precio justo por la libertad emocional que había ganado.
Mientras la oscuridad llenaba la habitación, los recuerdos comenzaron a invadir su mente. Las crueles palabras de Camilla, las humillaciones que había soportado durante años. Recordaba cómo ella lo había menospreciado tanto a él como a su madre, tratándolos como si no tuvieran valor alguno. Pero esta vez, Thailor le había demostrado que no era la víctima débil que ella siempre había creído.
Pensó en su padre, un hombre que nunca había sido capaz de desafiar a su segunda esposa. A pesar de todo, Thailor sabía que su padre lo había amado, pero ese amor no había sido suficiente para protegerlo de la crueldad de Camilla.
TING
TONG
TING
TONG
El sonido del timbre lo arrancó bruscamente de sus pensamientos, haciendo que su corazón comenzara a latir descontroladamente. Recordó las palabras de Evan, su promesa de vengarse, y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Con el miedo apoderándose de él, Thailor se levantó rápidamente y corrió hacia la cocina. Sus manos temblorosas buscaron a tientas un cuchillo grande, el único objeto que parecía ofrecerle una mínima sensación de seguridad. Lo sostuvo con fuerza, listo para defenderse si era necesario.
Se acercó a la puerta sin mirar por la mirilla, con los músculos tensos y el miedo controlando sus acciones. En un movimiento rápido, abrió la puerta, levantando el cuchillo en alto, preparado para lo peor.
—¿Qué demonios estás haciendo? —la profunda voz de Dimitrei resonó desde el otro lado de la puerta.
Thailor se quedó congelado al ver a Dimitrei de pie frente a él. Sus manos temblaban violentamente mientras Dimitrei, con una mezcla de sorpresa y preocupación, le quitaba el cuchillo de las manos sin esfuerzo.
—¿Qué ha pasado aquí? —preguntó Dimitrei, observando detenidamente el estado lamentable de Thailor. La sangre aún brotaba de la sien de Thailor, manchando su rostro y escurriéndose por su mejilla y mandíbula.
Sin decir una palabra, Dimitrei dejó el cuchillo sobre la mesa cercana, antes de tomar el rostro de Thailor entre sus manos. Examinó con cuidado la herida en su sien, y luego sus ojos recorrieron las marcas en su cuello, manos y piernas. El silencio entre ellos era pesado, lleno de preguntas sin respuesta.
—¿Qué te hicieron, Thailor? —demandó Dimitrei, su voz grave y firme, pero sus ojos brillaban con una furia contenida—. ¡Dímelo!
Thailor intentó responder, pero el nudo en su garganta lo ahogaba, y las lágrimas volvieron a llenar sus ojos. Esta vez, no eran de alivio, sino de puro agotamiento.
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Updated 74 Episodes
Comments
Tania Velazquez
Que se preparen que despertaron al 👿
2025-03-12
0
angela hernandez
Que se preparen esas dos ratas
2025-02-04
1
J.G.A
se viene los putazos
2025-01-10
4